lunes, 21 de agosto de 2017
Por los caminos del Arte: Emoción y buena música
Por Marianela Dufflar
Fotos: Abel Juliá
Los que asistieron este sábado 19 de agosto a la La Pérgola del Pabellón Cuba, tuvieron la oportunidad de disfrutar del arte y hasta de conmoverse con la música y las revelaciones realizadas por los invitados del espacio de ARTex, Por los caminos del arte, que además de crear expectativas cada sábado, permite el intercambio directo entre el público y sus artistas.
Las intérpretes Niurka Reyes y Leyanis López, mostraron versatilidad, profesionalidad y temperamento en la escena. Por su parte los actores Tamara Castellanos y Niusvel Ventura, compartieron sus experiencias con los presentes y aseveraron que resulta difícil la actuación, encarar personajes que en su mayoría nada tienen que ver con sus propias vidas.
También declararon, que la actuación es su pasión y sobre todo, la satisfacción que sienten al ser reconocidos, su trabajo, por todo el pueblo.
A ellos se sumaron noveles talentos, como el grupo Luces Verdes, conformado por seis jóvenes que apostaron por la música fusión, sin perder las raíces de la música cubana. Ellosno solo se ganaron la ovación de los presentes sino el reconocimiento de Niurka y Leyanis, por los tres temas que interpretaron, de la autoría de uno de sus integrantes, recreados con delicada armonía e hilvanados con textos de gran lirismo.
Por si fuera poco, se unieron a los invitados, tres de los concursantes de la tercera edición del programa televisivo Sonando en Cuba quienes bajo el entrenamiento de Niurka Reyes, quisieron agradecerle a su profesora, no solo con palabras sino con su arte, todas las enseñanzas recibidas durante este tiempo de entrenamiento para la competencia.
Ellos alzaron sus voces y el público, que no siempre puede asistir a la puesta en vivo del programa, logró conocer de cerca, la calidad humana y el talento artístico que acompaña a estos jóvenes, que representan a las provincias orientales, en el popular concurso.
Tarde de revelaciones, de música y muchas emociones este sábado, en el que quedó pactado un nuevo encuentro para juntos, artistas y público, transitar por los caminos del arte.
Eddy Chibás
Graziella Pogolotti •
19 de Agosto del 2017
Las gentes de mi barrio, el de San Juan de Dios, eran personas humildes que preservaban la noción de la decencia. Había carpinteros, dependientes de tiendas, maestras jubiladas y graduadas normalistas que nunca consiguieron plazas, abogados convertidos en distribuidores de prospectos de medicinas en las consultas privadas, empleados de oficinas. En el hogar de algunas de mis compañeras de juego se confiaba en que la elección de Grau San Martín a la presidencia de la República contribuiría a solucionar los males de la nación. La esperanza se fundaba en el recuerdo viviente del Gobierno de Grau-Guiteras que siguió al derrocamiento de la dictadura machadista y no pudo sobrevivir al golpe perpetrado por el embajador Caffery con el respaldo de Batista y Mendieta.
Poco duró la euforia de las multitudes que rodearon el Palacio Presidencial el día de la toma de posesión de Ramón Grau San Martín. El célebre ciclón de 1944 trajo los primeros negocios turbios. Los escándalos se multiplicaron y los grupos armados ajustaban cuentas en las calles. Hubo personajes de siniestra catadura que alcanzaron la celebridad. Había llegado la hora del desencanto. Entonces, Chibás se desprendió del Partido Auténtico al que había pertenecido. Fundó su contraparte, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).
En el barrio, cada domingo, a las ocho en punto de la noche, se escuchaban sus arengas. Para muchos desencantados de ayer, renació la esperanza. Elaborado con la colaboración de Leonardo Fernández Sánchez, antiguo colaborador de Julio Antonio Mella, el proyecto proponía independencia económica, libertad política y justicia social, aunque no se declaraba abiertamente antimperialista. Todo indicaba que habría de ganar las elecciones del 52, frustradas por el golpe de Fulgencio Batista, a pesar de que el dramático suicidio del fundador había quebrantado la capacidad de convocatoria, animada por la voz de Chibás. Todo apunta a que, de haber obtenido la victoria electoral, sus menguadas fuerzas no hubieran podido afrontar los males de la República, aquejada por una profunda crisis estructural de raíz económica.
Por otra parte, el sistema electoral vigente se sostenía en una maquinaria política que para su funcionamiento necesitaba buen aceitado y adecuada alimentación, vale decir, componendas y concesiones, todo lo cual comprometía de antemano la futura ejecutoria gubernamental. Para organizarse a escala nacional, los ortodoxos tuvieron que abrir espacios a viejos políticos, verdaderos caciques en algunos territorios del país. El Partido Ortodoxo, con vistas a las batallas electorales, se había convertido en un conglomerado heterogéneo donde coexistían políticos hechos a las lides tradicionales, intelectuales de limpia trayectoria, poco duchos en los menesteres de una práctica concreta. Se había constituido, además, en imán para un sector juvenil radical, deseoso de impulsar las profundas transformaciones que la nación demandaba.
La extrema fragilidad del Partido Ortodoxo se puso de manifiesto al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo, protagonizado por Fulgencio Batista, casi en vísperas de las elecciones. Ante la ruptura del orden constitucional, se fragmentó en las múltiples tendencias que contenía en su seno. Con esas limitantes intrínsecas no fue posible diseñar una estrategia de resistencia que constituyera un factor de cohesión para la inconformidad popular. Se despilfarró de ese modo el capital político fundado en la continuidad de la esperanza renovada.
Sin embargo, en la noche en que, con un disparo se suicida ante los micrófonos de la radio, Eduardo Chibás quiso dar su último aldabonazo; estaba rodeado en el estudio por un grupo de compañeros. Se encontraba entre ellos un joven abogado, que se iniciaba por aquel entonces en las lides de la política nacional. Era Fidel Castro, portador ya de una visión de futuro y artífice de una estrategia que habría de llevar al derrocamiento de la tiranía. En las bases juveniles del Partido Ortodoxo encontraría el fermento vivo de las esperanzas resguardadas. La agrupación política fundada por Chibás ofreció el ámbito que acogió a una generación deseosa de proseguir la lucha por edificar la patria soñada. De esa célula originaria surgieron los asaltantes al cuartel Moncada. De ese germen, nació el Movimiento 26 de Julio.
Hijo de extranjeros, con formación cosmopolita y residente durante largo tiempo en otros países, mi padre se interrogaba acerca de las razones de su arraigo profundo y de su intenso amor por el sitio donde había nacido. Encontró respuestas en su vínculo con una historia y un pueblo, forjados en la lucha contra la adversidad, asidos siempre a la voluntad de construir una nación soberana. La prolongada guerra por la independencia había topado con la intervención norteamericana. Las fuerzas se reagrupaban y el enfrentamiento al machadato sobrepasaba, en su esencia más profunda, el derrocamiento de la dictadura. En la batalla habían caído líderes de excepcional mención. Llegaron nuevas desilusiones. Pero, en cada caso, se abrieron espacios políticos para refundar la cohesión y la esperanza.
La historia es maestra de la vida, pero sus vertientes son tan ricas como la realidad en que se afinca. Por eso, su estudio adopta múltiples perspectivas: la política, la social, la económica, la cultural. A esta última corresponde catar lo escurridizo, aparentemente inapresable, la memoria de una subjetividad en la que anidan valores y reservas morales. Captar esas esencias constituye un factor decisivo en la práctica del arte de la política. La figura de Eduardo Chibás merece el análisis objetivo que corresponde a los historiadores.
Yo no olvido su voz en mi barrio de San Juan de Dios, la vigilia popular junto a la clínica donde agonizaba y el entierro multitudinario que acompañó sus restos desde la Universidad hasta el cementerio de Colón. A la vera de su tumba se encontraron Abel y Fidel. Consciente de las limitaciones que condujeron a la disolución del Partido del Pueblo Cubano, Fidel encontró en sus bases el apoyo necesario para llevar adelante su estrategia de transformación revolucionaria.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE.
19 de Agosto del 2017
Las gentes de mi barrio, el de San Juan de Dios, eran personas humildes que preservaban la noción de la decencia. Había carpinteros, dependientes de tiendas, maestras jubiladas y graduadas normalistas que nunca consiguieron plazas, abogados convertidos en distribuidores de prospectos de medicinas en las consultas privadas, empleados de oficinas. En el hogar de algunas de mis compañeras de juego se confiaba en que la elección de Grau San Martín a la presidencia de la República contribuiría a solucionar los males de la nación. La esperanza se fundaba en el recuerdo viviente del Gobierno de Grau-Guiteras que siguió al derrocamiento de la dictadura machadista y no pudo sobrevivir al golpe perpetrado por el embajador Caffery con el respaldo de Batista y Mendieta.
Poco duró la euforia de las multitudes que rodearon el Palacio Presidencial el día de la toma de posesión de Ramón Grau San Martín. El célebre ciclón de 1944 trajo los primeros negocios turbios. Los escándalos se multiplicaron y los grupos armados ajustaban cuentas en las calles. Hubo personajes de siniestra catadura que alcanzaron la celebridad. Había llegado la hora del desencanto. Entonces, Chibás se desprendió del Partido Auténtico al que había pertenecido. Fundó su contraparte, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).
En el barrio, cada domingo, a las ocho en punto de la noche, se escuchaban sus arengas. Para muchos desencantados de ayer, renació la esperanza. Elaborado con la colaboración de Leonardo Fernández Sánchez, antiguo colaborador de Julio Antonio Mella, el proyecto proponía independencia económica, libertad política y justicia social, aunque no se declaraba abiertamente antimperialista. Todo indicaba que habría de ganar las elecciones del 52, frustradas por el golpe de Fulgencio Batista, a pesar de que el dramático suicidio del fundador había quebrantado la capacidad de convocatoria, animada por la voz de Chibás. Todo apunta a que, de haber obtenido la victoria electoral, sus menguadas fuerzas no hubieran podido afrontar los males de la República, aquejada por una profunda crisis estructural de raíz económica.
Por otra parte, el sistema electoral vigente se sostenía en una maquinaria política que para su funcionamiento necesitaba buen aceitado y adecuada alimentación, vale decir, componendas y concesiones, todo lo cual comprometía de antemano la futura ejecutoria gubernamental. Para organizarse a escala nacional, los ortodoxos tuvieron que abrir espacios a viejos políticos, verdaderos caciques en algunos territorios del país. El Partido Ortodoxo, con vistas a las batallas electorales, se había convertido en un conglomerado heterogéneo donde coexistían políticos hechos a las lides tradicionales, intelectuales de limpia trayectoria, poco duchos en los menesteres de una práctica concreta. Se había constituido, además, en imán para un sector juvenil radical, deseoso de impulsar las profundas transformaciones que la nación demandaba.
La extrema fragilidad del Partido Ortodoxo se puso de manifiesto al producirse el golpe de Estado del 10 de marzo, protagonizado por Fulgencio Batista, casi en vísperas de las elecciones. Ante la ruptura del orden constitucional, se fragmentó en las múltiples tendencias que contenía en su seno. Con esas limitantes intrínsecas no fue posible diseñar una estrategia de resistencia que constituyera un factor de cohesión para la inconformidad popular. Se despilfarró de ese modo el capital político fundado en la continuidad de la esperanza renovada.
Sin embargo, en la noche en que, con un disparo se suicida ante los micrófonos de la radio, Eduardo Chibás quiso dar su último aldabonazo; estaba rodeado en el estudio por un grupo de compañeros. Se encontraba entre ellos un joven abogado, que se iniciaba por aquel entonces en las lides de la política nacional. Era Fidel Castro, portador ya de una visión de futuro y artífice de una estrategia que habría de llevar al derrocamiento de la tiranía. En las bases juveniles del Partido Ortodoxo encontraría el fermento vivo de las esperanzas resguardadas. La agrupación política fundada por Chibás ofreció el ámbito que acogió a una generación deseosa de proseguir la lucha por edificar la patria soñada. De esa célula originaria surgieron los asaltantes al cuartel Moncada. De ese germen, nació el Movimiento 26 de Julio.
Hijo de extranjeros, con formación cosmopolita y residente durante largo tiempo en otros países, mi padre se interrogaba acerca de las razones de su arraigo profundo y de su intenso amor por el sitio donde había nacido. Encontró respuestas en su vínculo con una historia y un pueblo, forjados en la lucha contra la adversidad, asidos siempre a la voluntad de construir una nación soberana. La prolongada guerra por la independencia había topado con la intervención norteamericana. Las fuerzas se reagrupaban y el enfrentamiento al machadato sobrepasaba, en su esencia más profunda, el derrocamiento de la dictadura. En la batalla habían caído líderes de excepcional mención. Llegaron nuevas desilusiones. Pero, en cada caso, se abrieron espacios políticos para refundar la cohesión y la esperanza.
La historia es maestra de la vida, pero sus vertientes son tan ricas como la realidad en que se afinca. Por eso, su estudio adopta múltiples perspectivas: la política, la social, la económica, la cultural. A esta última corresponde catar lo escurridizo, aparentemente inapresable, la memoria de una subjetividad en la que anidan valores y reservas morales. Captar esas esencias constituye un factor decisivo en la práctica del arte de la política. La figura de Eduardo Chibás merece el análisis objetivo que corresponde a los historiadores.
Yo no olvido su voz en mi barrio de San Juan de Dios, la vigilia popular junto a la clínica donde agonizaba y el entierro multitudinario que acompañó sus restos desde la Universidad hasta el cementerio de Colón. A la vera de su tumba se encontraron Abel y Fidel. Consciente de las limitaciones que condujeron a la disolución del Partido del Pueblo Cubano, Fidel encontró en sus bases el apoyo necesario para llevar adelante su estrategia de transformación revolucionaria.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE.
Liuba María Hevia ofrecerá concierto en República Dominicana
El venidero 2 de septiembre, el público de la República Dominicana podrá disfrutar de la voz de la cantautora cubana Liuba María Hevia cuando se presente en Escenario 360.
Durante la presentación compartirá escena con varios invitados, dio a conocer en su perfil de Facebook.
“Revisitaré canciones compartidas con colegas entrañables, momentos muy especiales, vividos en mi más reciente producción Vidas paralelas, soñado disco de dúos’, anunció la trovadora en las redes sociales.
Entre los invitados se encuentran los músicos cubanos Carlos Varela, Pepe Hevia y Carlos Luis, cantautor residente en Dominicana.
También compartirá escenario con los dominicanos Pavel Núñez, Víctor Víctor y José Antonio Rodríguez.
Vidas paralelas es una compilación de 68 canciones en el que la autora comparte a dúo con excelentes músicos cubanos y foráneos temas de su autoría y de varios de sus colegas.
En circulación por el sello discográfico cubano Bis Music, la placa cuenta entre sus invitados a los trovadores Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Raúl Torres, Kelvis Ochoa, Frank Delgado, los españoles Ana Belén y Javier Ruibal, y el puertorriqueño Danny Rivera, entre otros.
Compositores de diferentes generaciones y estilos forman parte del fonograma, que contó además con la colaboración de Gema Corredera, Beatriz Márquez, Ivette Cepeda y Omara Portuondo.
Con más de tres décadas de carrera artística y al menos una docena de álbumes para adultos y niños, Hevia ha ganado importantes premios y reconocimientos, y ha llevado su música a diversas partes del mundo.
TOMADO DE CUBADEBATE
Los métodos de Fidel
FOTO. ROBERTO CHILE |
Por: Ana Cairo
I.
Estamos en la biblioteca de la Facultad de Artes y Letras. En una pared —presidiendo— está el retrato de la profesora Vicentina Antuña, directora-fundadora de la Escuela de Letras y Arte, que se derivó de la Ley de Reforma Universitaria, proclamada en la Escalinata de la Universidad de La Habana el 10 de enero de 1962.
La Escuela de Letras y Arte se inauguró el 14 de febrero de 1962. En su claustro se integraron profesores de la Facultad de Filosofía y Letras e intelectuales cubanos y extranjeros provenientes de otras instituciones; paulatinamente se incorporaron jóvenes graduados. La Facultad cumplió 55 años en febrero. La institución mantiene un bien ganado prestigio. Sus graduados son profesionales reconocidos en Cuba y en otras naciones.
Pienso que intercambiar opiniones en torno a Palabras a los intelectuales aquí en la Facultad podría asumirse como una forma de oportuna celebración.
Me alegra que en el público se encuentre la profesora Sonia Almazán, porque ella puede testimoniar cómo la Facultad ha participado en numerosas acciones de la vida cultural ya habanera, ya nacional.
La profesora Vicentina Antuña fue la primera jefa de la Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación desde los días finales de enero de 1959. Siempre quiso simultanear las responsabilidades con el estricto cumplimiento de su docencia como profesora de latín. También organizó el Consejo Nacional de Cultura como institución autónoma. Al morir se desempeñaba como presidenta de la Comisión Cubana de la UNESCO.
Entre enero de 1959 y 1962, Vicentina participó en los procesos de modernización y rearticulación de las disciplinas e instituciones culturales. En honor a la verdad, una parte del claustro también lo hizo. Basta mencionar a José Antonio Portuondo, Mirta Aguirre, Roberto Fernández Retamar y Graziella Pogolotti. De este modo, algunos de los temas de historia cultural que vamos a tratar en el panel, tuvieron repercusiones en la historia de la facultad.
II.
Quiero recordar a Alfredo Guevara (dirigente de la FEU, graduado de Filosofía y Letras), quien siendo presidente del ICAIC impartía clases de cine en esta Facultad.
En su última década de vida, Alfredo quiso reunirse con jóvenes universitarios. También organizaba en su oficina debates sobre temas culturales y políticos de naturaleza teórica con intelectuales de diferentes edades y profesiones. Aprendí y me divertí muchísimo.
Alfredo decidió multiplicar las experiencias y organizó giras para discutir con jóvenes en diferentes universidades. La pervivencia del proyecto “dialogar- dialogar” es el mejor de los homenajes.
III.
El discurso Palabras a los intelectuales, pronunciado por Fidel Castro en junio de 1961, continúa siendo un texto muy importante. Merece que se siga analizando y discutiendo con beneficio para todos.
Reitero algunas observaciones, explicadas con más detenimiento en otras ocasiones:
Para una cabal comprensión del texto, se requiere que sea mejor contextualizado. Defiendo las ediciones bien anotadas.
Los diversos tipos de lectores, las prioridades generacionales, necesitan el máximo de informaciones en cuanto a tiempo y a espacio: ¿quiénes participaron en las discusiones?; ¿qué plantearon los oradores?; ¿qué tòpicos se esclarecieron?; ¿cuáles fueron los temas de mayor repercusión?
Creo que la edición anotada debería incluir una relatoría: ¿qué se discutió en cada una de las tres jornadas?; ¿quiénes hablaron?; un resumen de lo que dijeron. Elier Ramírez (compilador) preparó Un texto absolutamente vigente. A 55 años de “Palabras a los intelectuales” (Ediciones UNIÓN, La Habana, 2016). Allí, republicó “Cuando se abrieron las ventanas de la imaginación”, de Lisandro Otero, elaborado a partir de sus notas.
IV.
Insisto en que todos deberíamos continuar las búsquedas en agendas, libretas de notas, cartas, etc.
Si se publicó en la revista Encuentro de España una versión de lo debatido el primer sábado en torno al esclarecimiento de lo ocurrido con el documental de Saba Cabrera Infante, estoy convencida de que existen las versiones de las otras dos sesiones. Hay que perseverar.
V.
Mi insistencia en la exhaustividad de los contextos se debe a que son imprescindibles para entender la originalidad de los métodos de Fidel.
Fidel es un genio político latinoamericano, un líder mundial del siglo XX. Predominará la admiración por sus métodos. Justamente desde esa perspectiva quiero comentar Palabras a los intelectuales.
VI.
Fidel tuvo una formación básica como joven político en la Facultad de Derecho. Aprendió muy rápido.
Sugiero la lectura de la versión de su discurso el 27 de noviembre de 1946, en el mausoleo de los ocho estudiantes de medicina en el cementerio de Colón. Se aprecia a un orador hábil que enlaza la conmemoración histórica con dos temas de actualidad para un público de jóvenes: los atropellos de que están siendo víctimas otros estudiantes y la escandalosa corrupción de José Manuel Alemán, ministro de Educación.
El presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt promovió el uso de la oratoria y el periodismo radial. Esa modernización se generalizó en Cuba con celeridad. Fidel, como la mayoría de los dirigentes estudiantiles de los 40 y 50, conocía muy bien los usos políticos de los espacios radiales.
Por razones similares, ya graduado de abogado y matriculado en una segunda carrera, se entrenó en el periodismo de investigación.
Disfrutaba practicando la cultura de los debates. Se concentraba totalmente; aprendía de los argumentos de otros participantes y los reutilizaba para lograr pactos y consensos.
VII.
Entre las creencias generalizadas de 1959 estaba que Fidel casi no dormía, porque vivía participando en infinitas reuniones.
En febrero del 59, se hizo famosa la audacia con que Fidel logró convencer a los trabajadores azucareros de que no se fueran a una huelga. Durante horas, en el teatro de la CTC, escuchó pacientemente las demandas de todos los que pidieron la palabra y después estructuró respuestas convincentes ya temáticamente agrupadas. Cuando terminó la plenaria azucarera, los obreros salieron a defender un proyecto político y social de inmediata ejecución revolucionaria, donde ellos eran los protagonistas.
VIII.
Desde mayo de 1959, cuando inauguró el curso académico, Fidel visitaba con frecuencia la plaza Cadenas de la Universidad de La Habana. Allí entrenaba sus habilidades para construir políticas. También se actualizaba y se divertía.
Para los que hemos envejecido en la Universidad, Fidel era un miembro de nuestra comunidad. Se aparecía en la Plaza Cadenas con los temas sobre los que quería oír criterios. También, los estudiantes aprovechaban y colocaban los suyos en los intercambios.
Los profesores de la Escuela de Letras siempre consideraron prioritario que los jóvenes aprendieran cómo se hacía la política real. En minutos, circulaba la noticia de que Fidel estaba en la Plaza Cadenas. Se interrumpían las clases y los jóvenes se iban corriendo a participar. Entre 1968 y 1975 presencié discusiones acaloradas, en las que primaba el máximo respeto.
IX.
Antonio Núñez Jiménez escribió En marcha con Fidel, cuatro tomos (1959, 1960, 1961, 1962). Como buen científico y cronista, estructura los relatos de forma amena y variada. Diseña un eje principal: la decodificación de los métodos de un intelectual con las más insólitas aspiraciones de nuevos conocimientos.
Sugiero la lectura de las escenas sobre los encuentros de Fidel con los campesinos serranos; y las de las exploraciones científicas de territorios; después, en las tertulias entre ellos, discuten alternativas de desarrollo local.
Recomiendo los capítulos sobre cómo se implementó la primera Ley de Reforma Agraria; las intensas discusiones con todos los jefes de zonas agrarias.
X.
El éxito de Fidel en las tres reuniones de junio de 1961 con sus colegas intelectuales se deriva de un método ya perfeccionado de hacer política.
En su discurso, respondió a todas las preguntas e inquietudes. En Palabras a los intelectuales cada párrafo remite a intertextos. Precisamente, no puede entenderse a cabalidad si no se conoce lo dicho en las tres sesiones.
XI.
Revisando los periódicos entre mayo y agosto de 1961, comprendí que originalmente el congreso fundacional de la UNEAC se iba a efectuar en junio. Y hasta el día antes, la prensa así lo anunciaba.
Probablemente, se tornó álgida la querella acerca del documental de Saba Cabrera Infante; había un riesgo de que las pasiones se desbordaran. En dicha coyuntura, lo más urgente era el esclarecimiento total del episodio en una asamblea pública de los intelectuales. Se llamaba a testimoniar a todos los implicados.
Como salieron nuevos tópicos, se organizó una segunda sesión. Y como volvieron a aparecer inquietudes, se realizó la tercera y última; pero, si hubiera sido necesaria, se habría convocado a una cuarta.
Las tres jornadas intensas estuvieron cada una separadas por una semana. Debe sumársele el gran impacto del excelente discurso. En resumen, durante todo el mes de junio y las primeras semanas de julio, para dar un rápido cumplimiento a los acuerdos de las tres discusiones, se reconfiguró el sistema de instituciones culturales; se reordenaron tendencias y grupos; se aliviaron tensiones; se pactaron formas de tregua.
Con tiempo para planificar bien el éxito y discretamente se podría reorientar el congreso hacia nuevos objetivos.
XII.
Por cierto, en la semana entre la primera y la segunda sesión, los críticos de cine se reunieron en la Casa de las Américas y volvieron a ver el documental de Saba Cabrera Infante. Ellos ratificaron su opinión de que en ese momento no debía exhibirse en los circuitos de cine.
No se trataba de una persecución, ni de un problema personal. Se trataba de la percepción colectiva de un grupo de expertos (que hacían dicha labor cotidianamente para cumplir con la política de autorizar o no la exhibición de un material cinematográfico cubano o extranjero). Habría que decir que en todas las naciones capitalistas y comunistas era una práctica política.
XIII.
No debería olvidarse que la Biblioteca Nacional entonces era uno de los más concurridos centros culturales habaneros. Hacer una asamblea en un teatro, donde continuamente estaban entrando y saliendo personas, era resaltar su naturaleza pública y sectorial. No había secretos. (Al igual que en febrero de 1959, lo más natural había sido que la discusión con los obreros azucareros hubiera transcurrido en el teatro de la CTC).
XIV.
A mediados de julio, los organizadores del congreso hicieron pública la noticia de que la nueva fecha sería en agosto (justo en los días en que se conmemoraba el asesinato de Federico García Lorca). Por alusión se redefinía el evento hacia la amplificación de la solidaridad y de la herencia revolucionaria internacional.
En 1959, se había privilegiado la Revolución Mexicana. El expresidente general Lázaro Cárdenas, invitado de honor a los actos del 26 julio en la Plaza Cívica, vino con decenas de intelectuales. Los aportes culturales de la Revolución Mexicana tuvieron un amplio realce.
En 1960, continuó el motivo de la Revolución Mexicana (era el cincuentenario) y se recordó lo ocurrido en Guatemala (1954). Jacobo Arbenz fue el invitado de honor a los actos del 26 de julio en el Caney de las Mercedes, Sierra Maestra.
El congreso fundacional de la UNEAC (agosto de 1961) enfatizó la solidaridad antifascista con el republicanismo español. Se alababa la praxis de la intelectualidad cubana, que heredaba y actualizaba el gran evento internacional de julio de 1937, con sesiones en Valencia, Madrid, Barcelona y París.
Nicolás Guillén y Alejo Carpentier estaban entre los organizadores del congreso. Félix Pita colaboraba. Juan Marinello mantenía su protagonismo (aunque no aparecía en público porque estaba operado de la vista). Leonardo Fernández Sánchez cumplía funciones importantes en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En resumen, los cinco cubanos que habían sido delegados en Valencia continuaban haciendo su tarea solidaria.
El argentino Ezequiel Martínez Estrada, quien trabajaba en la Casa de las Américas, fue uno de los latinoamericanos invitados al congreso.
XV.
Palabras a los intelectuales, como documento de política cultural unitaria, se aplicó en las sesiones y los acuerdos del congreso fundacional de agosto de 1961, en la búsqueda de un equilibrio de tendencias en la membresía del comité nacional, en la de las vicepresidencias y la secretaría, en las publicaciones, en los concursos.
XVI.
Las contradicciones epocales no pueden subestimarse. Desde la fundación de la Tercera Internacional Comunista (1919) se implantó el prejuicio erróneo de que los políticos no eran intelectuales.
El propio título del famoso discurso de Fidel marca una falsa otredad, que se mantuvo como imaginario hasta la primera década del siglo XXI.
Guillén y Che Guevara eran amigos. El primero le pidió al segundo que cediera a la UNEAC los derechos para realizar la primera edición de Pasajes de la guerra revolucionaria. Che aceptó, pero rechazó la invitación de pertenecer a la asociación.
XVII.
Me parece que ya es hora de privilegiar otros discursos de Fidel en particular sobre los temas culturales y sus interacciones con los miembros de la UNEAC a partir del congreso celebrado el 28 de enero de 1988, cuando Abel Prieto fue elegido presidente de la UNEAC.
La participación de Fidel en los plenos del comité nacional y en los congresos de la UNEAC es tan importante como su presencia en la Universidad de la Habana entre 1959 y 1975.
Creo que debería estudiarse la originalidad de su pensamiento en el discurso del 20 noviembre de 1993 (por azar concurrente lezamiano, día del natalicio de Félix Varela), del cual solo se cita la frase de que lo primero que hay que salvar es la cultura.
Pienso que los métodos de Fidel para hacer política cultural tuvieron un desarrollo sorprendente durante el llamado “período especial”. Asombra su creatividad. Demostró una gran disciplina y tenacidad para actualizarse.
XVIII.
Conozco investigadores extranjeros que se están dedicando a profundizar en el llamado “período especial”. Reconozco que estoy fascinada con el proyecto de analizar la última década del siglo XX y la primera del XXI en cuanto a problemáticas culturales. Es muy diferente haberlo vivido que estudiarlo.
XIX.
Los métodos de Fidel se renovaron en el llamado “período especial”. Me parece que dicha investigación debería privilegiarse. Quizás sería oportuno dedicar algún espacio de “Dialogar-dialogar” a ese objetivo.
Muchas gracias por invitarme al panel.
La Habana, junio y 4 agosto de 2017.
TOMADO DE LA JIRIBILLA
viernes, 18 de agosto de 2017
Dejarnos persuadir por el pueblo
Luis Hernández Serrano
El pueblo, con todos sus inagotables recursos, no puede sujetar su quehacer en la sociedad a la rutina y al facilismo, pues ello sería abandonar el ejercicio de una de las más grandes virtudes que posee: ¡su espíritu creativo!
Bajo esta idea se nos ocurre resumir la pertinencia de algunas reflexiones recogidas en el ensayo El 18 Brumario de Luis Bonaparte, escrito por Carlos Marx, entre diciembre de 1851 y marzo de 1852, y publicado en la revista La Revolución, de Nueva York, en este último año.
Dentro de las cuestiones que más impresionan de tal ensayo están las sentencias que aluden, precisamente, al ciudadano común, en lo fundamental al campesino y al trabajador.
El genio de Marx, auxiliado por Federico Engels, supo en todos sus escritos darle al pueblo de las distintas épocas el lugar que se merece. Y recalca en una curiosa metáfora en el mencionado texto que el hombre simple debe conocer que «las ventanas son para una casa lo que los cinco sentidos para la cabeza». Y, entre otros asuntos, pone de relieve que el pueblo no es tan incapaz como siempre han querido hacer ver sus enemigos de clase, y destaca que es inteligente y actúa con mucho aliento, impulsado por la herencia de las más nobles experiencias de sus antepasados.
En ese sentido, Marx enfatiza que «las tradiciones de las generaciones muertas pesan como una losa sobre las cabezas de las generaciones vivas».
Alude el gran filósofo comunista a la vinculación estrecha del campesinado con el obrero, y recuerda el origen de esta cordial relación, fundamentada en el hecho histórico de que «bajo Napoleón, por ejemplo, los intereses de los campesinos ya no se hallan en consonancia, sino en contraposición con los intereses de los capitalistas».
Y sostiene como una de las tradiciones que los más pobres trabajadores del campo —especie de obreros de la fábrica de la tierra— «encuentran su aliado y jefe natural en el proletariado urbano, que tiene por misión derrocar el orden burgués».
Marx no solo habló de la relación pueblo-Estado en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, sino que lo hizo también, con riguroso enfoque, en otras obras, como en esa joya de sus materiales teóricos que fue Crítica del Programa de Gotha, que contó con el prólogo de Federico Engels.
Marx, que supo bien que el ser humano es una de las manifestaciones supremas de complejidad de la naturaleza, reflexionó que «los hombres hacen su propia historia, pero no a su libre albedrío, bajo circunstancias elegibles por ellos mismos, sino bajo circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado».
Afirmó que «las circunstancias crean al hombre, pero también el propio hombre crea las circunstancias». Y dijo también que «la libertad consiste en convertir al Estado de órgano que está por encima de la sociedad, en un órgano completamente subordinado a ella, y las formas del Estado deben seguir siendo libres en la medida en que se limite la libertad del Estado».
Sobre la educación popular planteó que no se debe nombrar siempre al Estado educador del pueblo. «Es, por el contrario, el Estado el que a veces necesita recibir del pueblo una educación muy severa».
Justamente, acerca de un asunto tan política y humanamente sensible, hay que destacar lo comentado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el discurso de clausura de un Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, en el que lanzó una sustancial y profunda sugerencia revolucionaria, cuando dijo que en muchas oportunidades se ha tratado de persuadir al pueblo para que haga lo que los dirigentes piensan y creen que los ciudadanos deben hacer, pero valdría la pena que en determinadas coyunturas de nuestro proceso socialista el Partido y el Estado se dejen persuadir por la sabiduría y la creatividad de nuestro pueblo.
Todas estas consideraciones que he expuesto me ayudan a sostener una idea esencial para la construcción de un país que necesita seguir protegiendo y dinamizando sus bases democráticas. En nuestro pueblo habita una riqueza inagotable, una savia que es resultado de la instrucción y de la apertura de oportunidades que ha procurado una Revolución que se ha hecho «con todos y para el bien de todos». Y ese saber, con todas sus lecciones, escrutado desde un sentir colectivo, debe seguir siendo brújula y guía para encaminar y perfeccionar decisiones y políticas. Hay que continuar pegándole los oídos al pueblo, como ha advertido Raúl, y dejarnos seducir por su fuerza inmensa.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
El pueblo, con todos sus inagotables recursos, no puede sujetar su quehacer en la sociedad a la rutina y al facilismo, pues ello sería abandonar el ejercicio de una de las más grandes virtudes que posee: ¡su espíritu creativo!
Bajo esta idea se nos ocurre resumir la pertinencia de algunas reflexiones recogidas en el ensayo El 18 Brumario de Luis Bonaparte, escrito por Carlos Marx, entre diciembre de 1851 y marzo de 1852, y publicado en la revista La Revolución, de Nueva York, en este último año.
Dentro de las cuestiones que más impresionan de tal ensayo están las sentencias que aluden, precisamente, al ciudadano común, en lo fundamental al campesino y al trabajador.
El genio de Marx, auxiliado por Federico Engels, supo en todos sus escritos darle al pueblo de las distintas épocas el lugar que se merece. Y recalca en una curiosa metáfora en el mencionado texto que el hombre simple debe conocer que «las ventanas son para una casa lo que los cinco sentidos para la cabeza». Y, entre otros asuntos, pone de relieve que el pueblo no es tan incapaz como siempre han querido hacer ver sus enemigos de clase, y destaca que es inteligente y actúa con mucho aliento, impulsado por la herencia de las más nobles experiencias de sus antepasados.
En ese sentido, Marx enfatiza que «las tradiciones de las generaciones muertas pesan como una losa sobre las cabezas de las generaciones vivas».
Alude el gran filósofo comunista a la vinculación estrecha del campesinado con el obrero, y recuerda el origen de esta cordial relación, fundamentada en el hecho histórico de que «bajo Napoleón, por ejemplo, los intereses de los campesinos ya no se hallan en consonancia, sino en contraposición con los intereses de los capitalistas».
Y sostiene como una de las tradiciones que los más pobres trabajadores del campo —especie de obreros de la fábrica de la tierra— «encuentran su aliado y jefe natural en el proletariado urbano, que tiene por misión derrocar el orden burgués».
Marx no solo habló de la relación pueblo-Estado en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, sino que lo hizo también, con riguroso enfoque, en otras obras, como en esa joya de sus materiales teóricos que fue Crítica del Programa de Gotha, que contó con el prólogo de Federico Engels.
Marx, que supo bien que el ser humano es una de las manifestaciones supremas de complejidad de la naturaleza, reflexionó que «los hombres hacen su propia historia, pero no a su libre albedrío, bajo circunstancias elegibles por ellos mismos, sino bajo circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado».
Afirmó que «las circunstancias crean al hombre, pero también el propio hombre crea las circunstancias». Y dijo también que «la libertad consiste en convertir al Estado de órgano que está por encima de la sociedad, en un órgano completamente subordinado a ella, y las formas del Estado deben seguir siendo libres en la medida en que se limite la libertad del Estado».
Sobre la educación popular planteó que no se debe nombrar siempre al Estado educador del pueblo. «Es, por el contrario, el Estado el que a veces necesita recibir del pueblo una educación muy severa».
Justamente, acerca de un asunto tan política y humanamente sensible, hay que destacar lo comentado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el discurso de clausura de un Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, en el que lanzó una sustancial y profunda sugerencia revolucionaria, cuando dijo que en muchas oportunidades se ha tratado de persuadir al pueblo para que haga lo que los dirigentes piensan y creen que los ciudadanos deben hacer, pero valdría la pena que en determinadas coyunturas de nuestro proceso socialista el Partido y el Estado se dejen persuadir por la sabiduría y la creatividad de nuestro pueblo.
Todas estas consideraciones que he expuesto me ayudan a sostener una idea esencial para la construcción de un país que necesita seguir protegiendo y dinamizando sus bases democráticas. En nuestro pueblo habita una riqueza inagotable, una savia que es resultado de la instrucción y de la apertura de oportunidades que ha procurado una Revolución que se ha hecho «con todos y para el bien de todos». Y ese saber, con todas sus lecciones, escrutado desde un sentir colectivo, debe seguir siendo brújula y guía para encaminar y perfeccionar decisiones y políticas. Hay que continuar pegándole los oídos al pueblo, como ha advertido Raúl, y dejarnos seducir por su fuerza inmensa.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
Medios de prensa contra Venezuela o los comisarios del pensamiento único
Por:
Carlos Fazio
Hoy, cuando la canalla mediática está desatada en el mundo occidental, no está de más recordar que como otros términos del discurso político, la palabra “democracia” tiene un significado técnico orwelliano cuando se usa en exaltaciones retóricas o en el “periodismo” habitual, para referirse a los esfuerzos de Estados Unidos y de sus aliados para imponer la democracia liberal representativa a Estados considerados “forajidos” como la Venezuela actual.
En ese contexto, se ha convertido en un lugar común que cuando más democracia y libertades se dice reconocer y defender, más se reprime la facultad de pensar; sobre todo, la actividad de pensar a contracorriente. Con la novedad de que en la persecución del pensamiento crítico ya no hay fronteras. Pero sucede, además, que en el nuevo panóptico planetario y en el marco de la guerra de espectro completo en curso, quienes cuestionan el orden hegemónico o no se ajustan al marco del dogma establecido por los amos del universo, pueden convertirse en un objetivo político-militar.
Pensar entraña riesgos y trae consecuencias. Ello ocurre en las ciencias sociales y las humanidades, pero también en el periodismo. En la actual coyuntura, bien lo saben, entre otros, Atilio Borón (Página 12, Rebelión.org,) y Luis Hernández (coordinador de Opinión de La Jornada), quienes por practicar el ejercicio crítico de pensar con cabeza propia, son objeto de mofa, presiones y campañas de estigmatización y criminalización por un puñado de diletantes vigilantes del pensamiento único neoliberal que responden a un mismo y nauseabundo guión de Washington.
“Nicolás Maduro dictador” emite la voz del amo desde las usinas del poder mundial, y el eco es amplificado urbi et orbi por una cohorte de amanuenses subvencionados y tarifados. El esquema es simple: para el periodismo mercenario, el “Maduro dictador” sustituye hoy a “las armas de destrucción masivas” de Sadam Hussein, en 2003. El saldo de la mentira del Pentágono como arma de guerra costó más de un millón de muertos; pero eran iraquíes.
El modelo “comunicacional” está bien engrasado. Permite debates, críticas y discrepancias, en tanto se permanezca fielmente dentro del sistema de presupuestos y principios que constituyen el consenso de la elite. Es un sistema tan poderoso que puede ser interiorizado en su mayor parte, sin tener conciencia de ello. En general, quien tiene ideas equivocadas o intenta romper el molde es apartado o ignorado; pero en ocasiones puede ser satanizado por los llamados intelectuales públicos, los pensadores políticamente correctos, la gente que escribe editoriales y cosas así, y es colocado frente al paredón de la “prensa libre”.
Recuerda Marcos Roitman que los ideólogos del actual sistema de dominación han reinterpretado los saberes y el conocimiento bajo una única racionalidad: la del capital. El capital niega su carácter totalitario. En su dimensión política, el capitalismo socializa la violencia y deslastra la historia que le resulta incómoda. Bajo los criterios de la “colonialidad del saber”, es capaz de eliminar al nazismo y al fascismo −también al franquismo, al somocismo, al duvalierismo y el pinochetismo− como fenómenos inherentes a su racionalidad.
W. Lippmann y la ingeniería del consenso
Según
Lippmann, la labor del público es limitada. El público no razona, no
investiga, no convence, no negocia o establece. Foto: Reuters.
Hace más de un cuarto de siglo, en Los guardianes de la libertad (Grijalbo
Mondadori, 1990), Noam Chomsky y Edward S. Herman develaron el uso
operacional de los mecanismos de todo un modelo de propaganda al
servicio del “interés nacional” (de EU) y la dominación imperial. Nos
enseñaron a examinar la estructura de los medios (la riqueza del
propietario) y cómo se relacionan con otros sistemas de poder y de
autoridad. Por ejemplo, el gobierno (que les da publicidad, fuente
principal de ingresos), las corporaciones empresariales, las
universidades.
Asimismo, diseccionaron a los medios de elite (The New York Times, The Washington Post,
CBS y otros) que marcan “la agenda” de los gestores políticos,
empresariales y doctrinarios (profesores universitarios), pero también
la de otros periodistas, analistas y “expertos” de los medios de
difusión masiva que se ocupan de organizar el modo en que la gente debe
pensar y ver las cosas.
Demostraron, en
síntesis, cómo mediante la violencia psicológica o simbólica e
indignantes campañas de intoxicación lingüística (des)informativas y
supresiones (“las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo
que no se quiere que se conozca”, nos alerta a su vez Emir Sader);
manipulaciones, normas doble-estándares y duplicidades; sesgos
sistemáticos, matizaciones, énfasis y tonos, y de la selección del
contexto, las premisas y el orden del día general, se lleva a cabo el
control elitista de la sociedad mediante lo que Walter Lippmann denominó
“la ingeniería del consenso”.
Ese modelo de
propaganda −por lo general dicotómico o maniqueo: verbigracia “Maduro
dictador vs. la oposición democrática de la MUD”; las hordas chavistas
vs. los luchadores de la libertad de D. Trump− deja entrever que el
“propósito social” de los medios es inculcar y defender el orden del día
económico, social y político de los grupos privilegiados. Para ello, la
fórmula es sencilla: los dueños de la sociedad utilizan a una “clase
especializada” −conformada por “hombres responsables” y “expertos” que
tienen acceso a la información y a la comprensión, en particular,
académicos, intelectuales y periodistas− para que regule las formas de
organización del rebaño desconcertado; para manufacturar el
consentimiento y mantener a la chusma a raya.
Todo el sistema de ideas
políticas del imperialismo tiende a argumentar su derecho a la
dominación, a la supeditación del Estado a los monopolios en todas las
esferas de la vida; a la manipulación de las masas y la desinformación
de la “opinión pública. Según Lippmann, la labor del público es
limitada. El público no razona, no investiga, no convence, no negocia o
establece. Por ese motivo, “hay que poner al público en su lugar”. La
multitud aturdida, que da golpes con los pies y ruge, “tiene su función:
ser el espectador interesado de la acción”. No el participante.
Medios domesticados: la mentira del silencio
lunes, 14 de agosto de 2017
Renaces en cada canto
13 de agosto, Birán... luz de semilla oportuna
Tierra fértil, patria cuna,
luz de semilla oportuna
entre cedro y caguairán.
Se asoma un Ángel guardián,
abre del cuarto la puerta,
y ve a Lina muy alerta
contemplando con cariño
el dulce sueño de un niño
que la mantiene despierta.
De Birán el niño aquel
sale gigante de empeños
mientras que también los sueños
siguen creciendo con él.
Ya lo que el joven Fidel
se propone, lo conquista,
una carga futurista
que el Padre Llorente viera
pues «Fidel tiene madera
y no faltará el artista».
Frente al odio sanguinario
va al Moncada a combatir
para no dejar morir
a Martí en su centenario.
Inspirado en su ideario
sube al Granma y a la Sierra,
y luego, al ganar la guerra,
cuando dice Patria o Muerte
sabe echar también la suerte
con los pobres de la tierra.
13 de agosto. No hay llanto.
Estás más alegre y vivo.
Y de traje verdeolivo
renaces en cada canto.
No hay tiempo para el quebranto
ni el lamento inoportuno.
Retoñas en cada uno
que siga tu fe triunfante;
vives aquí, Comandante:
Felices 91.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
El 13 de agosto
Por: Graziella Pogolotti
12 de Agosto del 2017 20:57:46 CDT
12 de Agosto del 2017 20:57:46 CDT
Cada
onomástico de Fidel incita a meditar acerca de la vigencia de su pensamiento
vivo. Porque hay un legado inmenso que demandará la entrega al estudio por
parte de numerosos investigadores. Pero sus discursos están al alcance de
todos, nacidos al calor de las circunstancias y portadores siempre de ideas que
trascienden el momento, ajustados a una visión del mundo en permanente
confrontación con la práctica. Constituyen por ello un modelo en el ejercicio
del pensar antidogmático, por la mirada colocada en el centro de los conflictos
que subyacen en el trasfondo de la realidad.
El
enfoque tiene en cuenta la complejidad de los problemas, el proceder es
analítico y el lenguaje transparente, al no perder de vista que su destinatario
primordial es el pueblo, considerado siempre protagonista de la historia. El
joven egresado del colegio de Belén ingresó en la Universidad de La Habana con el propósito de
aprender mucho más que las disciplinas propias de la carrera de Derecho. Estaba
entrando al espacio abierto de la vida en un ámbito caldeado por los debates de
ese tiempo y en el que seguía palpitando la memoria de los años 30, con su
arrastre de decepción, de orgullo y nostalgia, así como un latente sentimiento
antimperialista.
Antes
de proyectarse nacionalmente, su entrenamiento en la práctica política concreta
se inició en la
Universidad. Por las características del contexto, se imponía
el trabajo directo con las personas para detectar y agrupar a los afines y
ampliar el radio de influencia sobre los indiferentes. Para esos propósitos,
resultaba indispensable tener la sagacidad de conocer los rasgos propios de
cada individualidad. Múltiples, las lecturas literarias de Fidel parecen tener
preferencia por la zona de la narrativa centrada en la construcción de
personajes complejos. De ese acercamiento dimana un deseo de conocer al ser humano
en su riqueza de facetas.
A
esa etapa temprana corresponde la toma de conciencia de las tareas pendientes
para la cristalización de la nación cubana. Desde una perspectiva
antimperialista, había que conquistar la independencia mutilada. La batalla
implicaba un proyecto de justicia social. Para diseñar la estrategia
adecuada, era indispensable un profundo conocimiento de la historia de Cuba.
Atravesando las páginas con mil preguntas, devoró cuanto libro estuvo a su
alcance, no solo las obras de los historiadores, sino también los testimonios
directos, las crónicas, los diarios y las memorias de los libertadores.
El
estudio sistemático del proceso de la
Guerra de los 10 Años mostraba las causas internas que
condujeron al Zanjón en virtud de las fracturas regionalistas, de las
ambiciones de algunos y de disensiones ideológicas. La deposición de Céspedes y
su trágica caída en San Lorenzo, abandonado por todos, ilustran las
consecuencias de la pérdida de unidad. La lección es valedera para todos los
tiempos, aunque Fidel entendió con claridad que los resultados del análisis no
podían extrapolarse mecánicamente a la contemporaneidad.
La
época tiene sus marcas en la realidad objetiva, en la naturaleza de las
contradicciones y en las mentalidades. Todavía entonces, en los días de
Céspedes, no se había definido el carácter imperialista de Estados Unidos.
Para
entender lo que somos y de dónde venimos, resulta fundamental volver al
discurso de Fidel con motivo del centenario de La Demajagua. Algunas
cabezas calenturientas observaban con mirada crítica una guerra promovida por
grandes terratenientes, muchos de ellos dueños de esclavos. Semejante lectura
vulneraba los fundamentos históricos concretos al remitirse a las
contradicciones clasistas en lo que habría de denominarse más tarde primer
mundo. En Cuba, la clave del proceso ha estado siempre en la lucha por la
liberación nacional. Es la esencia de un batallar que se ha librado en la
confrontación política, con el empleo de las armas y pasa ahora por la solución
de nuestros problemas económicos. A diferencia de Francisco Vicente Aguilera,
Céspedes no era un poderoso terrateniente. Tenía unos pocos esclavos. La cifra
carece de importancia. Lo fundamental consiste en haberles concedido la
libertad y en haberlos invitado a unirse al ejército insurrecto. Fue un gesto
simbólico que, a contrapelo del pensamiento dominante de la época, sentaba las
bases de la unidad de la nación en lo más profundo de su ser. Desde esa
perspectiva de análisis, ellos hubieran sido como nosotros.
Para
articular diseño estratégico y táctica, hay que partir del conocimiento de los
factores complejos que intervienen en una realidad siempre cambiante. A lo
largo de su vida, Fidel elaboró un método de análisis que le permitió afrontar,
en cada instante, los desafíos de la complejidad. Esas herramientas procedían
de la ciencia y de la historia. Del marxismo asimiló los fundamentos necesarios
para desentrañar la naturaleza de las fuerzas en pugna tras la dominación
imperial. Lo hizo siempre de manera creativa y antidogmática al no perder de
vista las especificidades del mundo al que pertenecemos. Acribillados a
preguntas desde el aquí y el ahora, los textos no se redujeron a letra muerta,
ni tampoco a recetario de fácil aplicación. Devinieron fuente viva, útil y
enriquecida por los desafíos de la contemporaneidad. A su lado estaba, no hay
que olvidarlo, la presencia aleccionadora de José Martí, que siempre lo
acompañó. Del Maestro pudo aprender, entre otras muchas cosas, las razones que
vinculan nuestro destino al de América Latina. Para ella escribió también el
Apóstol cuando advirtió con pasmosa lucidez acerca de los peligros latentes en la Conferencia Monetaria
de Washington. Los conductores del proceso de transformación revolucionaria
necesitan dominar el instrumental teórico con el propósito de ponerlo en
función de la práctica en el terreno concreto de la política, asentada en el
cuerpo viviente de la sociedad. Del ejercicio de la práctica reciben una
permanente retroalimentación. Es referente indispensable, termómetro para
valorar resultados, indicador para efectuar ajustes. De esa base se derivan los
caminos para juntar voluntades aun en las circunstancias más difíciles. Ese
llamado permanente a la unidad fue la lección aprendida de la experiencia de la Guerra de los 10 Años,
primero por Martí y más tarde por Fidel, siempre cuidadoso restaurador de
consensos. Así, junto a él, durante más de medio siglo, atravesamos la amenaza
del exterminio en la Crisis
de Octubre y las consecuencias del derrumbe del socialismo europeo.
Tomado de Juventud Rebelde.
Rinden homenaje a los Hermanos Saíz
Justo en la esquina cercana al cine del pueblo, sitio en el que cayeran mortalmente heridos los hermanos, y donde hoy se erige un monumento para perpetuar el hecho, se realizó la guardia de honor y fue depositada una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba
Por:
Dorelys Canivell Canal
13 de Agosto del 2017
SAN JUAN Y MARTÍNEZ,
Pinar del Río.- El pueblo sanjuanero rindió homenaje esta mañana a Sergio y
Luis Saíz Montes de Oca, en el aniversario 60 de sus asesinatos.13 de Agosto del 2017
Justo en la esquina cercana al cine del pueblo, sitio en el que cayeran mortalmente heridos los hermanos, y donde hoy se erige un monumento para perpetuar el hecho, se realizó la guardia de honor y fue depositada una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba.
Raúl Alejandro Palmero, presidente nacional de la FEU, resaltó la vigencia del pensamiento de los hermanos Saíz, basado en el antiimperialismo, el antirracismo, la libertad y autonomía del país. De igual forma, recordó el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro, en el 91 aniversario de su natalicio.
El Museo Casa de los Hermanos Saíz recibió la medalla 55 Aniversario de la UJC y el sello 30 Aniversario de la AHS, de manos de Susely Morfa González, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, y Rubiel García González, presidente nacional de la Asociación Hermanos Saíz.
Leicester Correa, vicepresidente de la AHS en el territorio, enfatizó en la necesidad de mantener las ideas de Sergio y Luis en la Asociación, al ser impulsores de una conciencia crítica y profunda.
Asistieron al acto Olga Lidia Tapia Iglesias, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; Julio César Rodríguez Pimentel, miembro del Comité Central y del buró provincial del Partido en Pinar del Río; y representantes de las distintas organizaciones políticas y de masas.
De igual forma, rindieron tributo a los mártires compañeros de lucha, hoy integrantes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, quienes rememoraron las acciones del 13 de agosto de 1957, y enaltecieron las figuras de los Hermanos Saíz en el contexto revolucionario del momento.
Música y pasión con Anacaona en Arte en la Rampa.
Por. Marianela
Dufflar
Fotos: Javier Alba.
El pasado sábado 12 de agosto, el público asistió al espacio, Por los caminos del arte de ARTex,
en la XVIII Edición
de Arte en la Rampa. Esta
vez para disfrutar no solo de las actuaciones de Anacaona, orquesta femenina y emblemática de Cuba, sino
para conocer más de cerca cómo trabajan, piensan así como de los principales
retos a los que se enfrentan varias de sus integrantes.
Dorita Aguirre, contó a los asistentes cómo integra la orquesta y
logra compartir con las fundadoras hasta que logra finalmente convencer a su
hermana Georgia Aguirre actual directora de Anacaona, para que se uniera y
compartiera esta experiencia, que devino en la renovación y continuidad de toda
una tradición.
Bárbara Zamora, cantante fundadora de la nueva etapa de Anacaona, comentó cómo ha
desarrollado su carrera artística en esta orquesta y lo vital que le resulta
permanecer en ella.
Por su parte Heydi Cabrera, joven intérprete que lleva ya, 4 años en la agrupación, dice
sentirse como fundadora de la misma, por la manera en que fue acogida por todo
el colectivo y las experiencias adquiridas como profesional.
A este espacio que devino en
celebración del aniversario 85 de la fundación de Anacaona, asistieron en su
carácter de invitados, los actores Felix
Beatón y Ramón Arístides, quienes
asumen personajes negativos en series como Tras la huella, teleplays y telenovelas. Ambos confesaron cómo logran
encarar estos personajes y las investigaciones que hacen en la mayoría de los
casos, para convencer con los mismos.
También la actriz Dayana Alonso, quien en estos momentos, asume rol
protagónico en la telenovela cubana, comentó sus experiencias con su personaje
y la aceptación de su trabajo en el público que al verle en las calles le
felicita.
domingo, 6 de agosto de 2017
Confesiones de un Náufrago
El próximo 22 de agosto será en Bellas Artes el concierto de presentación del más reciente disco con el cual Extraño Corazón celebra sus 25 años. JR publica las palabras del director de la popular banda que acompañan al álbum.
Por.Javier Rodríguez
5 de Agosto del 2017
Con el sentimiento latente de que sería el
último disco de la banda y la obsesiva idea de poder decir adiós con dignidad y
«las botas puestas», comencé la grabación de Confesiones de un Náufrago, teniendo en un inicio como
camarada de viaje al guitarrista y productor Tiago Felipe (Stoner), convocando,
además, a músicos afines a la impronta de Extraño Corazón. Todo esto, bajo la
mirada siempre atenta de José Manuel García (Bis Music), quien sin ocultar su
emoción al escuchar los primeros temas, mantuvo su atención y no dejó de
animarnos durante todo el proceso, mientras era arropado por un puñado de
fieles e incondicionales amigos alrededor del mundo, quienes llegaron a mi
rescate con las primeras señales de «S.O.S hombre al agua».5 de Agosto del 2017
No hubo prisas, no hubo horarios esclavos, fechas de entrega o metas. Fue una feliz coincidencia que termináramos justo al cumplirse 25 años de aquella lejana noche del 21 de marzo de 1992, cuando el vocalista y armonicista Roberto «Keko» Fajardo y yo, con toda la inocencia del mundo, subimos por vez primera a un escenario.
Malditos o benditos aplausos que me llevaron hasta aquí.
Quiso el destino que, muchos años después de transitar por caminos separados, volviéramos a reunirnos, por lo que aprovechamos la libertad creativa que tuvimos para liberar y exorcizar por primera vez a nuestros ángeles y demonios sinfónicos, sin las expectativas tontas de los principiantes, pero con la sana intención y motivación de compartir este viaje.
Suceda lo que suceda, lo importante está aquí, en nuestra obra, en este disco que pudiera ser el principio del final, pero en el que pusimos todo el corazón y las mejores energías del universo, sin preocuparnos por el mañana.
Navegar y llegar con vida a tierra firme, sobrevivir a los naufragios, nadar contra la corriente, ha sido una constante y el desafío diario en estos largos años.
Confesiones de un Náufrago saldrá a la luz en momentos en los que siquiera se percibe una brisa a favor del rock hecho en la Isla, pero hombre de fe al fin, deseo —y necesito creer— con todas mis fuerzas, que de alguna manera resulte inspirador para las nuevas generaciones, en especial, para aquellos que, teniendo talento, han preferido engavetar sus canciones, sucumbiendo a las golosinas, las modas y el mimetismo.
El último de los mohicanos, náufrago, kamikaze, poeta maldito, villano, bala perdida, forajido, vikingo, roquero, Jessie Rainbow, capitán de un buque fantasma que aparece y desaparece entre un álbum y otro… un poco de todo eso he sentido y me ha tocado ser… dadas ciertas circunstancias, etapas y eventos de mi vida dentro y fuera de esta Isla, pero, saben…, llegar hasta aquí, compartir estas confesiones luego de ser rescatado, es un privilegio indescriptible.
Algunos pensaron que el penúltimo naufragio significaría el final de un largo viaje para Extraño Corazón y no se dieron cuenta de que solo comenzaba otro.
Bienvenidas sean entonces las tormentas… y los naufragios.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
Vuelve el público a dialogar con sus artistas, a través del espacio de ARTex ”Por los caminos del Arte”.
Por.
Marianela Dufflar
Fotos:
Abel Juliá.
Una tarde donde todos olvidamos las altas temperaturas del verano, para dedicarnos al disfrute de la buena música cubana y su diversidad de
géneros y estilos, fue definitivamente el resultado del espacio de ARTex, Por
los caminos del Arte, este 5 de agosto, donde cada sábado, el público, con
grandes expectativas, espera desde horas
tempranas del mediodía, el inicio del encuentro.
En esta ocasión jóvenes trovadores, como Abel Geroné y Angel Lorenzo,
este último, presentando su proyecto en solitario, con guitarras en mano y el
verso nacido de su inspiración, demostraron la seriedad con que cultivan y la pasión
que sienten, por el arte de lo sonidos, algo que los presentes agradecieron de
inmediato al escucharles.
La conductora desprograma televisivo, De tarde en Casa, Rakel Mayedo,
compartió sus nuevos proyectos y la importancia que tiene para ella la familia
cubana. Mientras que la actriz Maikel Amelia, confesó que le resultaba muy
difícil a pesar de las investigaciones realizadas para encarar el personaje de,
Tras la Huella,
hacerle algún tipo de interrogatorio a su familia.
La también, actriz y humorista Carmen Ruiz, rememoró los inicios de su
carrera y aseveró que sigue siendo difícil como mujer, asumir el reto de ser
humorista.
Otro momento especial fue sin duda escuchar el lirismo y la voz de
Lindiana, que sigue dejando a todos conmovidos precisamente por su manera de
asumir el canto.
Y como la cubanía es parte importante de este espacio Mónica Mesa y Joel Domínguez, le dieron esa pizca de sabor
que posee la música popular cubana y de más está decir que hicieron bailar
hasta el más escéptico.
Tarde
de música y razón resultó este sábado en La Pérgola, veremos que pasa el próximo sábado, en
el que celebraremos el 85 aniversario de la Orquesta Anacaona.
Galeria del espacio de ARTEX EN ARTE EN LA RAMPA. POR LOS CAMINOS DEL ARTE
Matanzas, la coqueta.
Graziella Pogolotti •
5 de Agosto del 2017
5 de Agosto del 2017
Ciudad entre
ríos, junto al mar, con su suave descenso de colinas, Matanzas parece recibir
al viajero, llegue de oriente o de occidente, con una sonrisa. Madurota ya, no
alcanza la venerable edad de aquellas otras, las que andan en el entorno del
medio milenio. Está ahora de cumpleaños. Tuvo una juventud brillante. Se
refugió luego en el recuerdo de los tiempos en que fue reconocida como la Atenas de Cuba. Quizá en
virtud de la memoria de ese pasado, se mantenga allí un foco activo de vida
intelectual. Su historia local es componente indispensable para entender el más
amplio proceso del devenir del país.
Debemos a una
matancera que vivió el tránsito entre los siglos XIX y XX, un documento de
inapreciable valor para descubrir claves reveladoras de las razones del
desarrollo de la ciudad. El libro fue publicado por primera vez bajo los
auspicios de Fernando Ortiz, reeditado por Ambrosio Fornet después del triunfo
de la Revolución
y, lamentablemente, desde entonces parece dormitar en los anaqueles de las
bibliotecas. Con documentos intercalados, el texto ofrece un enorme acopio de
información. Tiene el valor añadido de la singularidad de su enfoque, salido de
la mano de una mujer que tuvo la audacia de emprender la tarea de contar la
historia de su ciudad tomando como eje del relato la memoria femenina
depositada en el hogar. Con esas fuentes, traza el recorrido paralelo de
esplendor y decadencia de una familia y de una ciudad.
Lola María
Ximeno rescató los recuerdos de su abuela, testigo del despuntar del siglo XIX,
cuando comenzó la expansión matancera. La ciudad dispone de un puerto
privilegiado. A alguna distancia de la rada habanera, escapaba al control
directo de la capital. Desde allí, la comunicación con los Estados Unidos se
abría al intercambio de exportación e importación. La puesta de los
sacarócratas criollos en favor de la acrecentada producción del dulce
concentraba en occidente esa fuente de riqueza. Para cubrir la apremiante
necesidad de brazos —aunque el caso no se menciona— el contrabando de piezas de
ébano rindió jugosas ganancias. Habría de estar en el origen de la inmensa
fortuna de los Aldama.
La cercanía a La Habana favoreció un intenso
intercambio entre las dos ciudades. En el trasiego intervenían también
afinidades políticas alentadas por los debates suscitados por las guerras
independentistas latinoamericanas. A espalda de las autoridades españolas, por
vía de viajeros, mucho se sabía de lo que estaba ocurriendo en el continente.
Tentados por el reformismo, los criollos no se atrevían a tanto, a pesar de los
focos conspirativos que procuraban el apoyo de México o Venezuela. El águila
azteca y los Soles y rayos de Bolívar fueron abortados. El poeta José María
Heredia encontró en Matanzas refugio y puente para su salida del país.
Hecho desde la
perspectiva de una memoria familiar, el texto de Lola María revela rasgos
históricos. Contribuye sobre todo a mostrar las características de las
mentalidades que subyacen tras las conductas de los grupos sociales.
Coleccionistas de obras de arte, favorecedores de la buena música, son capaces
de reconocer el talento de José Jacinto Milanés, el primo pobretón de la
familia, al que se entrega alguna mesada, en actitud lesiva a la dignidad del
poeta, portador de un destino trágico. Según las normas de la época, no
pertenecían a la misma clase.
Respecto a la
historia mayor de la isla, se manifiestan zonas significativas de silencio. El
fusilamiento de los estudiantes de Medicina produce un fuerte impacto en la
sociedad matancera que perdió a uno de sus hijos en ese acontecimiento. Pero la
guerra grande transcurre en la distancia.
Hay otras zonas
de silencio. Un sector mestizo, formado por artesanos, músicos y hasta
profesionales, iba ganando espacio en la sociedad y en la cultura. Venidos
desde abajo, germinaba en ellos la necesidad de ser, de existir y de
participar. Con su talento de versificador, el habanero Plácido conquistaba
reconocimiento creciente. El poder hegemónico detectó el peligro latente en ese
sector. Había que aniquilar esa fuente de posible perturbación.
La represión
sería brutal y ejemplarizante. Hubo muertos. Se aplicaron atroces torturas para
arrancar confesiones y también para fracturar por siempre el alma de quienes
habrían de sobrevivir.
Transcurrida su
primera mitad, comenzaba el declive del siglo XIX. El ambiente del conversar de
las mujeres en lo íntimo del hogar, mientras hacían labores rodeadas por sus
esclavas domésticas, iba quedando como recuerdo nostálgico de una era
periclitada. Vista desde la distancia, la guerra grande se convertía en
realidad concreta, tangible, inmediata. Al cabo, llegaría la reconcentración de
Valeriano Weyler, intento brutal por contener lo inevitable, la pérdida de la
última de las colonias, la más preciada entre todas, del imperio español. Lola
María sufrió en carne propia la miseria extrema, el hambre real, paliada apenas
cuando algún amigo compasivo le ofrecía la limosna de un hueso para sustancia
de caldo. Padeció, asimismo, el terror ante los inútiles bombardeos de la
armada norteamericana.
La
República Neocolonial
no fue una etapa feliz. El puerto de La Habana concentró lo fundamental de las
importaciones. Importantes embarques de azúcar salían de otros lugares. En
parte soslayada, Matanzas sostenía en su memoria el orgullo de haber sido la Atenas de Cuba. La moda de
sol y playa, estrenada en el siglo XX, favoreció el impulso inicial de
Varadero. La ciudad de los ríos era un punto en el camino, aprovechado por
algunos para asomarse a las cuevas de Bellamar. Sin embargo, el conjunto urbano
tiene atractivos notables. El rescate progresivo de sus valores repercutirá en
la calidad de vida de sus ciudadanos, dará mayor aliento a esa vida cultural
que ha sabido defender. Ofrecerá una alternativa promisoria al turismo de
ciudad.
Imprescindible
para el presente y el futuro, la historia tiene sus fuentes en documentos de
archivos, en análisis de procesos económicos, en la contribución de quienes
vivieron una época y dejaron testimonio concreto de ella en sus escritos, en su
correspondencia, en sus apuntes de diarios. De ellos dimana la revelación de
mentalidades que modelaron conductas y que, a veces, cuando las circunstancias
los favorecen, sobreviven más allá del tiempo y andan entre nosotros.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
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