lunes, 9 de abril de 2018

Cuba: El instinto de rebelión y el renacer del último filibustero

El espíritu de William Walker, el último filibustero, recorre América, bajo el brazo lleva la Doctrina Monroe, «América para los americanos, del norte off course». Serviles se pliegan algunos que no saben vivir de pie, arrodillados los quieren y de rodillas se ponen a gusto.
Bajo la mirada del Águila Calva se reúnen los adeptos que rememoran jubilosos los tiempos del Destino Manifiesto.
«El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia… Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino».[1]
«Y esta demanda está basada en el derecho de nuestro destino manifiesto a poseer todo el continente que nos ha dado la Providencia».[2]
Libres se reúnen los libres por una América nueva, nuestra. Se juntan en las tierras de Túpac Amaru, de Micaela Bastidas, José Olaya Balandra y tantos otros héroes del Perú, la tierra del Inca que no fue mansa a la conquista, la tierra de Raúl Borras Barrenechea, canciller peruano, que junto a  Ignacio Luis Arcaya, canciller venezolano,en septiembre de 1960 se negaron a firmar la declaración contra Cuba de la Conferencia de la Organización de Estados Americanos (oea) celebrada en San José de Costa Rica, que justificaba las pretensiones del imperialismo yanqui,de aislar a Cuba para contribuir a la agresión militar que ya gestaba la CIA.
Fidel fue uno de los primeros en acudir, junto a miles de cubanos solidarios con el pueblo peruano, a donar sangre para las víctimas del terremoto de Perú en 1970,  en un gesto que es recordado con amor y gratitud por muchos. El dolor del hermano pueblo conmovió y movilizó a toda la nación caribeña.
Cuba acude a Lima, Perú, con los representantes de la sociedad civil, a debatir en los Foros, a compartir ideas, a llevar la verdad de la Revolución. Cuba acude a la VIII Cumbre de las Américas y Cuba estará presente en la Cumbre de los Pueblos, en momentos en que las ideas de Martí y Bolívar se hacen más necesarias que nunca.
Cuba no clasifica entre los países que cumplen los parámetros establecidos por Estados Unidos para ser considerada una nación «libre» y «democrática», la policía no reprime al pueblo, no hay desaparecidos, no hay torturados, los que en la Isla se autotitulan opositores, a pesar de las evidentes transgresiones de la ley que cometen regularmente, a pesar de ser declaradamente asalariados de una potencia extrajera, apenas son molestados y contra toda lógica hacen lo posible y lo imposible para que los repriman, sin lograrlo, lo que los enfurece y enferma de odio e impotencia, reciben todos los beneficios a los que tienen derecho como ciudadanos cubanos, aunque luchan «decididamente» por destruir esos derechos, el esclavo asumido cubano, al igual que similares de todo el mundo, padece de amnesia histórica y servilismo patológico.
En carta que Antonio Gramsci le escribe a su esposa Giulia, el 6 de marzo de 1924 le dice: «¿Qué me salvó de convertirme completamente en un andrajo almidonado? El instinto de rebelión».
El instinto de rebelión nos hizo libres del coloniaje español, la sumisión nos hace esclavos, nos somete en tiempos en que el último filibustero redivivo, recorre Nuestra América, los serviles, convertidos en andrajos almidonados, se ponen de rodillas, los libres miran del frente al sol, que en esas tierras es dios y futuro, Inti creador de vida y libertad.

[1] Aparece por primera vez en el artículo «Anexión», del periodista John L. O'Sullivan, publicado en la revista Democratic Review de Nueva York, en el número de julio-agosto de 1845.
[2] La segunda interpretación de O'Sullivan de la frase se dio en una columna aparecida en el New York Morning News, el 27 de diciembre de 1845.


TOMADO DE GRANMA

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