lunes, 18 de junio de 2018

Cantante y compositor estadounidense Charles Fox realizará concierto en La habana

A través de su música el cantante estadounidense Charles Fox celebrará junto al público cubano sus 55 años de carrera artística

El compositor y cantante estadounidense Charles Fox, autor del éxito Killing me softly with this song, ofrecerá un concierto el 1 de julio en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
 
La actuación de Fox, reconocido escritor de bandas sonoras para el cine y la televisión, lleva por título Havana Dreams y es la primera parada de una gira por varias ciudades del mundo con la que el artista celebra los 55 años de su carrera artística, según PL.

Fox presentará al público cubano su amplísimo repertorio y contará con las colaboraciones de músicos locales de varias generaciones.

Entre los invitados figuran la diva cubana Omara Portuondo, que interpretará Killing me softly, junto al joven Cristian Alejandro; el trompetista Juan Kemell, el saxofonista y clarinetista Javier Zalba, y el violinista Rafael Lay, director de la orquesta Aragón, entre otros.

Previo al concierto Fox se reunirá con artistas de la isla el 24 de junio en el Centro Cultural de 31 y 2, ubicado en el Vedado habanero, y tres días después en Fábrica de Arte Cubano.

La carrera profesional de Fox se inició en la segunda mitad de la década de 1960 haciendo arreglos para músicos de diferentes ámbitos sonoros y, curiosamente, en esa etapa se destacan sus trabajos para los íconos de la música salsa Ray Barretto y Tito Puentes.

Sin embargo, es en la composición de bandas sonoras para el cine y la televisión que le llega la fama, y bajo su firma aparece la música de las series Love, American Style, Happy Days, y Wonder Woman; y las cintas The Last American Hero, Foul Play, y The Other Side of the Mountain, entre otras,

Su canción Killing me softly with rhis song, ganadora de un Grammy, lo puso a la cabeza de las listas de éxitos, y desde 1972, año en que la compuso, ha sido interpretada por una larga lista de artistas, siendo la versión más conocida la de la cantante estadounidense Roberta Flack.

Fox es ganador del premio Emmy en dos ocasiones, nominado al premio Oscar igual cantidad de veces, y al Globo de Oro en tres, desde 2004 es miembro del Salón de la Fama de los Compositores.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE.

Con la presencia de Díaz-Canel sesionó 9no Congreso de la FEU en La Universidad de La Habana (+ Fotos)


Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado junto al presidnete de la FEU de La Universidad de La Habana, Vicente Luis Diaz Melian. Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, asistió este sábado en la Universidad de La Habana a la última de las asambleas a nivel de centros, camino al IX Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Díaz-Canel, ratificó su plena confianza en la juventud de la isla caribeña, encargada de continuar el camino iniciado por el líder de la Revolución, Fidel Castro.
“La revolución no es personalizada, debe estar integrada en cada uno de nosotros” subrayó el Jefe de Estado en una de las asambleas previa rumbo al IX Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
El liderazgo de nuestro proceso social está sustentado en la historia, señaló el dignatario en la Universidad de La Habana.
“No pensemos en liderazgos, vamos a preocuparnos por trabajar, por aportar”, insistió Díaz-Canel.
Hoy estamos aquí y no es por un simple deber, es un gran deseo, pues con ustedes aprendemos mucho, conocemos sus motivaciones, aspiraciones y compromisos, explicó el mandatario caribeño, quien calificó de honesto y sincero el debate de los universitarios.
Destacó la disposición y voluntad de los educandos de participar en los proyectos de desarrollo de las comunidades y de la sociedad en general.
Son ustedes -expresó- los que dentro de cinco o 10 años estarán tomando las decisiones en este país, en medio de una compleja situación que vive el mundo.
Siento que están orgullosos de su país y eso es fundamental, actúan comprometidos con la historia de la nación, y ya se sienten parte de ella, dijo el estadista antillano.
Sobre el rechazo de los alumnos a la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, puntualizó que tal actitud es resultado de una formación humanista, y recordó que Fidel expresó que nada puede entenderse sin la conciencia revolucionaria.
En octubre se cumplirá el 150 aniversario del comienzo de la guerra por la independencia de Cuba, la cual no culminó aun, porque ahora esa lucha se manifiesta en el perfeccionamiento del socialismo que llevamos adelante, y eso puede ser una motivación para celebrar el Congreso Nacional de la FEU, señaló Díaz-Canel.
El presidente cubano concedió gran importancia a la investigación científica, mediante la cual se pueden resolver muchos problemas.
Aclaró que los planes de estudios no son caprichos, ni imposiciones, y estos, son elaborados por un numeroso grupo de expertos que buscan la uniformidad de los programas a nivel nacional y dejan espacio a las particularidades de cada universidad.
Indicó que los estudiantes son los que deben hacer funcionar las estructuras internas de los centros de altos estudios y crear un mundo de motivaciones.
El jefe de Estado consideró vital la comunicación y pidió aplicar nuevos códigos acordes con los tiempos que viven los jóvenes y ellos se sientan identificados.
Estamos prestos a visitar las universidades para escucharlos y juntos construir un mundo mejor, sentenció Díaz-Canel.
En la jornada,los miembros de la FEU debatieron sobre el funcionamiento orgánico de la organización, la docencia e investigación, la comunicación, el trabajo comunitario, la vida en las residencias estudiantiles y ratificaron su compromiso con la Revolución, el Partido Comunista de Cuba y la sociedad.
Esta cita es la número 39 desde que el tres de mayo, la Facultad de Ciencias Médicas de Artemisa y el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, en la capital cubana, comenzaron la cadena de congresos de universidades, que hoy se encuentra casi completa.
De la asamblea en la más antigua de las casas de altos estudios de Cuba vale decir, además, que aportará los últimos nombres a la lista de 400 delegados y 100 invitados a la cita grande de los universitarios cubanos, convocada para julio próximo con una frase por divisa: Revolución, una fórmula de vencer, nuestra misión es cumplir.

En fotos el congreso en la UH

Raúl Alejandro Palmero Fernández, presidente nacional de la FEU junto a Vicente Luis Diaz Melian, líder de la organización en la UH. Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
El preidente cubano junto a Susely Morfa González, primera Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
Foto: Gustavo Cobreiro/ Facebook.
(Con información de ACN y Prensa Latina)
TOMADO DE CUBADEBATE

Cuba tiene su primer manual sobre paternidad responsable


Foto: Unicef/ Facebook.
Un llamado a los padres cubanos para que reflexionen sobre los aspectos positivos de asumir una paternidad afectiva, cuidadora, que protege y educa, realizaron diversos especialistas durante la presentación de la guía Padre desde el principio, que tuvo lugar el pasado viernes 15 de junio, en La Habana.
El texto forma parte de una campaña que promueve “los derechos, beneficios y responsabilidades de los hombres desde la primera etapa de la paternidad, para que estén informados y puedan participar en la protección, cuidado y estimulación de sus hijos e hijas”, afirma en la introducción.
Además, el documento resalta que el ejercicio de una paternidad responsable ayuda a que tanto los hombres como su descendencia “alcancen su máximo desarrollo” y contribuye, además, a favorecer “una relación más equitativa con la madre” u otras personas de la familia.
“Hace mucho tenemos preocupación con que el cuidado de niños y niñas recae en las mujeres, no solo madres, sino también en tías, abuelas y otras”, reflexionó María Machicado, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) en Cuba, durante la presentación del manual, realizada en el Pabellón Cuba, en La Habana.
Asimismo, refirió que es “un producto ilustrado, didáctico, reflejo de lo que se desea promover en la sociedad cubana”.
Sin embargo, la diplomática expresó que la guía “es, a su vez, un desafío, para que los papás no solo sean los que proveen y corrigen, sino también los amigos, compañeros y cómplices durante toda la vida y desde edades bien tempranas”.
Y agregó que el material, “además de ser valioso para los padres, es útil para que otros hombres en diferente roles asuman la ternura y el amor como guía en la educación de sus seres más cercanos”.
Machicado enfatizó que si bien la herramienta contó con el aporte fundamental de los ministerios de Educación (Mined) y Salud Pública (Minsap), así como de Unicef, “también es el resultado de la contribución de muchas instituciones y organizaciones del país que trabajan los temas de paternidad”.
Al respecto, apuntó que aunque “las instituciones pueden hacer mucho, y de hecho existe capacidad y voluntad en el país, el cambio hacia una paternidad responsable también depende de las personas, de los medios de comunicación, las personas del arte y todas aquellas que sean portadoras de un mensaje”.

Mirando a la juventud

Foto: Unicef/ Facebook.
Para Grisel Crespo, especialista en trabajo comunitario del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), “la paternidad es un tema del que casi no se habla y al que se le presta poca atención”.
También sostuvo que “tradicionalmente se habla de los padres a partir del reclamo de las mujeres de una mayor implicación de ellos en el cuidado y educación de niños y niñas”.
A su juicio, urge “dar una mirada diferente, en la cual se reflexione sobre lo que pasa con los hombres, cómo asumen la paternidad, cuáles son sus miedos y sus retos”.
Además, la pediatra comentó que en encuentros con jóvenes, “estos aún reflejan la figura del padre como alguien ausente, distante, como la persona que corrige e introduce la mano en los bolsillos para dar dinero”.
Para Crespo, “si bien se debe hablar de paternidad como un derecho a los hombres jóvenes y adultos, también se debe enseñar a los niños varones cómo conectar con sus afectos, con las labores domésticas y de cuidado”.
“En la medida en que crezcan sabiendo conectar con la afectividad de otras personas, sabiendo cuidar de alguien, serán personas más plenas”, señaló.
Por su parte, Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Minsap, explicó que “la paternidad se asume a lo largo de todo el ciclo de vida, por lo cual se le debe hablar a niños, niñas y adolescentes”.
Según el médico, el tema se puede relacionar con temáticas como el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, la sexualidad responsable y la no violencia.
“E incluso, deben hablar aún más sobre los embarazos no planificados y cómo limitan el desarrollo del (y la) adolescente”, subrayó.

Educar en la autonomía

Foto: Unicef/ Facebook.
Luego de la presentación de la guía Padre desde el principio, el Cenesex clausuró la jornada “Maternidad y paternidad: iguales en derecho y responsabilidades”, que se desarrolló en todo el país desde el mes de febrero.
Mariela Castro, directora del Cenesex, explicó que este año las actividades han sesionado de forma articulada con la campaña Educar en la autonomía nos ayuda crecer, que continuará durante todo 2018 y 2019.
La iniciativa promueve la capacidad y necesidad del ser humano de valerse por sí mismo desde edades tempranas.
Castro afirmó que “trabajar simbólicamente desde el concepto de autonomía no solo ayuda a que niños y niñas adquieran esa capacidad, sino a que madres y padres recuperen otros espacios de su vida cotidiana”.
Para la sexóloga, “la mejor herencia que les podemos dejar a las nuevas generaciones es la autonomía, esa capacidad de valerse por sí mismo en la vida, en cada uno de los diferentes contextos donde se desenvuelven”.
La guía Padre desde el principio asegura que lo que experimentan niños y niñas en los primeros 1.000 días de vida es la base del resto de su vida. Foto: Unicef/ Facebook.
(Con información de IPS)
TOMADO DE CUBADEBATE

Siempre Vilma



La guerrillera.
Alicia, Mónica y Déborah fueron sus nombres en la lucha clandestina, y Mariela, fue la mujer que subió a la Sierra.
Todos esos pseudónimos protegieron la identidad de Vilma Lucila Espín Guillois, la joven que no dudó en luchar entre montañas, en la ciudad y en la tribuna, porque creía en un país mejor, en el poder del amor, la familia, la justicia y la honestidad.
Hace once años su presencia no nos acompaña físicamente, pero en las fotos, en el recuerdo de todos, y en cada obra donde habita su huella, queda su sonrisa franca.
Documental proyectado en el acto realizado en el Memorial José Martí de La Habana, el 5 de abril de 2010 por el 80 aniversario del natalicio de Vilma Espín . Foto: Sergio Abel Reyes/ ACN.
Vilma junto a Fidel Castro en la Sierra Maestra.
Desde el principio la admiración entre Fidel y Vilma fue mutua.
Vilma junto a Raúl Castro.
La guerrillera junto a Haydée Santamaría y Celia Sánchez.
Vilma junto a Fidel Castro y los rebeldes en la Sierra Maestra.
Vilma, siempre defensora de la mujer cubana.
Discurso de Vilma por los derechos de la mujer.
Vilma en la Sierra Maestra.
La guerrillera siempre al frente.

La mujer en la Revolución

Por: Graziella Pogolotti

Bien contada, la historia se convierte en un relato apasionante, lleno de colorido y habitado por una multitud de voces. Hay acontecimientos de primera magnitud, poderosos como la lava que brota de un volcán. Señalan un punto de giro desde una entraña animada por conflictos que en cada época se plantean en términos diferentes. Aprender a leer el pasado descifrando las contradicciones que le dieron vida, conduce a entender el presente, a  descubrir sus claves y a intervenir activamente en la modificación de la realidad que nos envuelve e incumbe.
Por eso, Carlos Marx, sin abandonar los menesteres de la lucha revolucionaria, entregó gran parte de su existencia en archivos y bibliotecas al estudio del proceso de desarrollo del capitalismo. El análisis de las razones económicas no le impidió atender el desmontaje de los fenómenos políticos  que configuraban el universo de su contemporaneidad. Profundo conocedor de Shakespeare y lector de Balzac, no descuidó la observación del comportamiento de las mentalidades.
A contrapelo del aburrido y encartonado recuento de datos, la narrativa histórica debe proyectar una imagen viviente de la interdependencia de factores que modelan el transcurrir de cada etapa. Junto a los rasgos que definen el poder hegemónico en los planos de la economía y de la política, intervienen el papel de las personalidades, las tradiciones, las costumbres, las creencias, los intereses representados por las clases sociales, así  como el de los grupos situados al interior de cada una de ellas, el rostro de los excluidos, los marginados, los silenciados. El panorama general, omnicomprensivo y abarcador de una época, requiere complementarse en términos concretos con historias de vidas convincentes y creíbles como los personajes de una novela. Lamentablemente, la biografía es un género literario que ha contado con escasos cultivadores entre nosotros. Exige congeniar el rigor de la investigación sistemática y el dominio del arte  de narrar  para el logro de un relato convincente y verosímil.
En el intenso devenir de la historia, la mujer ha desempeñado un papel que merece reconocimiento y visibilidad. Desde el siglo XIX, cuando su formación respondía a la subalternidad en el reducto hogareño, muchas se comprometieron, en distinta medida, con la causa mambisa. Entregaron a sus hijos, vivieron en los campamentos, sirvieron como mensajeras e informantes. En algunos casos, alcanzaron grados militares. En la Constituyente de 1901, una voz aislada consideró la posibilidad de concederles el derecho al sufragio. Era prematuro en aquel contexto. Pero durante la república  neocolonial la mujer siguió formulando sus reivindicaciones, aunque no olvidó la causa mayor, el camino grande de la independencia y la emancipación. Se lanzó a la calle en el enfrentamiento directo a la tiranía de Machado. Después de la caída del dictador, obtuvo el derecho al sufragio. Comprometida en la vida política, se integró  a las luchas obreras y estudiantiles.
Reconocemos en Vilma, en Celia, en Haydée, paradigmas de indiscutible valía, heroínas de la Sierra y el Llano. Tendríamos  que saber mucho más acerca de su formación y el extenso anecdotario que ilustra su actuar concreto en el combate  y en la etapa de construcción de la nueva sociedad. Bajo la dictadura de Batista, el llamado del Moncada fue expandiendo su poder convocante. Después de la caída de Frank País, las mujeres de Santiago no temieron desafiar la represión. En esa y en otras ciudades,  cumplieron tareas de la más diversa naturaleza. Recaudaron fondos, ofrecieron refugios, trasladaron armas. Afrontaron persecución, vejámenes y torturas. Porque estaban en la Sierra, Fidel pudo sobreponerse a los prejuicios machistas y formar el grupo de combatientes de las Marianas.
Con el triunfo de la Revolución, la mujer cubana conquistó derechos que constituyen todavía reivindicaciones pendientes en buena parte del mundo. Perciben igual salario por trabajo igual. La maternidad disfruta de amplia protección. Acceden a responsabilidades de rango creciente. Portadoras de una tradición, han seguido madurando a lo largo de ese proceso. Encargadas de nuevas responsabilidades, asumen una doble jornada laboral. Atienden los apremios de una cotidianidad compleja  al frente del hogar. Son madres. Recogen a los pequeños a la salida de los círculos y de las escuelas, se ocupan de sus necesidades básicas. Supervisan el cumplimiento de sus tareas escolares. Participan en las reuniones de padres. Comparten los desvelos en las noches febriles. Con frecuencia creciente, por razones demográficas, atienden a los mayores de la familia. En su quehacer silencioso, constituyen un puntal de la sociedad.
En el continuo batallar por la independencia y el desarrollo, cada época tiene demandas específicas. Los derechos se conquistan. Las mentalidades se transforman a ritmo lento y desigual, con rebrotes recurrentes de conceptos periclitados. Ayer vergonzantes y reprimidas, asoman manifestaciones de machismo. Colocar la historia de la mujer cubana en el sitio que le corresponde es un modo de contrarrestar, en el plano de las ideas, tan corrosiva  presencia.
(Tomado de Juventud Rebelde)

Nuestro Caribe

Por: Graziella Pogolotti


Compartimos con los territorios que flanquean el mar Caribe los efectos devastadores de los huracanes, acrecentados ya por las consecuencias tangibles del cambio climático. Nos vincula, además, una historia común de coloniaje que contribuyó a la fragmentación lingüística y determinó la configuración de las estructuras económicas condenadas a la dependencia.
Por su historia y su geografía, Cuba —situada en la boca del Golfo de México— se extiende como un puente que ha contribuido a salvar las distancias que separaron durante un buen tiempo el destino de América Latina de las Antillas colindantes. En este orden de cosas, la contribución de la Revolución Cubana, mediante la puesta en práctica de una voluntad política y el ejercicio de una solidaridad internacional, ha sido decisiva.
La conciencia de la caribeñidad tiene entre nosotros un origen aún más remoto. En el siglo XVIII, la Revolución haitiana ejerció una influencia decisiva en nuestro devenir histórico. Tomamos el relevo de la rica colonia francesa y nos convertimos en proveedores de azúcar crudo para un mercado mundial emergente.
Para afrontar el enorme esfuerzo productivo, hubo que acudir al vertiginoso acrecentamiento de mano de obra esclava. En el tránsito de pocos años, un millón de seres humanos fueron arrancados de África bajo las condiciones brutales de aquellos barcos negreros cargados de hombres y mujeres, hacinados en el fondo de las bodegas. Sobre tan inicua explotación, se constituyeron las fortunas  de los hacendados y también las de aquellos que, al margen de la ley, se dedicaron a la trata. Por otra parte, de manera  subrepticia, fueron entrando en la Isla las ideas emancipadoras  que inspiraron el movimiento libertario del vecino país, aunque un extremo radicalismo juntaba, por primera vez, la noción de independencia con la de abolición de la esclavitud. José Martí  encontró en la isla vecina la mano tendida y el gesto solidario.
Con estos antecedentes, los intelectuales cubanos comenzaron desde fechas tempranas a volver la mirada hacia el Caribe cercano y, sin embargo, tan desconocido. Definir sus características era un modo de aprender a conocernos mejor, de irnos despojando del legado intelectual del coloniaje. Esas inquietudes fueron tomando cuerpo en la segunda década del siglo pasado. Con el apoyo de la antropología naciente por obra de Fernando Ortiz, los escritores y los artistas se entregaron al estudio de las fuentes originarias de la cultura nacional. Desplazaron la perspectiva eurocéntrica y advirtieron el sincretismo existente entre las tradiciones llegadas de España y la poderosa presencia de la contribución de origen africano, palpable en la música, el baile y el imaginario popular.
A la misma época corresponde la publicación de un texto que contribuyó a revelar las razones profundas de la unidad subyacente bajo la aparente heterogeneidad de lenguas, así como la delimitación de un territorio  que sobrepasa en amplitud el arco de islas que configuran las Antillas desde Cuba hasta Venezuela. Con Azúcar y población en las Antillas, Ramiro Guerra ponía de relieve el papel desempeñado por la economía de plantación en la formación de nuestros países. Había, por tanto, rasgos comunes que se extendían a la Luisiana, a la costa atlántica de la América Central y a zonas de Brasil, tan cercanas a nosotros en muchos aspectos del comportamiento cultural. Por su parte, el historiador cubano José Luciano Franco, tan olvidado en los días que corren, consagró una parte significativa de su obra al estudio de la Revolución haitiana.
Las fronteras impuestas por el coloniaje se fueron rompiendo poco a poco. Escritores y artistas se reconocieron e identificaron. Llegado los 40 del pasado siglo, Nicolás Guillén y Alejo Carpentier tuvieron la oportunidad de viajar a Haití. Cobró impulso un intenso intercambio en el que habrían de participar autores de la talla de Jacques Roumain y del martiniqués Aimé Césaire. Para Carpentier, la estancia en el país vecino, el choque con la realidad concreta de su legado monumental, con las expresiones del vodú y con los antropólogos que abordaban con mirada lúcida el entrecruzamiento de mitos e historia, determinó un vuelco decisivo en su creación  literaria.
Desde El Reino de este mundo, el Caribe habrá de ser una de sus obsesiones recurrentes. Los huracanes, el rebote de la Revolución francesa, el rescate de una naturaleza pródiga  en los mares y tierras desde Guadalupe hasta las Guayanas recorren El siglo de las luces. De ese modo, una visión integradora  se contrapone a la fragmentación heredada del coloniaje.
La contribución de Cuba a la toma de conciencia de la realidad caribeña ha sido fundamental. Por ello, la reciente reunión en La Habana de la Asociación de Estudios del Caribe constituyó un justo reconocimiento a la obra  cumplida. Implica un compromiso para seguir trabajando en esa dirección.
(Tomado de Juventud Rebelde)

jueves, 14 de junio de 2018

El Che a sus 90

Por: María del Carmen Ariet García
Publicado en: La columna del Che

Volver en continuo renuevo, como enunciara Roa, deviene una expresión certera acerca de cómo y en qué forma se presenta el Che en cada una de las remembranzas que queremos y necesitamos aquilatar. Debemos asumirlo de forma sugerente y con un compromiso inalterable, no con simples frases para dejar constancia de su entrega a las causas justas —que sin dudas supo hacer como nadie?, pues sentimos que el mejor modo de pensarlo en su natalicio es como ese aliento cotidiano, contrario a la manera en que se pretendió borrarlo impunemente.
Cada año se habla del hoy, de su presencia perenne, de su eterna juventud y de sus virtudes éticas, todas expresadas en frases a veces grandilocuentes, aunque en su mayoría respetuosas y conmovedoras. No obstante, nos queda la sensación de no poder alcanzar su verdadera dimensión, o quizás, aun peor, el sentirlo poseedor de una infinitud que bien se sabe no hubiera compartido; por eso, en el 90 aniversario de su natalicio valdría la pena intentar resaltarlo, capaz de interponerse ante la solemnidad impuesta por una muerte salvaje que no mereció y de la que siempre nos vamos a culpar, aun cuando se distancie en el tiempo, en las vivencias y recuerdos particulares.
Así pudieran tejerse y mezclarse a la vez imágenes y pensamientos construidos con el propósito esencial de hacernos un poco mejores. Cuántos sueños, búsquedas y hechos se presentan en la vida y la obra del Che que trasciende y nos trascenderá, consciente de que nada de lo hecho perseguía esos objetivos, solo el disfrute pleno de hacerse a sí mismo para servir a los demás con paciencia a veces, con prisa constante, pero sobre todo con entrega infinita, esa que convence solo de saber que nunca exigió, pidió o realizó lo que no fuera capaz de alcanzar por su tesón y voluntad.
De pronto y de forma abrupta se nos presenta una realidad innegable, de esos 90 que conmemoramos solo vivió 39, que parecen y son pocos para tanto batallar. La cantidad asombra porque de todos los años transcurridos, 51 de ellos pertenecen a la inmortalidad, mas, sin embargo, cuánto aliento, cuánta belleza en su rostro y cuánta presencia vital permanece; indicadores que impulsan a preguntarnos y a respondernos al unísono una verdad incuestionable: solo el buen obrar es capaz de mantener la acción de la entrega.
Para los jóvenes, sobre todo, se escriben estas líneas, para que se sientan estimulados a indagar en una biografía que debe tener como premisa el despojarse de frases ambiguas y estereotipadas, tan molestas e irritantes cuando se alejan del deseo y la ambición de lo cotidiano y de la comprensión del porqué se debe acompañar nuestra vida de una conducta o un anhelo en el que se sienta el renacimiento de las aspiraciones más nobles como seres humanos y por encima de todo, el aprender a valorar conductas que pudieran marcar metas y logros que nos enriquezcan.

1. El joven Ernesto

Cómo se veía y cómo quería o quiso ser, es siempre una pregunta imprescindible cuando se busca aquilatar el verdadero valor de una existencia que se presenta como un paradigma. Estar de acuerdo o no con esas apreciaciones y cómo se deben obtener esas respuestas, es sin dudas la vía más precisa y segura para convencer y actuar. Para cualquier joven inquieto en constante indagación de su entorno y de su yo interior, una simple inspección descubre los momentos y particularidades en que el joven Ernesto trató de satisfacer apetencias e inquietudes, y aunque no se compartan todas, algunas son tentadoras como propuestas de vida.
Al afán de alcanzar un conocimiento mayor surgió, de forma inquisitiva, una avidez por la lectura la que asumió como suya a lo largo de toda la vida y, aunque no se repita en la forma, salvando incluso las distancias de la época y sus costumbres, el método personal y auto-impuesto de lecturas para su placer demuestra la posibilidad real de realizarlo como un reto que va creciendo, como una necesidad espiritual, capaz de ir completando espacios necesarios para responder inquietudes o simples dudas.
Ahí está la presencia de un Cuaderno filosófico que construye para sí a los 17 años y que en diferentes formatos lo extiende a lo largo de su vida, hasta su muerte en Bolivia. No es la obra de un erudito, es la intencionalidad de su elaboración la que sirve de pautas para medir los caminos que los seres humanos somos capaces de construir cuando sentimos el impacto y la fuerza de lo desconocido y aspiramos a alcanzar respuestas consecuentes ante tantas interrogantes.
De esa forma, se suma otra de sus cualidades más sobresalientes que sin la primera no podía haberse producido con la fuerza en que se presenta, la acción práctica para obtener o culminar las respuestas no satisfechas con solo las lecturas. Comienza así la aventura de los viajes, que cambian en objetivos y principios con el tiempo, pero que no dejan de conmover al viajero, aunque la mirada y las complejidades del actuar sean diferentes.
Mirar y comprender fueron fuentes fidedignas para recomponer un mar infinito de preguntas y también para aumentarlas hasta alcanzar las rutas necesarias para estimular el espíritu y comenzar a auscultar el entorno y el sujeto actor de la inmensidad que separa a un neófito de un conocedor en ciernes. Sentir esa necesidad se torna infinita hasta el final de su vida, sabedor de la profundidad y lo escabroso del camino, pero también de la satisfacción de poder alcanzar o al menos intentar acercarse a lo mejor de lo humano por esfuerzo propio, lección que aprendió y asumió como suya desde que, en un viaje en solitario y con bicicleta en mano, se decidiera por un futuro incierto y del que no tuvo retroceso. Una “aventura” indetenible con un agregado sustancial: el compromiso de hacerse mejor.

2. Por caminos de Revolución

Los momentos más conocidos y más divulgados de la vida de Ernesto-Che se encuentran en su presencia y actuar dentro de la Revolución cubana, pero tanto desde el comienzo de la lucha y más tarde a partir del triunfo de la misma, surgían preguntas acerca de las motivaciones que lo llevaron a un camino tan arduo y desconocido, en parte.
Muchas de las posibles respuestas las hallamos en los antecedentes explicados, a través de los cuales encuentra, en primer lugar, un sentimiento comprometido con los seres humanos, aquellos con los que compartió desde lo más simple hasta quimeras aparentemente inalcanzables.
En la vida de Ernesto-Che existe por decisión incuestionable su inmensa vocación humanista, más allá de modos y modas, y lo más importante, acompañada de una dosis profunda de reflexión y pensamiento desde posiciones políticas e ideológicas, cuando asume el marxismo como su filosofía de vida. El que para muchos estas precisiones se escapen o diluyan no indica más que desconocimiento de un proceso ascendente que asume para demostrarse a sí mismo su capacidad y decisión de alcanzar un compromiso con ese ser humano desposeído y explotado, el que lo conduce por los caminos de radicalización y de revolución de manera integral.
Como afirmara en carta a su madre, “el camino fue largo, pero sin retroceso”, demostrado en sus ansias de luchar por hacer de su entorno y del medio algo más justo y de todos. Aun no conocía a profundidad el cómo, dónde y cuándo, pero sí sabía de su decisión irrevocable, más allá de interrogantes; tampoco podía valorar las dificultades y lo escabroso del camino decidido, excepto la necesidad indetenible de enfrentar esos retos.
Por ello, aprendió primero, que para entrar en revolución esta debía ser profunda y radical, al decir de Martí, desde la propia raíz. En ese punto de inflexión comenzó a percatarse que no basta el deseo de cambiar, que si no va acompañada de una decisión mayor de transformación no sería posible alcanzarla, pero además, pudo valorar conceptos y estructuras mentales y materiales que solo logran emplearse, fuera de los textos leídos, cuando se conoce la necesidad de cambiar esquemas acompañadas de un proceso donde el sujeto se convierta en el actor principal de los cambios imprescindibles, si en verdad se está dispuesto a conquistar el porvenir.
Sin adentrarnos en detalles de su enorme capacidad para enfrentarse a tareas y funciones desconocidas, lo que se presenta de forma inmediata es su resistencia, su voluntad y su compromiso para asumir todo lo que realiza con un punto de miras inobjetable, hacer y avanzar para construir un mundo mejor junto con un hombre superior. Es en ese derrotero que se explica el porqué la importancia del estudio profundo y creador para obtener esa meta irrenunciable; así pudo comprender del valor y la determinación de luchar por cambios profundos marcados por la intención de barrer con un poder de dominación inconsecuente y selectivo que excluían a la mayoría. Es ahí, donde se convence y actúa en aras de alcanzar el socialismo como la alternativa posible para construir un sistema capaz de humanizar al mundo y su entorno.
Ese camino de revolución, de manera consecuente y con su propio esfuerzo y tesón lo construyó junto con la vanguardia de la Revolución encabezada por Fidel y con la participación consciente de todo un pueblo dispuesto a conquistar el futuro y así lo hizo. El poder mencionar múltiples hechos y huellas demuestran su constancia, pero cuando se trata de hablar de ejemplo y ética más allá de hechos particulares, lo importante es comprender la dimensión en que se sitúa lo irrevocable, lo que contribuye a comprender el porqué, después de obtener una vida plena en anhelos y logros personales, no bastó y decidió continuar un ascenso complejo y repleto de escollos, a sabiendas de que esta vez se trataba de medir fuerzas contra lo irracional de un poder supremo incapaz de detenerse aun cuando terminara en un holocausto.
¿Sabía y percibía a qué se enfrentaba? Si se puede comprender el valor y el poder de las fuerzas indetenibles que estremecen desde el interior, sin dudas la respuesta es afirmativa, solo que sigue siendo muy difícil de entender a pesar de su humanismo. Resulta doloroso encontrar las palabras precisas para detenerse a pensar en un final que, aunque probable, no es aceptado. Es ahí donde, a pesar del acto definitivo, se produce la encrucijada y la necesidad de interpretar su otra dimensión y su conversión a la inmortalidad.

3. En los 90 y la encrucijada

Cómo sintetizar en un solo ser tanta fuerza y voluntad, traducido en un conocimiento profundo, en amor al prójimo y en entrega total, obliga a un resumen casi inalcanzable, por la manera en que lo hizo para sí y para los demás.
Se abren en una sola visión panorámica los paisajes y los hombres con los que pudo sentir y vibrar desde diversas coyunturas y realidades, pero siempre desde un humanismo pleno que sostenía como principio no establecer diferencias irreconciliables, solo las propias de sus particularidades emanadas de la tradición y la cultura, valores superiores que lo nutren de un pensamiento y acción universales y que, en parte, nos explica el modo en que es apreciado y comprendido en cualquier región del mundo, entre hombres sin distinción de razas, solo con la sensibilidad y la fuerza suficiente para compartir las mismas actitudes y las mismas ansias de vivir en un mundo de justicia y paz en el que todos vivamos sin extorsión y con disfrute pleno a partir de nuestros esfuerzos y voluntad.
Así llegamos a los 90 de un hombre cuya divisa fue y es construir y compartir un mundo mejor entre todos, con la convicción de que se puede y se debe luchar por alcanzarlo aun cuando varíen los métodos y circunstancias, siempre con el deseo de lograr la unión íntegra; solo así se podrá hacer realidad y hablar de un legado que pertenece a todos, pero que se debe conquistar con la fuerza universal de un hombre que por elección decidió llamarse de forma breve: CHE.
(Tomado de Contexto Latinoamericano)

Maceo y Che: paradigmas de la historia cubana

Cada 14 de junio se recuerda en Cuba el natalicio de dos héroes, Antonio Maceo Grajales y Ernesto Che Guevara.
Maceo y Che
(Foto: Tomada de Internet)
Llega el sexto mes del año y los cubanos pensamos en una fecha significativa: el 14 de junio. Ese día, quiso la historia, hacer coincidir el natalicio de dos grandes hombres. Por su talento y rebeldía Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna se igualan en el tiempo, se unen por su lucha a favor de la independencia del pueblo cubano.
Bravura y entereza los distinguen. Aunque llegaron al mundo en siglos diferentes, la fecha resulta propicia para que cada año la Mayor de las Antillas les rinda merecido tributo a estos dos héroes.
Ochenta y tres años separan sus nacimientos, pero muchos son los puntos en contacto entre estos dos hombres. Maceo, urgido por las circunstancias del exilio, recorre varias naciones de América Latina, mientras que el guerrillero cubano-argentino, llevado por su afán de conocimientos y aventuras, también transita por gran parte de la geografía latinoamericana.
Ambos, en su momento y como parte de las luchas por la independencia de Cuba, protagonizaron la invasión de Oriente a Occidente. El Titán de Bronce, junto al Generalísimo Máximo Gómez, evidenció sus cualidades excepcionales de estratega militar durante la epopeya de 1895, y sus gloriosas heridas en combate fueron sus más preciados trofeos de guerra.
Muchos años después, a finales de 1958, el Che reeditó junto a Camilo Cienfuegos otra invasión de Oriente a Occidente durante la guerra de liberación contra la tiranía de Fulgencio Batista.
Profundo sentido de dignidad y humanismo caracterizó a los dos combatientes, que, como detallan los estudiosos de sus vidas, siempre buscaron conocer las inquietudes y anhelos de los soldados bajo su mando.
Tanto Maceo como el Che se preocuparon por la suerte de otros pueblos del mundo. El protagonista de la Protesta de Baraguá expresó su deseo de combatir también por la libertad de Puerto Rico, mientras que Ernesto Guevara partió hacia otras tierras preocupado por la suerte de los más humildes.
La historia se ha encargado de unir a estos dos valerosos y honestos hombres, que dejaron una profunda huella en la contienda de Cuba, pero también de toda América Latina.
De ellos diría el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz:
«Maceo era ya un personaje legendario cuando el Che vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América. Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria».

lunes, 11 de junio de 2018

Ciencia y sociedad

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Los pequeños países víctimas de algunas de las formas de coloniaje tienen que conceder interés prioritario al empeño por apoderarse del conocimiento con el propósito de definir, de acuerdo con sus realidades concretas, su diseño de desarrollo. Desde la extrema precariedad, la consolidación de la soberanía nacional se proyecta hacia la necesidad de sentar las bases para la construcción de un país.
En los 60 del pasado siglo, Cuba tuvo que afrontar enormes desafíos. Hubo que emprender la Campaña de Alfabetización en un año que conoció también la invasión de Girón junto con acciones de sabotaje que subsistirían en el tiempo. A ello se le añadió la existencia de alzados en distintos territorios de la Isla. Para afrontar el asedio, se comprometieron recursos materiales y humanos de gran magnitud, esfuerzo considerable cuando el Che, a cargo del Ministerio de Industrias, disponía de escasos administradores que alcanzaran el sexto grado.
Porque presente y futuro se encabalgan, en tan difíciles circunstancias había que emprender simultáneamente ambiciosos programas de desarrollo humano. A ese propósito respondió la modernizadora Reforma Universitaria de 1962 y el temprano impulso a la creación de centros de investigación científica.
Fue una inversión proyectada hacia el mediano plazo que, sin embargo, resultaba impostergable. Los resultados económicos de aquellas iniciativas son tangibles, actualmente, en el logro de producciones de alto valor agregado, más beneficioso que la tradicional dependencia de la exportación de materias primas, sujetas siempre a las veleidades del mercado mundial. Es un mal que hemos padecido a través del tiempo, con las alternativas de la ilusoria bonanza de los breves años de las vacas gordas, seguidos por la dura experiencia de las vacas flacas, con la miseria que se extendió desde los campos hasta las ciudades.
Por esos motivos, existe la tendencia generalizada a asociar el concepto de ciencia al ámbito de las exactas y naturales. El resultado de sus investigaciones se revierte en la producción de bienes que repercuten en el progreso de la sociedad. La industria farmacéutica cubana es comprobación tangible de esos logros. Menos extendida resulta la valoración del papel que corresponde a las ciencias sociales, volcadas hacia el estudio de problemas que atañen a la ideología y a la gran batalla cultural que define la contemporaneidad. A contrapelo del pensamiento promovido por el neoliberalismo, la economía es una de ellas. Las decisiones en este campo tienen efecto inmediato en la sociedad, cuerpo vivo, sensible, mutante, en permanente transformación. Se expresan en el vivir cotidiano, repercuten en la conducta de las personas y en el sistema de valores que las modela.
En ámbito similar interviene el papel de las ciencias históricas. Su origen entre nosotros es bastante remoto. Precedió a la cristalización del concepto de nación, cuando los criollos nacidos en la Isla empezaron a interrogarse acerca de las diferencias que los separaban de sus padres, procedentes de la metrópoli. Era un paso inicial en la búsqueda de un modo de definir el qué somos.
Bajo el impacto de la frustración independentista, durante la República neocolonial el rescate de la memoria se convirtió en necesidad primordial. Merecen respeto y gratitud los hombres que, desprovistos de apoyo oficial, dedicaron horas de desvelo a hurgar en archivos para desentrañar las claves del proceso que había configurado nuestro proyecto de nación.
En tiempos de decepción y soledad rescataron el perfil de los héroes, profundizaron en el análisis de la causa de las cosas, se adentraron en el estudio de los factores económicos y revelaron datos iluminadores acerca del modo en que se había producido la intervención de Estados Unidos en el devenir cubano. Escribieron libros y redactaron manuales para uso de las escuelas.
En los años transcurridos desde el triunfo de la Revolución se ha producido una renovación de las ciencias históricas. Muchos de estos trabajos circulan solo entre lectores especializados. No se incorporan al saber común. A pesar de lo andado, queda mucho por explorar, sobre todo en lo que corresponde a la etapa neocolonial y a las décadas posteriores al triunfo de 1959. En medio del debate actual, ambas etapas reclaman una atención de primer orden.
Menos tradición tiene entre nosotros el abordaje de la sociología. A poco de creado, el departamento dedicado a esos estudios cerró las puertas hasta los 80 del pasado siglo. La atención a esta área merece la mayor consideración. Dispone de herramientas para tomar el pulso a la realidad palpitante. El poder hegemónico emplea los resultados de las investigaciones en este campo para operar sobre la conciencia de los pueblos e influir en el comportamiento político, con el propósito de inducir a acciones que contradicen los intereses más legítimos de nuestras naciones. No hay que abundar sobre el tema. El acontecer noticioso muestra los efectos de este modo de proceder en la derechización de algunos sectores de la sociedad.
Por todo ello, formar hombres y mujeres de ciencia, a tenor de las demandas de la contemporaneidad, sigue siendo factor de primera importancia para el desarrollo de la nación.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE

Boleros en La Habana dedicados a la mujer

El evento, en el que tomarán parte intérpretes e investigadores (as) de México, Argentina, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Perú, Japón y Cuba, se desarrollará en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional –donde se llevará a cabo el Concurso de Jóvenes Intérpretes de Boleros
A la Musicalísima Beatriz Márquez se dedica Boleros de Oro 2018. Foto: Yander Zamora
Para el doctor José Loyola, compositor, musicólogo, flautista y director de la Orquesta Charangas de Oro, no hay mejor modo de conquistar a una mujer que regalándole un buen bolero, claro, acompañado siempre de una bella flor. Ello y la seguridad de que el género nacido en el siglo XIX  en tierras orientales, específicamente con el bolero Tristezas, del trovador santiaguero José «Pepe» Sánchez, mantiene su vigencia a tantos años, con la convicción de que «como el bolero, nada», a pesar de que los cubanos también contamos con ritmos como el danzón, el chachachá, el mambo, el son o la llamada salsa.

Por eso no dudó nunca en crear un evento que lo reverenciara, velara por su salud y continuidad, que reconociera no solo a los autores e intérpretes cubanos, sino de todo el mundo y sobre todo que demostrara que no era solo de interés de los «viejos, sino también de los más jóvenes». Ello fue lo que lo motivó a fundar, en 1987, el Festival Boleros de Oro, que años después alcanzó carácter internacional, y que tendrá su edición XXX del 19 al 24 de este mes, auspiciado por la Asociación de Música de la Uneac.

El evento, en el que tomarán parte intérpretes e investigadores (as) de México, Argentina, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Perú, Japón y Cuba, se desarrollará en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional –donde se llevará a cabo el Concurso de Jóvenes Intérpretes de Boleros; la actuación de artistas participantes y la Gala clausura, el domingo 24, a las 3:00 p.m.–; el Teatro de Variedades América y el teatro del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes –donde el martes 19 quedará inaugurado el festival con un concierto de Beatriz Márquez, La Musicalísima, a quien se dedica Boleros de Oro, y Alejandro Falcón y su grupo, y un día después se presenta Haydée Milanés y su grupo, ambos a las 7:00 p.m.–.

También ocupará espacios en la Casa del Alba Cultural –por donde pasarán cada día los artistas extranjeros participantes–; la sede capitalina de la Uneac (Hurón Azul) y la sala Villena de la propia institución, donde se efectuará el coloquio internacional El bolero como nexo genérico-musical de América Latina y el Caribe, bajo la dirección de la máster Alicia Valdés.

Y aunque en el evento históricamente se ha abordado el papel de la mujer en el bolero, en esta oportunidad los organizadores se lo han dedicado, muy especialmente, a ellas. A las que lo cantan, componen, investigan, hacen de repertoristas o de arreglistas y le han aportado su sello personal.
TOMADO DE GRANMA