Veinte Razones para desmontar a Dean Luis Reyes. Aunque no esté de moda en estos días
I
El debate alrededor de la 17 Muestra Joven del ICAIC me ha recordado el supuesto diálogo entre dos viejos sordos en la zarzuela María La O, la hilarante escena del libretista Sánchez Galarraga allá por 1940, entre el Marqués del Palmar y el Conde de Las Vegas, en la cual cada uno interpreta lo que cree que escucha:
- Sí, como no, ya oigo mejor.
- Un dolor, ¿dónde?
- Conde, no, Marqués, que ya oigo mejor.
- Yo también estoy oyendo mejor.
- Pues no lo parece.
- Sí, nuestros muchachos crecen (...)
Y es que el rol de la transgresión y del provocador en el arte no es nada novedoso. Ahora han querido colocar a la censura en el centro del conflicto, y no al hecho de principios en sí mismo. Insisten por las redes sociales en convencernos de que no ha habido tal ofensa al Apóstol, y en que a nombre de la institución hemos actuado como unos burócratas censores, incapaces de entender la libertad de creación. Los leo, pero no los entiendo ni comparto.
Porque es, a mi juicio, la más absurda y escandalosa contradicción de
los organizadores de la Muestra: haber proyectado más de 60
realizaciones durante cuatro días en importantes cines de La Habana,
sostener un certamen que existe desde hace más de década y media con
patrocinio estatal, y sin embargo ser los primeros en aplaudir cuando
alguien habla de que los han censurado.
No saben defender el derecho a ser rebeldes, y a tener una visión propia como a cada generación le compete, como hizo José Martí, en la convicción de que la obra salva, y que “crear es pelear, crear es vencer.”
Exigir al ICAIC que este work in progress se exhiba “en un cine grande” como particular empeño de los organizadores —aun cuando lo propusieron fuera de concurso, y hasta pasada la fecha de admisión—, es seguir obviando el derecho de los otros, de la inmensa mayoría de los cubanos: el derecho nuestro, término que tanto molesta a Dean Luis Reyes. Las declaraciones de las presidencias de la UNEAC, de la Asociación Hermanos Saiz y la Brigada José Martí, son precisas y todas han exigido un poco de decoro: ¡No se metan con Martí! (1)
¿Qué habría pasado si el Centro de Estudios Martianos o la Sociedad Cultural José Martí decidieran establecer una demanda judicial por infamia, al amparo del artículo 204 del Código Penal, que se aplica al que públicamente difame, denigre o mal exprese a las instituciones de la República, a las organizaciones políticas, de masas o sociales del país, a los héroes y mártires de la patria, y que incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o a multa de cien a 300 cuota?
Cito el documento donde la presidencia de la organización de los jóvenes escritores y artistas de Cuba, “expresa su desacuerdo con postulados estéticos que vayan en detrimento de la identidad y los símbolos nacionales.”
Y a su vez confirma el apoyo a la Muestra Joven ICAIC, “de la cual formamos parte desde su primera edición y de la que sentimos el orgullo de contribuir cuando apenas era una jornada de cine promovida desde el seno de nuestros más audaces y certeros creadores. Creemos que se impone reformular el diálogo realizadores-institución para seguir desarrollando un evento que cada año trasciende la visón particular y universaliza las perspectivas heterogéneas y las dinámicas cada vez más complejas del audiovisual cubano.”
II
Tengo con el blog El Cine es Cortar una relación “dialógica”: Juan Antonio García Borrero fue uno de los pocos que publicó íntegra, en aquel entonces, mi réplica a los organizadores del Festival Cine Pobre de Gibara, que titulé “Nunca en nombre nuestro”, en abril del 2011.
Discrepaba entonces que hubiesen sido las autoridades de Holguín quienes suspendieran la convocatoria internacional al evento, que circuló profusamente por un correo y desde una oficina financiados por el estado cubano, y que invitaba a venir con las latas de película bajo el brazo a una ciudad varias veces impactada por huracanes, aun cuando la frecuencia del festival había sido pospuesta a bianual, por el plan de festivales y eventos del país, todo lo que aún hoy me sigue pareciendo un verdadero acto de irresponsabilidad con los convocados a partir de las extraordinarias dificultades que se vivían.
A Dean Luis Reyes lo conocí mucho antes, —aunque ya no le reconozco— cuando propuso al comité organizador de la Romerías de Mayo, allá por los noventa, que el más polémico cine cubano y el audiovisual tuviesen un espacio propio en nuestro festival. Pretende ignorar que, en el año 2002 me presentó como presidente del comité organizador de las Romerías de Mayo, la propuesta de la Muestra “La Otra Luz”, un espacio que “abarcaba una selección de materiales poco vistos y esenciales para la cultura cinematográfica, sin el acto de la competencia entre los realizadores.” (2)
Ilustran este texto varios carteles de la 17 Muestra Joven ICAIC, 2018,
Fue en la Novena edición, y en el programa aparecían El Fanguito, de Jorge Luis Sánchez; Sed, de Enrique Álvarez, Clase Z Tropical, de Miguel Coyula. Colinas Culpa, de Jorge Molina, Oscuros Rinocerontes Enjaulados, de Juan Carlos Cremata; Talco para lo Negro, de Arturo Soto... Más de 20 materiales, proyectados en el Ateneo Cinematográfico, en la entonces Sala Patria y hasta en el Cine Frexes, “un cine grande”, para el caso del estreno de Vampiros en La Habana, cuando la presencia de las delegaciones extranjeras continuaba creciendo año tras año.
Mucho después escribió en Juventud Rebelde que nuestro festival había nacido de un acto de desobediencia, —miren desde cuándo viene el término al uso— lo que en contexto es absolutamente cierto; más obvia lo esencial: desde su fundación, asumimos que aquella rebeldía tenía que gestar la búsqueda de un consenso con las instituciones, y hasta con las iglesias.
Tal es así que aquella Asociación Hermanos Saiz de Holguín dedicó la XV edición, por unanimidad del comité organizador, a los combatientes del Ministerio del Interior, por el apoyo de los bomberos, de los oficiales de Inmigración y Aduana —para que entraran sin dificultad los delegados extranjeros, y los instrumentos y las exposiciones—, y hasta los policías de a pie en las plazas y parques, que reconocían en la credencial del evento nuestro empeño desde una provincia a convocar a un Festival Mundial de Jóvenes Artistas y Promotores Culturales.
Probablemente de aquí venga el epíteto de “policía” que, quizás en tono de camaradería, me dedica en sus comentarios de Facebook, o de leer demasiado de mí a los ya adversamente contrarios a nuestro orden social, por lo que ahora, en su artículo, obvia mi presencia en la conferencia de prensa de la Muestra de Cine Joven, como director de comunicación del Ministerio de Cultura, y me designa director de la revista Excelencias.
Léase el machón de la publicación: lo único cierto es que desde julio del 2014 figuro como editor ejecutivo de la revista Arte por Excelencias. Solicité autorización para ejercer ese derecho como editor y miembro de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, (registro 10 470), y de la Unión de Periodistas de Cuba, (7 020), en el tiempo libre que busco para el proyecto editorial de Excelencias, por circunstancias absolutamente personales que no vienen al caso.
¿No será eso “atacar a un hombre por donde es más débil: por su modo de subsistencia?”
III
Extraño acto de censura el de la Muestra Joven, donde el mismísimo director censurado ha tenido dos filmes más en la programación, y ha ganado premio con uno de ellos en el mismo concurso. Si no es un record para temas de censura, es un buen rasero para medir a los censores, parafraseando a nuestro crítico.
Es innegable que todo el tiempo se pretendió desviar el foco hacia lo espectacular del posible acto de censura, y hacerlo aún más mediático. Para los guionistas del mismo, es censura que el ICAIC haya propuesto que el work in progress se proyectara en una sala de video como parte de la programación. O que Fernando León Jacomino y Mercy Ruiz, directora de Ediciones ICAIC, hayan impugnado y cuestionado la prolongación de la conferencia de prensa en la sala del Centro Cultural Fresa y Chocolate.
¿No era de prensa la conferencia? ¿Son, o no, el director de una publicación digital y la directora de una editorial, los que ejercieron su derecho a la discrepancia, al igual que lo hicieron otros profusamente?
A Dean Luis Reyes le irrita, en especial, que este redactor haya interrumpido a la productora en la conducción del preguion, porque no vio, —o no quiso ver— que la misma llevaba una cámara detrás, filmando sus pasionales alegatos. Es inimaginable que nuestra “férrea censura” le haya permitido registrar escena tras escena a la vista de todos, y que no se le exigiera al menos al camarógrafo retirarse del lugar, o se hiciera lo que se estila en los noticiarios, de querer tapar el lente, cuando les dije, tanto al camarógrafo como a dicha productora, y con testigos presenciales, que era inaudito que todo aquello fuera para un show mediático, como lo subieron el día después, a Internet y a las redes.
La postura asumida por el Comité Organizador, sobre el susodicho work in progress, y la consiguiente declaración institucional, enrarecieron la imprescindible atmósfera de diálogo entre los creadores y las instituciones que requiere un evento como la Muestra Joven, el Almacén de la Imagen o las Romerías de Mayo, agregaría yo. Cada vez que me quieren convencer de la inutilidad de la Declaración del ICAIC, tengo delante el post que subió el periodista Carlos Rafael Diéguez en Radio Miami durante esos días: “Martí es para Cuba, como Cristo para los cristianos.”
IV
Y como el que calla parece que otorga y me refiero a “...de la desobediencia como síntoma”, en el Blog El Cine es Cortar, es sensato poner los puntos sobre las íes. Y voy a enumerarlos hasta el mismísimo final para que vean lo fácil que es llegar a veinte en una lista:
1- Falta a la verdad Dean Luis cuando manipula la frase del personaje de Sergio en la cinta Memorias del Subdesarrollo, y asegura que glosa palabras del Che Guevara. El parlamento que pronuncia el actor es: “¿Y la paloma que iba a mandar Picasso? Muy cómodo eso de ser comunista y millonario en París. Esta humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Como mi padre. Como Laura. Y no se detendrá hasta llegar a Miami.” No es, en modo alguno, una ofensa al Che, ni puede comparársele en absoluto con el insulto a José Martí. En rigor, es una visión lapidaria de la burguesía cubana.
Ni Tomás Gutiérrez Alea, ni Alfredo Guevara están vivos para
responderle la supuesta glosa;(3) y en especial este último, quien
asumió la responsabilidad pública en la decisión de que el documental PM
no se proyectara. Los mismos que aplaudieron a Fidel Castro cuando, en
el año de uno de los mayores peligros sobre nuestra patria, apenas dos
meses después de la invasión mercenaria, colocó el derecho de la
institución en revolución por encima del interés de un creador o de un
grupo de ellos, en sus Palabras a los Intelectuales.
Y cito a Fidel en la Biblioteca Nacional “...hay algo que creo no se puede discutir, y es el derecho establecido por la ley a ejercer la función que en este caso desempeñó el Instituto de Cine... ¿Se discute acaso ese derecho del gobierno? ¿Tiene o no tiene derecho el gobierno a ejercer esa función?”.
2- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando acusa a La Jiribilla y El Caimán Barbudo de hacer campaña contra los intelectuales cubanos, cuando el asunto de la guerrita de los emails. Me consta que la periodista Nirma Acosta, compañera de aula, es incapaz de prestarse a semejante infamia, y mucho menos el equipo actual de La Jiribilla, que dirige el poeta León Jacomino. Esta publicación estuvo al lado de Desiderio Navarro, y de las instituciones culturales, en aquellos días lúcidos en que el consenso y la razón permitieron que ninguna idea o frase pudiera ser manipulada por el enemigo, aun cuando se dijeran las verdades más amargas del quinquenio, el sexenio o la década más gris.
3- Otras falsedades, al igual que las ya mencionadas, deben probarse con evidencias, si es que Dean Luis Reyes las tiene, como la manipulación de los textos de Lina de Feria y Eduardo del Llano, publicados, entrevistados y promovidos en La Jiribilla en más de 20 ediciones según mis busquedas, por autores muy diversos; y la utilización de un seudónimo por un viceministro de cultura para escribir en esa revista.
4- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando asegura que El Caimán Barbudo de los 90 o principios del 2000, acosó a los intelectuales que menciona. La hemeroteca no me dejará mentir: bastaría con tener delante los diferentes números de esa revista, y apreciar las innumerables ocasiones en que los nombres de Víctor Fowler, Emilio Ichikawa, y Elvia Rosa Castro aparecen allí como firmantes de textos propios y las varias polémicas en que tomaron parte, incluso entre ellos mismos. Todo está publicado en estas “demoniacas” publicaciones, que dicen lo que a Dean Luis Reyes le incomoda, porque el concepto de diálogo de ciertos compañeros igual es oírse a sí mismos, y descalificar al que dice lo que ellos no piensan. Lo propio: juzgan como proceden.
5- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando imputa a Jorge Ángel Pérez el ensayo de “el asesinato de reputación de Arcos”, porque es el propio Arcos quien ha mostrando en sus post y en su texto de OnCuba, una postura agresiva, abiertamente contradictoria con la política cultural que le mantiene laborando en la televisión y en FAMCA.
6- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando no admite que es esa misma política cultural la que financia una oficina de la Muestra Joven en el edificio del ICAIC, y seis salarios a parte de sus organizadores, con presupuesto, instalaciones e instituciones estatales.
7-Y vuelve a faltar a la verdad Dean Luis Reyes cuando cuestiona el proceder del escritor y periodista Jorge Ángel Pérez, y le acusa de golpes bajos. Justo él, que protesta contra la censura, hasta tanto descubre que le puede sacar provecho y oportunidad. ¿Cómo explicar si no su declarada responsabilidad con la muestra del cine cubano censurado, que acaba de curar para una importante institución extranjera? ¿Será eso de “atacar a un hombre por donde es más débil?” ¿O acaso Dean Luis trabaja para el inglés, sin cobrar un centavo, o está en la capacidad de asegurar que sabe siempre quién financia, aun cuando se trate de una institución prestigiosa como el MOMA?
Y dale con la maldita Guerra Cultural, ¿no? Es como si uno tarareara: “Te odio, y sin embargo te quiero”
(Continuará)
V
Ahora que salta “La Joven Cuba” en las redes, a objetar el porqué los hombres se dividen en dos bandos, reservé para el final dos de los mejores conceptos que Dean Luis Reyes aspira a vertebrar: mi frase sobre “No digan nada que pueda ser manipulado...”, y especialmente el asunto de “lo nuestro”, que tanto convive en su texto con el asunto de “la desobediencia.”
Tengo delante el Trabajo de Diploma de una joven llamada Ailéen Carmenaty Sánchez, en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, que puede ser consultado en la biblioteca de ese centro. En la página 33, se evidencia que creció en más de medio millón de dólares la cantidad de dinero que destinó el gobierno norteamericano a la subversión de nuestro orden social, incluso en el periodo en que se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Los Estados Unidos.
Son públicos los beneficiarios para los años del 2014 al 2016, y que lo recibieron de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), —a la cual The New York Times considera una pantalla de la CIA— y buena parte de los mismos han estado muy activos en esta polémica de la Muestra Joven, como Diario De Cuba y CubaNet News. Gastaron, en solo tres años, la módica cifra de un 1 747 700 dólares de los impuestos que pagan los ciudadanos norteamericanos, justo en el tiempo en que funcionarios de ambos países conversaban sobre cómo avanzar en el intercambio a partir del respeto mutuo. (3)
La vista se me va a los fondos recibidos por Vista Larga Foundation Group, que sólo ha recibido unos 150 000, y que su objetivo es el fortalecimiento de la capacidad de los escritores y artistas independientes en Cuba para que puedan publicar sus trabajos, y exhibir sus obras “sin la censura oficial”, además de promover la colaboración entre los intelectuales que viven en la Isla y los cubanoamericanos.
No quisiera abrumar con estos temas supuestamente extra-artísticos, pero esta tesis la avalan tutores muy bien informados y calificados como el Dr. en Ciencias Históricas Néstor García Iturbe, y el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, hoy vicerrector del ISRI. A esa posible manipulación me refería, y cómo leerán, en DDC, Cuba Net y compañía, hay ya suficientes elementos de ello.
Conste que no estoy acusando a Dean Luis Reyes, ni a Gustavo Arcos, ni a ninguno de quienes discrepo, algunos de ellos compañeros míos en la escuela internacional de cine, y muchísimo menos al MOMA, de estar recibiendo dinero de la NED o la USAID. Es la realidad que nos ha tocado en suerte, a los que defendemos el derecho a discrepar y a ser leales. Ignorarlo es desconocer que para los mismos fines el actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ha firmado la entrega de otros 20 millones de dólares.
VI
Y es donde llegamos a que, por muchas insuficiencias que tenga el ICAIC, lo que nadie puede cuestionar es que hace diecisiete años se realiza una Muestra de Cine Joven que polemiza con su realidad, y que es un espacio para la experimentación y el debate, nunca complaciente, como se acaba de demostrar. La Jiribilla acaba de reseñar los resultados de la Muestra.
Gracias a su propia existencia, a esos peces que en el cartel de la Muestra se unen como cardumen, y al trabajo en equipo de varias generaciones de jóvenes cineastas, la lista de veinte películas censuradas que presenta Dean Luis Reyes en carta abierta a La Jiribilla, se desinfla de manera vertiginosa. Porque en las pantallas de los cines que sostiene el ICAIC, que paga todos los gastos, se proyectaron buena parte de ellas.
He aquí las respuestas de Benigno Iglesias, veterano responsable de la programación cinematográfica del ICAIC, hombre honesto y de una sola palabra, que me dicta argumentos casi de memoria. Su análisis no incluye exhibiciones realizadas en circuitos más experimentales como los de la Asociación Hermanos Saiz, en sus sedes, en particular el Pabellón Cuba, en eventos como el Almacén de la Imagen y la Cámara Azul de las Romerías de Mayo, entre otros.
Habrá que hacerle unas palabras introductorias a “La Lista...,” donde
se explique de que fueron proyectadas en los cines Charles Chaplin, 23 y
12, el Centro Cultural Fresa y Chocolate, la Sala Charlot, y hasta en
los cines La Rampa y Jibá, en algunos casos.
Retomo por puntos las razones y los casos de esta censura tan atípica:
8-“Se relacionan en la lista varias películas, lo mismo de ficción que documentales, que han sido exhibidos en festivales y muestras organizados en nuestro país desde el ICAIC, e inclusive, en cines de los circuitos de exhibición que semanalmente programamos”.
9- “Molinas Ferozz, de Jorge Molina, se exhibió durante el festival de cine de verano, en uno de los ciclos programados, y mucho antes en los festivales del Nuevo Cine Latinoamericano, y de Cine Pobre de Gibara (2010)”.
10- Enrique Álvarez me solicitó exhibir primero el filme Venecia, por voluntad propia, que Jirafas, y así se ha hecho para respetar al realizador. Jirafas se proyectó en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano del 2013”.
11- Sergio y Serguei, de Ernesto Daranas, estuvo en el Nuevo Cine... y ya tiene ya un acuerdo para llegar al circuito comercial próximamente. Tenía fecha de estreno en mayo, pero al coproductor no le era posible estar presente en esa fecha, y se coordinará para cuando convenga a ambas partes.
12- El Proyecto, de Alejandro Alonso, concursó en esta 17 Muestra Joven, y se proyectó en el pasado diciembre, como parte del Festival de Cine Latinoamericano.
13- Espejuelos Oscuros, de Jessica Rodríguez; Caballos, de Fabián Suárez; y La Obra del Siglo, de Carlos Machado, se proyectaron las tres en la Muestra Joven y en el Festival del Nuevo Cine del 2015. Sus realizadores no mostraron ningún interés posterior de entregarlas al ICAIC para su exhibición.
14- El Tren de la Línea Norte, de Marcelo Martín, y Sharing Stella, de Enrique Álvarez, también se vieron en la pantalla del festival de diciembre del 2015, y participaron al año siguiente en la Muestra Joven del 2016.
15- Pablo Milanés, de Juan Pin Vilar, se exhibió en el Cine Jibá, como parte de la cartelera del Primer Festival Internacional de Cine de Gibara del pasado año, —y el cantautor brindó un concierto a los delegados cubanos y extranjeros en la Villa Blanca de los Cangrejos.
16- Memorias del desarrollo, de Miguel Coyula, estuvo en el 2010 en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
17- Severo Secreto, de Oneyda González y Gustavo Pérez, se exhibió en el mismo festival, sólo que en el 2016.
18- Pon tu pensamiento en mí, de Arturo Soto, fue proyectada en los noventa, exactamente se estrenó el 19 de junio de 1997 y tuvo 1412 funciones en los circuitos comerciales, con 174 200 espectadores. Aparece en la enciclopedia digital cubana ECURED, y ha tenido una crítica muy favorable y excelentes debates que desarticulan esta visión excluyente que se atribuye a la institución.
19- En la lista son minoría títulos que son incompatibles con los principios de la política de programación cinematográfica, diseñada por el ICAIC y aplicada desde hace casi seis décadas, en la selección de filmes de todas las latitudes, que posteriormente se exhiben en las salas cinematográficas cubanas.
Porque si uno quiere ser independiente, tiene que serlo, y más si lo financian por crowdfunding/ Y si no, compruebe si en otro país lo dejan, con los recursos estatales, proyectar en un circuito de cines comerciales una ofensa a Lincoln o a Washington, esas mismas grandes productoras y distribuidoras que siempre se ponen de acuerdo en que aparezca la bandera norteamericana flotando en la escena de mayor crescendo emocional, tal y como me dicen estableció en su época el presidente Ronald Reagan.
20- Tengo a la vista la nota de prensa de la UNEAC que impugna, y cito textual “el artículo circulado el pasado 31 de marzo en Rebelión bajo el título Fuera de la oficina; de la desobediencia como síntoma”, firmado por Dean Luis Reyes, en el que el autor afirma que la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) se opone “al ejercicio de la crítica en sus escenarios públicos (lo que finiquitó su programa televisivo Hurón Azul), o al debate de ciertos temas en sus congresos”.
Y transcribo, puesto que es en mi blog: Tanto el temario del VIII Congreso de la UNEAC, efectuado en 2014, como los encuentros previos y posteriores de afiliados en las cinco asociaciones nacionales y sus filiales en las provincias se han caracterizado por abordar públicamente, y con absoluta transparencia, un amplísimo espectro de asuntos y preocupaciones relacionadas con las definiciones conceptuales y la aplicación práctica de la política cultural en todos los órdenes, incluidos el análisis y la crítica a las instituciones del sector. Ello se hace evidente con tan solo repasar los resúmenes y acuerdos, documentos al alcance de todos los miembros de la organización, a la cual pertenece el autor de la nota.
Por demás es falso que el programa de televisión Hurón Azul se haya dejado de transmitir con el pretexto de coartar el ejercicio de la crítica. Por muchos años, el programa cumplió su cometido, pero como toda producción televisual, en cualquier parte del mundo, se imponen cambios y aires renovadores. Pronto saldrá en el mismo espacio el programa La Rueda Dentada, con idénticos objetivos pero una diferente y más actual factura. De ahí que nos llame la atención lo que dice el autor al respecto. O está desinformado o responde a una aviesa intención.“ Y concluye Marisol Bello, Directora de la Oficina de Comunicación de la UNEAC, confiando en que Rebelión les dé “la oportunidad de aclarar el asunto.”
Así que, a propósito de las llevadas y traídas declaraciones en Facebook, de tantos y tantos debates, me hago eco del post que me enviara la escritora Margarita Sánchez, y que colocara en su muro el poeta guatemalteco Javier Payeras con estos versos de Bertolt Brecht: “Qué tiempos serán los que vivimos, que es necesario defender lo obvio”.
NOTAS AL PIE DE PÁGINA.
1- Intente Ud. comparar el parlamento de Sergio en Memorias del Subdesarrollo, con este diálogo:
“-José Martí es un mojón, Neysi. José Martí es un mojón, de verdad.
- ¿Verdad, Papi?
-José Martí es un mojón. José Martí no se reía, mija.
-¿Qué tú sabes?
-José Martí es... era maricón
-Está bien. ¿Y, por qué no?
-Pero... No lo conocimos. Estuvo en otra época. Es como Borges. El poema ese. Todo está confundido y la gente dice que eso lo dijo Martí. “Hay que sembrar árboles”, eso lo dice mi tía... Yo no creo en Martí. Yo no soy martiano..."
2- Lo digo porque así lo escuché una y mil veces a mi padre, director de fotografía que ingresó al ICAIC con apenas 22 años, primero como jefe del almacén central, y después de varios cursos, asistente de foco eventual en Juan Quin Quin en Pueblo Mocho y Memorias del Subdesarrollo, y asistente de cámara en Giselle y Un Día en el Solar. Su jefe en el batallón de milicia, era Santiago Álvarez. Y no se detuvo "el Gallo" hasta ser delegado al Primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, o lograr ser camarógrafo en el Inder y, años después, el director de fotografía más respetado y querido en Cinematografía Educativa.
3- (El Hacha en la Cruz. Alexis Triana. Ediciones Holguín. 2013.).
4- Es posible ver la información del destino de los fondos de la Fundación Nacional para la Democracia para esta sistemática subversión contra Cuba en http://www.ned.org.
El debate alrededor de la 17 Muestra Joven del ICAIC me ha recordado el supuesto diálogo entre dos viejos sordos en la zarzuela María La O, la hilarante escena del libretista Sánchez Galarraga allá por 1940, entre el Marqués del Palmar y el Conde de Las Vegas, en la cual cada uno interpreta lo que cree que escucha:
- Sí, como no, ya oigo mejor.
- Un dolor, ¿dónde?
- Conde, no, Marqués, que ya oigo mejor.
- Yo también estoy oyendo mejor.
- Pues no lo parece.
- Sí, nuestros muchachos crecen (...)
Y es que el rol de la transgresión y del provocador en el arte no es nada novedoso. Ahora han querido colocar a la censura en el centro del conflicto, y no al hecho de principios en sí mismo. Insisten por las redes sociales en convencernos de que no ha habido tal ofensa al Apóstol, y en que a nombre de la institución hemos actuado como unos burócratas censores, incapaces de entender la libertad de creación. Los leo, pero no los entiendo ni comparto.
No saben defender el derecho a ser rebeldes, y a tener una visión propia como a cada generación le compete, como hizo José Martí, en la convicción de que la obra salva, y que “crear es pelear, crear es vencer.”
Exigir al ICAIC que este work in progress se exhiba “en un cine grande” como particular empeño de los organizadores —aun cuando lo propusieron fuera de concurso, y hasta pasada la fecha de admisión—, es seguir obviando el derecho de los otros, de la inmensa mayoría de los cubanos: el derecho nuestro, término que tanto molesta a Dean Luis Reyes. Las declaraciones de las presidencias de la UNEAC, de la Asociación Hermanos Saiz y la Brigada José Martí, son precisas y todas han exigido un poco de decoro: ¡No se metan con Martí! (1)
¿Qué habría pasado si el Centro de Estudios Martianos o la Sociedad Cultural José Martí decidieran establecer una demanda judicial por infamia, al amparo del artículo 204 del Código Penal, que se aplica al que públicamente difame, denigre o mal exprese a las instituciones de la República, a las organizaciones políticas, de masas o sociales del país, a los héroes y mártires de la patria, y que incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o a multa de cien a 300 cuota?
Cito el documento donde la presidencia de la organización de los jóvenes escritores y artistas de Cuba, “expresa su desacuerdo con postulados estéticos que vayan en detrimento de la identidad y los símbolos nacionales.”
Y a su vez confirma el apoyo a la Muestra Joven ICAIC, “de la cual formamos parte desde su primera edición y de la que sentimos el orgullo de contribuir cuando apenas era una jornada de cine promovida desde el seno de nuestros más audaces y certeros creadores. Creemos que se impone reformular el diálogo realizadores-institución para seguir desarrollando un evento que cada año trasciende la visón particular y universaliza las perspectivas heterogéneas y las dinámicas cada vez más complejas del audiovisual cubano.”
II
Tengo con el blog El Cine es Cortar una relación “dialógica”: Juan Antonio García Borrero fue uno de los pocos que publicó íntegra, en aquel entonces, mi réplica a los organizadores del Festival Cine Pobre de Gibara, que titulé “Nunca en nombre nuestro”, en abril del 2011.
Discrepaba entonces que hubiesen sido las autoridades de Holguín quienes suspendieran la convocatoria internacional al evento, que circuló profusamente por un correo y desde una oficina financiados por el estado cubano, y que invitaba a venir con las latas de película bajo el brazo a una ciudad varias veces impactada por huracanes, aun cuando la frecuencia del festival había sido pospuesta a bianual, por el plan de festivales y eventos del país, todo lo que aún hoy me sigue pareciendo un verdadero acto de irresponsabilidad con los convocados a partir de las extraordinarias dificultades que se vivían.
A Dean Luis Reyes lo conocí mucho antes, —aunque ya no le reconozco— cuando propuso al comité organizador de la Romerías de Mayo, allá por los noventa, que el más polémico cine cubano y el audiovisual tuviesen un espacio propio en nuestro festival. Pretende ignorar que, en el año 2002 me presentó como presidente del comité organizador de las Romerías de Mayo, la propuesta de la Muestra “La Otra Luz”, un espacio que “abarcaba una selección de materiales poco vistos y esenciales para la cultura cinematográfica, sin el acto de la competencia entre los realizadores.” (2)
Ilustran este texto varios carteles de la 17 Muestra Joven ICAIC, 2018,
tomados del sitio web oficial del evento
Fue en la Novena edición, y en el programa aparecían El Fanguito, de Jorge Luis Sánchez; Sed, de Enrique Álvarez, Clase Z Tropical, de Miguel Coyula. Colinas Culpa, de Jorge Molina, Oscuros Rinocerontes Enjaulados, de Juan Carlos Cremata; Talco para lo Negro, de Arturo Soto... Más de 20 materiales, proyectados en el Ateneo Cinematográfico, en la entonces Sala Patria y hasta en el Cine Frexes, “un cine grande”, para el caso del estreno de Vampiros en La Habana, cuando la presencia de las delegaciones extranjeras continuaba creciendo año tras año.
Mucho después escribió en Juventud Rebelde que nuestro festival había nacido de un acto de desobediencia, —miren desde cuándo viene el término al uso— lo que en contexto es absolutamente cierto; más obvia lo esencial: desde su fundación, asumimos que aquella rebeldía tenía que gestar la búsqueda de un consenso con las instituciones, y hasta con las iglesias.
Tal es así que aquella Asociación Hermanos Saiz de Holguín dedicó la XV edición, por unanimidad del comité organizador, a los combatientes del Ministerio del Interior, por el apoyo de los bomberos, de los oficiales de Inmigración y Aduana —para que entraran sin dificultad los delegados extranjeros, y los instrumentos y las exposiciones—, y hasta los policías de a pie en las plazas y parques, que reconocían en la credencial del evento nuestro empeño desde una provincia a convocar a un Festival Mundial de Jóvenes Artistas y Promotores Culturales.
Probablemente de aquí venga el epíteto de “policía” que, quizás en tono de camaradería, me dedica en sus comentarios de Facebook, o de leer demasiado de mí a los ya adversamente contrarios a nuestro orden social, por lo que ahora, en su artículo, obvia mi presencia en la conferencia de prensa de la Muestra de Cine Joven, como director de comunicación del Ministerio de Cultura, y me designa director de la revista Excelencias.
Léase el machón de la publicación: lo único cierto es que desde julio del 2014 figuro como editor ejecutivo de la revista Arte por Excelencias. Solicité autorización para ejercer ese derecho como editor y miembro de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, (registro 10 470), y de la Unión de Periodistas de Cuba, (7 020), en el tiempo libre que busco para el proyecto editorial de Excelencias, por circunstancias absolutamente personales que no vienen al caso.
¿No será eso “atacar a un hombre por donde es más débil: por su modo de subsistencia?”
III
Extraño acto de censura el de la Muestra Joven, donde el mismísimo director censurado ha tenido dos filmes más en la programación, y ha ganado premio con uno de ellos en el mismo concurso. Si no es un record para temas de censura, es un buen rasero para medir a los censores, parafraseando a nuestro crítico.
Es innegable que todo el tiempo se pretendió desviar el foco hacia lo espectacular del posible acto de censura, y hacerlo aún más mediático. Para los guionistas del mismo, es censura que el ICAIC haya propuesto que el work in progress se proyectara en una sala de video como parte de la programación. O que Fernando León Jacomino y Mercy Ruiz, directora de Ediciones ICAIC, hayan impugnado y cuestionado la prolongación de la conferencia de prensa en la sala del Centro Cultural Fresa y Chocolate.
¿No era de prensa la conferencia? ¿Son, o no, el director de una publicación digital y la directora de una editorial, los que ejercieron su derecho a la discrepancia, al igual que lo hicieron otros profusamente?
A Dean Luis Reyes le irrita, en especial, que este redactor haya interrumpido a la productora en la conducción del preguion, porque no vio, —o no quiso ver— que la misma llevaba una cámara detrás, filmando sus pasionales alegatos. Es inimaginable que nuestra “férrea censura” le haya permitido registrar escena tras escena a la vista de todos, y que no se le exigiera al menos al camarógrafo retirarse del lugar, o se hiciera lo que se estila en los noticiarios, de querer tapar el lente, cuando les dije, tanto al camarógrafo como a dicha productora, y con testigos presenciales, que era inaudito que todo aquello fuera para un show mediático, como lo subieron el día después, a Internet y a las redes.
La postura asumida por el Comité Organizador, sobre el susodicho work in progress, y la consiguiente declaración institucional, enrarecieron la imprescindible atmósfera de diálogo entre los creadores y las instituciones que requiere un evento como la Muestra Joven, el Almacén de la Imagen o las Romerías de Mayo, agregaría yo. Cada vez que me quieren convencer de la inutilidad de la Declaración del ICAIC, tengo delante el post que subió el periodista Carlos Rafael Diéguez en Radio Miami durante esos días: “Martí es para Cuba, como Cristo para los cristianos.”
IV
Y como el que calla parece que otorga y me refiero a “...de la desobediencia como síntoma”, en el Blog El Cine es Cortar, es sensato poner los puntos sobre las íes. Y voy a enumerarlos hasta el mismísimo final para que vean lo fácil que es llegar a veinte en una lista:
1- Falta a la verdad Dean Luis cuando manipula la frase del personaje de Sergio en la cinta Memorias del Subdesarrollo, y asegura que glosa palabras del Che Guevara. El parlamento que pronuncia el actor es: “¿Y la paloma que iba a mandar Picasso? Muy cómodo eso de ser comunista y millonario en París. Esta humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Como mi padre. Como Laura. Y no se detendrá hasta llegar a Miami.” No es, en modo alguno, una ofensa al Che, ni puede comparársele en absoluto con el insulto a José Martí. En rigor, es una visión lapidaria de la burguesía cubana.
Y cito a Fidel en la Biblioteca Nacional “...hay algo que creo no se puede discutir, y es el derecho establecido por la ley a ejercer la función que en este caso desempeñó el Instituto de Cine... ¿Se discute acaso ese derecho del gobierno? ¿Tiene o no tiene derecho el gobierno a ejercer esa función?”.
2- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando acusa a La Jiribilla y El Caimán Barbudo de hacer campaña contra los intelectuales cubanos, cuando el asunto de la guerrita de los emails. Me consta que la periodista Nirma Acosta, compañera de aula, es incapaz de prestarse a semejante infamia, y mucho menos el equipo actual de La Jiribilla, que dirige el poeta León Jacomino. Esta publicación estuvo al lado de Desiderio Navarro, y de las instituciones culturales, en aquellos días lúcidos en que el consenso y la razón permitieron que ninguna idea o frase pudiera ser manipulada por el enemigo, aun cuando se dijeran las verdades más amargas del quinquenio, el sexenio o la década más gris.
3- Otras falsedades, al igual que las ya mencionadas, deben probarse con evidencias, si es que Dean Luis Reyes las tiene, como la manipulación de los textos de Lina de Feria y Eduardo del Llano, publicados, entrevistados y promovidos en La Jiribilla en más de 20 ediciones según mis busquedas, por autores muy diversos; y la utilización de un seudónimo por un viceministro de cultura para escribir en esa revista.
4- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando asegura que El Caimán Barbudo de los 90 o principios del 2000, acosó a los intelectuales que menciona. La hemeroteca no me dejará mentir: bastaría con tener delante los diferentes números de esa revista, y apreciar las innumerables ocasiones en que los nombres de Víctor Fowler, Emilio Ichikawa, y Elvia Rosa Castro aparecen allí como firmantes de textos propios y las varias polémicas en que tomaron parte, incluso entre ellos mismos. Todo está publicado en estas “demoniacas” publicaciones, que dicen lo que a Dean Luis Reyes le incomoda, porque el concepto de diálogo de ciertos compañeros igual es oírse a sí mismos, y descalificar al que dice lo que ellos no piensan. Lo propio: juzgan como proceden.
5- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando imputa a Jorge Ángel Pérez el ensayo de “el asesinato de reputación de Arcos”, porque es el propio Arcos quien ha mostrando en sus post y en su texto de OnCuba, una postura agresiva, abiertamente contradictoria con la política cultural que le mantiene laborando en la televisión y en FAMCA.
6- Falta a la verdad Dean Luis Reyes cuando no admite que es esa misma política cultural la que financia una oficina de la Muestra Joven en el edificio del ICAIC, y seis salarios a parte de sus organizadores, con presupuesto, instalaciones e instituciones estatales.
7-Y vuelve a faltar a la verdad Dean Luis Reyes cuando cuestiona el proceder del escritor y periodista Jorge Ángel Pérez, y le acusa de golpes bajos. Justo él, que protesta contra la censura, hasta tanto descubre que le puede sacar provecho y oportunidad. ¿Cómo explicar si no su declarada responsabilidad con la muestra del cine cubano censurado, que acaba de curar para una importante institución extranjera? ¿Será eso de “atacar a un hombre por donde es más débil?” ¿O acaso Dean Luis trabaja para el inglés, sin cobrar un centavo, o está en la capacidad de asegurar que sabe siempre quién financia, aun cuando se trate de una institución prestigiosa como el MOMA?
Y dale con la maldita Guerra Cultural, ¿no? Es como si uno tarareara: “Te odio, y sin embargo te quiero”
(Continuará)
V
Ahora que salta “La Joven Cuba” en las redes, a objetar el porqué los hombres se dividen en dos bandos, reservé para el final dos de los mejores conceptos que Dean Luis Reyes aspira a vertebrar: mi frase sobre “No digan nada que pueda ser manipulado...”, y especialmente el asunto de “lo nuestro”, que tanto convive en su texto con el asunto de “la desobediencia.”
Tengo delante el Trabajo de Diploma de una joven llamada Ailéen Carmenaty Sánchez, en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, que puede ser consultado en la biblioteca de ese centro. En la página 33, se evidencia que creció en más de medio millón de dólares la cantidad de dinero que destinó el gobierno norteamericano a la subversión de nuestro orden social, incluso en el periodo en que se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Los Estados Unidos.
Son públicos los beneficiarios para los años del 2014 al 2016, y que lo recibieron de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), —a la cual The New York Times considera una pantalla de la CIA— y buena parte de los mismos han estado muy activos en esta polémica de la Muestra Joven, como Diario De Cuba y CubaNet News. Gastaron, en solo tres años, la módica cifra de un 1 747 700 dólares de los impuestos que pagan los ciudadanos norteamericanos, justo en el tiempo en que funcionarios de ambos países conversaban sobre cómo avanzar en el intercambio a partir del respeto mutuo. (3)
La vista se me va a los fondos recibidos por Vista Larga Foundation Group, que sólo ha recibido unos 150 000, y que su objetivo es el fortalecimiento de la capacidad de los escritores y artistas independientes en Cuba para que puedan publicar sus trabajos, y exhibir sus obras “sin la censura oficial”, además de promover la colaboración entre los intelectuales que viven en la Isla y los cubanoamericanos.
No quisiera abrumar con estos temas supuestamente extra-artísticos, pero esta tesis la avalan tutores muy bien informados y calificados como el Dr. en Ciencias Históricas Néstor García Iturbe, y el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, hoy vicerrector del ISRI. A esa posible manipulación me refería, y cómo leerán, en DDC, Cuba Net y compañía, hay ya suficientes elementos de ello.
Conste que no estoy acusando a Dean Luis Reyes, ni a Gustavo Arcos, ni a ninguno de quienes discrepo, algunos de ellos compañeros míos en la escuela internacional de cine, y muchísimo menos al MOMA, de estar recibiendo dinero de la NED o la USAID. Es la realidad que nos ha tocado en suerte, a los que defendemos el derecho a discrepar y a ser leales. Ignorarlo es desconocer que para los mismos fines el actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ha firmado la entrega de otros 20 millones de dólares.
VI
Y es donde llegamos a que, por muchas insuficiencias que tenga el ICAIC, lo que nadie puede cuestionar es que hace diecisiete años se realiza una Muestra de Cine Joven que polemiza con su realidad, y que es un espacio para la experimentación y el debate, nunca complaciente, como se acaba de demostrar. La Jiribilla acaba de reseñar los resultados de la Muestra.
Gracias a su propia existencia, a esos peces que en el cartel de la Muestra se unen como cardumen, y al trabajo en equipo de varias generaciones de jóvenes cineastas, la lista de veinte películas censuradas que presenta Dean Luis Reyes en carta abierta a La Jiribilla, se desinfla de manera vertiginosa. Porque en las pantallas de los cines que sostiene el ICAIC, que paga todos los gastos, se proyectaron buena parte de ellas.
He aquí las respuestas de Benigno Iglesias, veterano responsable de la programación cinematográfica del ICAIC, hombre honesto y de una sola palabra, que me dicta argumentos casi de memoria. Su análisis no incluye exhibiciones realizadas en circuitos más experimentales como los de la Asociación Hermanos Saiz, en sus sedes, en particular el Pabellón Cuba, en eventos como el Almacén de la Imagen y la Cámara Azul de las Romerías de Mayo, entre otros.
Retomo por puntos las razones y los casos de esta censura tan atípica:
8-“Se relacionan en la lista varias películas, lo mismo de ficción que documentales, que han sido exhibidos en festivales y muestras organizados en nuestro país desde el ICAIC, e inclusive, en cines de los circuitos de exhibición que semanalmente programamos”.
9- “Molinas Ferozz, de Jorge Molina, se exhibió durante el festival de cine de verano, en uno de los ciclos programados, y mucho antes en los festivales del Nuevo Cine Latinoamericano, y de Cine Pobre de Gibara (2010)”.
10- Enrique Álvarez me solicitó exhibir primero el filme Venecia, por voluntad propia, que Jirafas, y así se ha hecho para respetar al realizador. Jirafas se proyectó en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano del 2013”.
11- Sergio y Serguei, de Ernesto Daranas, estuvo en el Nuevo Cine... y ya tiene ya un acuerdo para llegar al circuito comercial próximamente. Tenía fecha de estreno en mayo, pero al coproductor no le era posible estar presente en esa fecha, y se coordinará para cuando convenga a ambas partes.
12- El Proyecto, de Alejandro Alonso, concursó en esta 17 Muestra Joven, y se proyectó en el pasado diciembre, como parte del Festival de Cine Latinoamericano.
13- Espejuelos Oscuros, de Jessica Rodríguez; Caballos, de Fabián Suárez; y La Obra del Siglo, de Carlos Machado, se proyectaron las tres en la Muestra Joven y en el Festival del Nuevo Cine del 2015. Sus realizadores no mostraron ningún interés posterior de entregarlas al ICAIC para su exhibición.
14- El Tren de la Línea Norte, de Marcelo Martín, y Sharing Stella, de Enrique Álvarez, también se vieron en la pantalla del festival de diciembre del 2015, y participaron al año siguiente en la Muestra Joven del 2016.
15- Pablo Milanés, de Juan Pin Vilar, se exhibió en el Cine Jibá, como parte de la cartelera del Primer Festival Internacional de Cine de Gibara del pasado año, —y el cantautor brindó un concierto a los delegados cubanos y extranjeros en la Villa Blanca de los Cangrejos.
16- Memorias del desarrollo, de Miguel Coyula, estuvo en el 2010 en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
17- Severo Secreto, de Oneyda González y Gustavo Pérez, se exhibió en el mismo festival, sólo que en el 2016.
18- Pon tu pensamiento en mí, de Arturo Soto, fue proyectada en los noventa, exactamente se estrenó el 19 de junio de 1997 y tuvo 1412 funciones en los circuitos comerciales, con 174 200 espectadores. Aparece en la enciclopedia digital cubana ECURED, y ha tenido una crítica muy favorable y excelentes debates que desarticulan esta visión excluyente que se atribuye a la institución.
19- En la lista son minoría títulos que son incompatibles con los principios de la política de programación cinematográfica, diseñada por el ICAIC y aplicada desde hace casi seis décadas, en la selección de filmes de todas las latitudes, que posteriormente se exhiben en las salas cinematográficas cubanas.
Porque si uno quiere ser independiente, tiene que serlo, y más si lo financian por crowdfunding/ Y si no, compruebe si en otro país lo dejan, con los recursos estatales, proyectar en un circuito de cines comerciales una ofensa a Lincoln o a Washington, esas mismas grandes productoras y distribuidoras que siempre se ponen de acuerdo en que aparezca la bandera norteamericana flotando en la escena de mayor crescendo emocional, tal y como me dicen estableció en su época el presidente Ronald Reagan.
20- Tengo a la vista la nota de prensa de la UNEAC que impugna, y cito textual “el artículo circulado el pasado 31 de marzo en Rebelión bajo el título Fuera de la oficina; de la desobediencia como síntoma”, firmado por Dean Luis Reyes, en el que el autor afirma que la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) se opone “al ejercicio de la crítica en sus escenarios públicos (lo que finiquitó su programa televisivo Hurón Azul), o al debate de ciertos temas en sus congresos”.
Y transcribo, puesto que es en mi blog: Tanto el temario del VIII Congreso de la UNEAC, efectuado en 2014, como los encuentros previos y posteriores de afiliados en las cinco asociaciones nacionales y sus filiales en las provincias se han caracterizado por abordar públicamente, y con absoluta transparencia, un amplísimo espectro de asuntos y preocupaciones relacionadas con las definiciones conceptuales y la aplicación práctica de la política cultural en todos los órdenes, incluidos el análisis y la crítica a las instituciones del sector. Ello se hace evidente con tan solo repasar los resúmenes y acuerdos, documentos al alcance de todos los miembros de la organización, a la cual pertenece el autor de la nota.
Por demás es falso que el programa de televisión Hurón Azul se haya dejado de transmitir con el pretexto de coartar el ejercicio de la crítica. Por muchos años, el programa cumplió su cometido, pero como toda producción televisual, en cualquier parte del mundo, se imponen cambios y aires renovadores. Pronto saldrá en el mismo espacio el programa La Rueda Dentada, con idénticos objetivos pero una diferente y más actual factura. De ahí que nos llame la atención lo que dice el autor al respecto. O está desinformado o responde a una aviesa intención.“ Y concluye Marisol Bello, Directora de la Oficina de Comunicación de la UNEAC, confiando en que Rebelión les dé “la oportunidad de aclarar el asunto.”
Así que, a propósito de las llevadas y traídas declaraciones en Facebook, de tantos y tantos debates, me hago eco del post que me enviara la escritora Margarita Sánchez, y que colocara en su muro el poeta guatemalteco Javier Payeras con estos versos de Bertolt Brecht: “Qué tiempos serán los que vivimos, que es necesario defender lo obvio”.
NOTAS AL PIE DE PÁGINA.
1- Intente Ud. comparar el parlamento de Sergio en Memorias del Subdesarrollo, con este diálogo:
“-José Martí es un mojón, Neysi. José Martí es un mojón, de verdad.
- ¿Verdad, Papi?
-José Martí es un mojón. José Martí no se reía, mija.
-¿Qué tú sabes?
-José Martí es... era maricón
-Está bien. ¿Y, por qué no?
-Pero... No lo conocimos. Estuvo en otra época. Es como Borges. El poema ese. Todo está confundido y la gente dice que eso lo dijo Martí. “Hay que sembrar árboles”, eso lo dice mi tía... Yo no creo en Martí. Yo no soy martiano..."
2- Lo digo porque así lo escuché una y mil veces a mi padre, director de fotografía que ingresó al ICAIC con apenas 22 años, primero como jefe del almacén central, y después de varios cursos, asistente de foco eventual en Juan Quin Quin en Pueblo Mocho y Memorias del Subdesarrollo, y asistente de cámara en Giselle y Un Día en el Solar. Su jefe en el batallón de milicia, era Santiago Álvarez. Y no se detuvo "el Gallo" hasta ser delegado al Primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, o lograr ser camarógrafo en el Inder y, años después, el director de fotografía más respetado y querido en Cinematografía Educativa.
3- (El Hacha en la Cruz. Alexis Triana. Ediciones Holguín. 2013.).
4- Es posible ver la información del destino de los fondos de la Fundación Nacional para la Democracia para esta sistemática subversión contra Cuba en http://www.ned.org.
Tomado del Blog: Por cuenta propia/Alexis Triana
TOMADO DE LA JIRIBILLA.