El gobierno cubano dijo el miércoles que pondría fin al programa luego que el presidente electo brasileño Jair Bolsonaro dijo que solamente podría continuar si se cumplían ciertas condiciones.
Bolsonaro, un político ultraderechista y ex capitán del ejército, hizo promesas durante su campaña de adoptar una línea intransigente ante los gobiernos izquierdistas. Como congresista, Bolsonaro se quejó a menudo sobre el programa de médicos cubanos y trató de ponerle fin.
En una entrevista telefónica, el ex ministro de Salud Alexandre Padilha dijo que la decisión se sacar a los médicos dejaría a millones de brasileños sin acceso a doctores.
Padilha dijo que los médicos cubanos están en 2.800 ciudades y pueblos brasileños, y eran los únicos médicos en 1.700 de esos pueblos. Dijo que la iniciativa fue lanzada en el 2013 porque no se podía encontrar suficientes médicos locales para cubrir muchas posiciones.
“Esta va a tener un impacto inmediato y terrible en el sistema de salud”, dijo. “Los médicos cubanos están en las áreas más vulnerables. Están en el Amazonas, en pueblos rurales y favelas”.
Brasil es un país vasto y muchas zonas, particularmente la Amazonía y zonas históricamente pobres del nordeste, son escasamente pobladas y carecen de infraestructura básica.
Tras el anuncio de Cuba el miércoles, Bolsonaro criticó duramente el programa. Refiriéndose frecuentemente al gobierno cubano como dictadura, dijo que el programa era mano de obra esclava, porque el gobierno cubano retiene 70% de los salarios de los médicos. Dijo además que Brasil no tenía forma de verificar si los médicos estaban realmente calificados.
Ni Cuba ni Bolsonaro han dicho cuándo podrían irse los aproximadamente 8.500 médicos cubanos que trabajan en Brasil.
Bolsonaro dijo que los médicos cubanos que solicitasen asilo lo recibirían, aunque no dijo que se lo daría a todo cubano que lo solicitase.
Bolsonaro, que asume la presidencia el 1 de enero, dijo que el programa podría continuar solamente si los médicos recibían sus salarios directamente de Brasil, y podía verificarse sus credenciales.
“No tenemos prueba alguna de que son realmente médicos y pueden asumir esas funciones”, dijo.
Padilha dijo que el programa, aprobado por el Congreso, incluye ya una evaluación de las credenciales y enseñanza del idioma portugués.
El ex ministro de salud dijo que los médicos no solamente están calificados, sino que son especialistas en medicina rural, algo de lo que carece el sistema de salud de Brasil. Dijo que la estructura salarial era algo que Cuba había acordado con más de 60 países que participan en el programa, no solamente con Brasil.
“Bolsonaro no entiende que un médico no practica medicina solamente por dinero”, dijo Padilha. “Los médicos que trabajan en las áreas más pobres no piensan solamente en el dinero”.
(Con información de AP)
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