Por:
Iroel Sánchez
Los cubanos, que han vivido muchos fenómenos de este tipo, no dudan en calificarlo como el más devastador que recuerdan, mientras los experimentados meteorólogos de la Isla que han lidiado durante décadas con el impacto de otros meteoros lo confirman.
El aceitado mecanismo de Defensa Civil que permite la protección de la población cubana, concentrando bajo un mando único los recursos materiales que permiten proteger a toda la población y refugiar a los más vulnerables, garantizándoles albergue, alimentación, atención médica y aseguramiento de sus bienes, además de acelerar los trabajos de recuperación, es reconocido internacionalmente como un modelo.
No obstante, esta vez el carácter simultáneo de los daños en casi todo el país complejizará la recuperación y requerirá de la ciudadanía y sus autoridades un esfuerzo que supera el de otras ocasiones. Las imágenes de los daños han recorrido el mundo y hasta gobiernos en las antípodas ideológicas de la Revolución cubana, como los de México, Argentina y Colombia, han expresado su solidaridad y disposición para ayudar.
Tampoco desde Washington ha habido silencio, pero en sentido contrario, mientras los vientos de Irma azotaban Cuba, el gobierno de Donald Trump reafirmó la aplicación a la Isla de la Ley de comercio con el enemigo de 2017 en que se sustenta el bloqueo económico que aplica al vecino cercano desde hace casi sesenta años y se espera que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) anuncie este viernes 15 de septiembre la implementación de las sanciones contra la economía cubana que Trump proclamó en Miami, el pasado 16 de junio, ante un público conformado por representantes de los sectores más duros del anticastrismo asentado en esa ciudad.
(Tomado de La Pupila Insomne)
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