Llegó el momento de
respirar hondo y llenar los pulmones del aire cálido y húmedo de nuestro verano
tropical. Pasó la angustia de los exámenes y de la espera por el otorgamiento
de las carreras universitarias. No saben todavía los muchachos, ansiosos por el
disfrute vacacional, que algún día sentirán añoranza de estos tiempos de
alegría y pesadumbre, porque cada graduación implica una despedida. Al contemplar el
espectáculo, pienso en lo que haría si, ahora mismo, me confiaran un aula.
Empezaría por solicitar a los alumnos la pormenorizada descripción del entorno
inmediato. Los incitaría luego a la narración detallada del recorrido mañanero
para que observaran las casas, los balcones, la ropa tendida al aire y los
rasgos característicos de los transeúntes habituales. Les pediría el retrato en
palabras de un familiar cercano, su vestuario, modo de peinarse, el estilo de
sus movimientos, junto a la expresión de la cara y la mirada. Podríamos
detenernos todos en la contemplación de un muro, sus grietas, sus manchas y
disfrutaríamos al tacto las cualidades de la materia rugosa. Inmersos cada vez más en
un universo virtual, absortos ante las pantallas, tenemos que renovar el
contacto con la realidad concreta. Es un modo de provocar curiosidad y hacer
que el abrir los ojos en cada mañana resulte un feliz redescubrimiento de la vida.
Un experimento sencillo revela que la
rutina anula la mirada. Aguzarla enseña a conocer la arquitectura, los
matices cromáticos del ambiente cambiante. Enseña también, por vía empírica, a
acercarnos al análisis de la sociedad y a convertirnos en psicólogos
aficionados. Con similar procedimiento minucioso, nos adentraríamos todos en el
desciframiento de los textos escritos. Uno y otro son entrenamientos
complementarios. Ayudan a andar por el mundo y encaminan el aprendizaje real. El acceso a las ventanas abiertas
por la informática constituye una ganancia neta. Expande el horizonte
informativo, favorece el intercambio y la actualización de los especialistas y
acelera la comunicación. Para ser útil, tanta oferta exige saber formular las
preguntas precisas para descartar la tontería, seleccionar lo necesario sin
perder rumbo en un océano de sobreabundancia. Sin embargo, toda moneda
tiene dos caras. Las ganancias suelen entrañar pérdidas. Los costos se revelan
en ocasiones a mediano plazo. En la actualidad, los padres observan con alegría
la rápida incorporación de las habilidades en el manejo de los equipos de
computación adquiridas por los niños desde la más corta edad. Investigadores
científicos de alto rango académico comienzan a dar señales de alarma respecto
a las repercusiones de la sustitución demasiado temprana de la escritura
tradicional por el teclado en el desarrollo de las facultades intelectuales. Sabido es que el empleo
de la mano, la capacidad de agarrar objetos y de mejorar las condiciones de vida
mediante el trabajo nos convirtieron en seres humanos. Al nacer, me explicó un
neurólogo, la naturaleza nos ha dotado de todas las neuronas necesarias. La
clave del desarrollo humano se encuentra en la estimulación de las
interconexiones que se activan en la práctica. La actividad motora y el dominio
muscular alcanzan el cerebelo e incentivan otras capacidades. Corresponde a una
etapa posterior, piensan los investigadores, la familiarización del teclado,
mediante un aprendizaje a ciegas con el propósito de favorecer la coordinación
entre las dos manos. La Revolución industrial y la filosofía
positivista generaron una visión optimista y acrítica del progreso. No es
deseable el regreso a la era de las cavernas. No estamos preparados para
sobrevivir en esas circunstancias. La cocción de los alimentos debilitó nuestra
dentadura. Obsoletos, los cordales suelen convertirse en fuente de problemas
cuando crecen. La entrega irresponsable al progreso técnico-material llenó el
ambiente de polvos de carbón producidos por los ferrocarriles, las fábricas y
los sistemas de calefacción. El ser humano se arrogó el derecho a ejercer su
dominio sobre la naturaleza y la fue expoliando con un ritmo acelerado. Los
desiertos crecen, los polos se derriten y los océanos amenazan invadir las
islas. Estamos ante los problemas del cambio climático. La agricultura padece
los efectos de los productos químicos. Si fuera maestra,
pensaría ante todo en conocer los escenarios que propone el panorama planetario
contemporáneo para la conformación del destino de la especie, de los grupos
humanos y las personas. Vivimos un mundo cada vez más poroso a la influencia de
imágenes portadoras de paradigmas y de sueños rutilantes. Andamos por las
calles con audífonos que nos aíslan de cuanto nos rodea. Son factores que
inducen al aislamiento y a la pérdida del contacto humano concreto. Sin coartar
el acceso, sin renunciar al horizonte informativo, no podemos mutilar la
capacidad de descubrir otras fuentes de enriquecimiento. Me propondría entonces
dotar a niños y jóvenes de las facultades imprescindibles para leer la realidad
en su misterio y en su belleza para encontrar en ella las señales de cambio y
de obsolescencia, para hacernos, paulatinamente, constructores de nuestra
propia existencia. Enseñaría a hurgar en lo más recóndito de los textos, en lo
que dicen y sugieren. Insistiría en la comunicación grupal y en el aprendizaje
de una ética del respeto mutuo. La suma de datos es un
primer peldaño para la adquisición de conocimiento. Para la cristalización de
este mundo se impone un proceso de metabolización basado en un ojo crítico
aguzado, en el eslabonamiento de interrogantes, en el entrenamiento para
interconectar factores diversos, en la meditación y en el análisis. Porque, en
tiempo de velocidad acrecentada, el niño de hoy entrará en un mundo fuera del
alcance de nuestros catalejos.
Me horroriza pensar que
algún día nuestros interlocutores serán robots. Artefactos inteligentes y bien
programados, podrán transmitir información y establecer un diálogo mínimo.
Pero, la mano y el habla nos hicieron seres humanos. La transmisión mecánica
de datos y su acumulación acrítica no producen conocimientos. El saber se
articula a través de las vías que ofrecen las ciencias y mediante referentes
numerosos incorporados en las distintas experiencias de vida. La voz humana
matiza el valor de las palabras. Actúa sobre el intelecto y sobre la
sensibilidad. Se expresa en el tono, el ritmo, la vacilación y el silencio,
brevísimo instante de meditación y duda. En países como los nuestros, el gesto
tiene una importancia decisiva. Ante el dolor de un amigo, un apretón de manos
resulta más efectivo que un discurso que, sumido en un trance difícil, es
incapaz de escuchar. Cuando la criatura nace,
la comunicación con el mundo exterior se inicia en el contacto físico con el
seno materno, nutriente básico y fuente de seguridad, apaciguamiento y
disfrute. Por costumbre y necesidad afectiva, las madres comienzan a hablar con
el recién nacido que aún no tiene dominio de la palabra. El tono de la voz es
el indicador que precede al aprendizaje de un vocabulario. Las pérdidas de la
capacidad de comunicación actúan negativamente en el comportamiento social.
Generan una cadena de acción y reacción. Las madres vociferantes que apabullan
a los hijos remolones en el cumplimiento de los horarios forman un modelo de
conducta. La inadecuada relación del maestro con los alumnos conduce a generar
falta de confianza en el sistema institucional. En este ámbito, la formación
incluye lo instructivo y lo afectivo. Acercarse a un chiquillo y preguntar los
motivos de su tristeza implica solidaridad, reconocimiento de su individualidad
y de su condición humana. La falta del diálogo necesario reduce el proceso de
enseñanza a un vínculo utilitario centrado tan solo en el logro de una
estadística promocional satisfactoria. Protegida por su
carapacho, la jicotea anda sola en el mundo. Los humanos requerimos amplias
redes societarias. Desposeídos de manto protector, contamos con una piel
delicadísima. Para los más frágiles, un roce ligero produce profundas heridas.
El agredido se convierte en agresor. Un encadenamiento incontenible acrecienta
la espiral de la violencia. La comunicación efectiva
se basa en el respeto real al otro, manifiesto en las respuestas concretas a
las demandas de la vida. Violar esta regla básica favorece el ejercicio de la
violencia, la apatía y la fragmentación del tejido que articula, en lo político
y en lo práctico, la asunción de normas de conducta que fortalecen la acción
colectiva en beneficio de todos y de cada uno. Corresponde al conjunto de
instituciones constitutivas de los pilares que sostienen la sociedad,
establecer las reglas del juego. Apelamos siempre a la familia y a la escuela,
fundamentales sin lugar a dudas. Pero la existencia humana no transcurre
solamente en esos ámbitos cerrados. Utilizamos medios para movernos, demandamos
servicios de distinta naturaleza, tenemos que proveernos de mercancías de todo
tipo y debemos cumplir trámites legales de diverso carácter. Las múltiples
demandas requieren respuesta institucional. El maltrato, la dilación, provocan
irritación creciente y la búsqueda de soluciones alternativas que inducen a la
corrupción y al soborno, gangrena sutil porque el dinero pasa de mano en mano
sin dejar huellas. Las cartas que llegan a
las redacciones de los periódicos son una muestra microscópica de un fenómeno
que agrieta principios esenciales. Con frecuencia las respuestas revelan
subestimación de un lector que ha sufrido muchas veces situaciones semejantes.
Para alcanzar el control popular deseable, hay que empezar por el rescate de la
ejemplaridad de los trabajadores vinculados a los centros que, en la base,
responden a la estructura institucional del país. La ética institucional es
factor determinante de la disciplina social. A pesar de la presencia
de internet, de la televisión y de otros medios, nuestro tiempo transcurre en
el entorno de la comunicación oral desde que nos levantamos, nos trasladamos de
un sitio a otro y ejecutamos tareas de cualquier índole. De otro modo, nos
convertiríamos en una colectividad de autistas. Para establecer el orden,
existen medidas coercitivas. Siempre hay modo de evadirlas cuando no asumimos
valores derivados de la convicción íntima de la importancia de nuestra función,
de la relevancia social de nuestro centro de trabajo, de nuestra
responsabilidad en la preservación de su imagen pública. Para seducir y
persuadir, la voz humana tiene un peso cualitativo de primer orden. De ella
depende que nos consideremos eslabón integrante de una comunidad mayor. Me sorprende ahora el
recuerdo de Ceferino. Lo conocí a poco de ingresar como estudiante en la Universidad. En
aquellos tiempos, los bedeles tenían jerarquías que ostentaban en sus chaquetas
engalonadas. Ceferino, siempre igual, nunca alcanzó esas distinciones. Nos
acompañó toda la vida. Fue amigo de generaciones de estudiantes que se
convertirían en profesores y tendrían un brillante desempeño público.
Fraternal, afectuoso, solidario, bromista, ajeno a cualquier manifestación de
servilismo, cumplía las normas de respeto que corresponden a una institución de
enseñanza. Era velador imprescindible de los bienes comunes, orgulloso de
pertenecer a la
Universidad de La Habana. Permanece
en mi memoria afectiva junto a mis mejores maestros y a mis alumnos más entrañables.
Si en esta primera convocatoria, se apunta a la industria
musical en Cuba, los organizadores pretenden en lo adelante convertir a Primera
Línea en punto donde converjan las sonoridades del resto de los países del
Caribe
Autor: Pedro de la Hoz Cinco expresiones
diversas y a la vez ilustrativas de la riqueza de la cultura musical cubana
contemporánea figuran como exponentes de avanzada en la selección artística que
se presentará al foro Primera Línea, previsto entre el 14 y el 17 de septiembre
próximo en el contexto de Habanarte 2016. El comité de selección,
integrado por expertos de Francia, España y Cuba, anunció la clasificación del
cantautor Kelvis Ochoa, el pianista y compositor Alejandro Falcón, la compañía
Habana Compas Dance, el colectivo Rumbatá y el septeto Turquino para un
evento que mostrará las potencialidades de la creación musical de la Isla a empresarios y
operadores de circuitos internacionales de espectáculos especialmente
convocados para la cita. A partir de las
propuestas de las agencias de representaciones artísticas y las entidades
promocionales del sistema del Instituto Cubano de la Música, se conformará en
los próximos días la nómina definitiva de participantes ascendente a quince
agrupaciones o solistas. Cada uno de los
seleccionados contará con un espacio demostrativo de su quehacer en la planta
superior del Gran Teatro de La
Habana Alicia Alonso. En esa misma institución
se desarrollarán conferencias y tallares de carácter profesional acerca de
temas relacionados con las industrias culturales y las realidades del mercado
del arte en el campo de la música. Antonio Martínez,
coordinador del evento, dijo que al dar a conocer a los primeros cinco
clasificados de una preselección inicial de 25 exponentes, “hemos querido
significar un claro indicador de la amplitud, la novedad y el rigor cualitativo
de la muestra que van a encontrar en Cuba”. El foro Primera Línea
forma parte de la serie de festivales WOMEX, que desde 1994 en diversas
latitudes promueve los mejores talentos de las músicas del mundo. Si bien la idea, en esta
primera convocatoria, apunta a la industria musical en Cuba, los organizadores
pretenden en lo adelante convertir a Primera Línea en punto donde converjan las
sonoridades del resto de los países del Caribe. Tomado de Granma
Bostezos, dibujos en las
libretas y el deseo de que el tiempo transcurra más rápido constituyen parte de
la realidad durante algunas clases de Historia de Cuba y en ciertos centros escolares
del país, aunque duela admitirlo. Conozco de estudiantes
que miran constantemente por las persianas, unos escriben carticas y otros
hasta son vencidos por el sueño, cuando la impartición de la asignatura se
convierte en un tedio. Algunos profesores
repiten siempre las mismas palabras, extraídas del libro de texto o de
manuales, confeccionados hace poco o mucho. Y eso cansa, levanta una especie
de muro entre ellos y los alumnos. Afortunadamente, no
siempre sucede así y existen buenos ejemplos de lo contrario. Mi mente pasa,
cual rollo de cine en blanco y negro, momentos en las aulas, y siento otra vez
la emoción transmitida por quienes lograban llevarnos a combates, asambleas y
más sucesos en la manigua y otros sitios. Por las mareas de mi
cuerpo circula otra vez la tristeza, después de preguntar sobre la infancia de
Carlos Manuel de Céspedes…, y recibir un largo silencio como respuesta. ¿Por
qué las omisiones de contenidos tan importantes como lo relacionado con las
primeras edades del Padre de la
Patria, incluidas sus preferencias, juegos y cómo era la
familia, además de acaudalada...? Los héroes también son
seres humanos y sus gustos y hábitos terrenales los acercan más a las personas
deseosas de conocerlos. Todos los profesores debieran ser como manantiales de
conocimientos y tener la creatividad suficiente para lograr, o al menos
intentar, que las palabras cobren vida y cautiven a quienes escuchan. Hace poco una abuela me
contó con pena que a su nieto no le supieron explicar, de forma detallada, el
significado correcto de la bandera. Y eso me dolió. Según agregó, en la casa
tampoco recordaban, llamaron por teléfono a varios amigos y nada, hasta que por
fin encontraron unas páginas “salvadoras”. Lo ideal es que todos nos
sumerjamos en los textos sobre hechos del pasado con pasión y tengamos siempre
deseos de aprender, pero muchos no tienen el impulso y tampoco pueden ser
obligados. Resulta esencial
aprovechar maneras más creativas para enseñar y motivar la búsqueda de
saberes. La literatura, a pesar de sus deudas con el reflejo de sucesos
transcendentes de la historia nacional, puede ser una vía atractiva. Las multimedias,
dramatizados, animados y otros materiales audiovisuales de calidad sobre temas
históricos también son escasos en el país, y eso es bastante lamentable en un
contexto caracterizado cada vez más por la preferencia por lo digital y las
imágenes en movimiento. Es preciso aprovechar
sitios históricos cercanos y las experiencias de combatientes y más
personalidades de la localidad. Sería propicio incrementar las visitas a otras
zonas exactas donde ocurrieron los acontecimientos y se pueden impartir algunas
de las mejores clases. Jamás olvidaré los
momentos en La Demajagua,
donde Céspedes encendió con más fuerza la llama del anhelo de libertad. Cerca
de la campana emblemática, utilizada el 10 de octubre de 1868 para convocar a
todos en el entonces ingenio, parece gravitar su voz y el ejemplo de aquellos
hombres, decididos a empuñar las armas para acabar con el sufrimiento en Cuba. Me emociono cada vez que
recuerdo una de las rememoraciones del desembarco de los expedicionarios del
yate Granma. El 2 de diciembre del 2015, como cada año, 82 jóvenes abordamos
dos pequeñas embarcaciones y antes del amanecer nos tiramos al mar, por donde
se estima lo hicieron quienes llegaron provenientes de México en 1956. En el agua, el frío
entraba a nuestros cuerpos, y seguimos hacia la orilla con la emoción de saber
que por allí llegaron y continuaron los corajudos guiados por Fidel. Todos
teníamos la luz del orgullo en nuestros ojos. La Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata, intrincado paraje de la Sierra Maestra, es
otro de los sitios que enamora y donde se respiran las esencias de la nación. Allí crece una leyenda
respecto al bohío de tablas, piso de madera y techo de guano, ocupado por el Comandante
en Jefe. Cuentan trabajadores del lugar que la fuerza del huracán Dennis, en
el año 2005, prácticamente arrasó con las demás edificaciones, sin embargo, la
referida edificación sobrevivió con apenas unos rasguños. Añaden que, con un
gesto protector, la potencia del viento apartó un árbol que amenazaba con
caerle encima. Ningún libro transmitirá
jamás la emoción percibida en lugares que constituyen altares de la Patria, en los cuales se
pueden observar y palpar objetos reales. La historia es una de las
mayores fortalezas de Cuba, fuente de saberes y certezas, que es importante
preservar como un ser vivo, para el bien de todos.
Esta
canción la hice en 1968, cuando Haydeé Santamaría nos pidió a Noel, a Pablo y a
mi que escribiéramos algunas canciones sobre el asalto a cuartel Moncada,
hazaña más moral que bélica que el pasado 26 de julio conmemoramos en Cuba. No
hace mucho hablé de cuando en 1953 encontré una revista Bohemia escondida en el
cesto de la ropa sucia de mi casa, con fotos de los asaltantes asesinados (los
soldados de la tiranía ejecutaron a 30 asaltantes después de terminado el
tiroteo). Para mi, replantearme los sucesos del Moncada pasaba por mi propia
existencia, pero no por aquel recuerdo que en 1968 tenía más presente, sino por
lo que estábamos viviendo los trovadores en aquellos precisos momentos. Por eso
le puse a la canción ese título, porque consideraba que nosotros, en una escala
por supuesto mucho más modesta también estábamos asaltando un Moncada, y que
los balazos que nos daban era la incomprensión y el rechazo de muchos. Por
entonces no sabíamos si íbamos a salir victoriosos pero éramos jóvenes y
creíamos en la fuerza de nuestra verdad honesta.
A colocar la mirada en las adolescentes y en el diseño e implementación
de políticas para empoderarlas en sus entornos cotidianos tanto en el
ámbito privado como público, convocó el Panel Invirtiendo en las
adolescentes: el futuro comienza hoy.
Una etapa difícil, polémica, de cambios continuos.
Así la definen, con razón, muchos expertos. Pero hay que aprender a
mirar también este periodo de la vida como una etapa de oportunidades,
reflexionaba un profesor hace ya algún tiempo sobre los desafíos que
entraña arribar a la adolescencia.
Justamente a colocar la mirada en las adolescentes (sin perder de
vista que ello implica invertir en ellos también), y en el diseño e
implementación de políticas para empoderarlas en sus entornos cotidianos
tanto en el ámbito privado como público, convocaba el pasado 11 de
julio, Día Mundial de la Población, el Panel Invirtiendo en las
adolescentes: el futuro comienza hoy, organizado por el Fondo de
Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y el Centro de Estudios
sobre la Juventud (CESJ).
“No se es vulnerable por ser adolescente” reflexionaba en el
encuentro la doctora Natividad Guerrero, jefa del departamento de
investigaciones del Centro Nacional de Educación Sexual, pero de las
oportunidades que les generemos dependerá que tanto ellas como ellos
puedan construir su futuro, lo cual es su derecho, y evitar que caigan
en situaciones de vulnerabilidad.
Reflexiones que, y partiendo de que de la adolescencia de hoy
dependen nuestros jóvenes del mañana, nos abocan a un esbozo de lo que
sin duda constituyen aciertos, y también las brechas y desafíos de la
siempre urgente necesidad de invertir en quienes construyen no ya el
futuro, sino el presente del país.
Pero para la Máster María Josefa Luis Luis, subdirectora científica
del CESJ, la inversión en esta población no puede verse enfocada en una
única arista por las exigencias propias de este grupo.
En Cuba, dijo, “pudiera pensarse que no hay diseñadas políticas
dirigidas específicamente a esta población, al no contar con un
ministerio de Juventud, pero sí existen, subsumidas en las políticas
universales del país y que no son específicas únicamente de la
adolescencia o la juventud, apuntó a Granma.
En ese sentido, precisó por ejemplo, que la política educacional ha
establecido la enseñanza obligatoria hasta el noveno grado para todos
los menores, independientemente de su sexo, al tiempo que el Estado
cubano se esfuerza continuamente por ofrecer oportunidades ilimitadas de
salud y educación a las niñas, adolescentes y jóvenes cubanas, que
les permita alcanzar independencia social y construir importantes
proyectos de vida, como profesionales y técnicos.
Asimismo, ejemplificó, en el ámbito laboral, legislaciones como el
Código del Trabajo contemplan acápites dirigidos a proteger los más
jóvenes. “La edad promedio para la inserción laboral es 19 años y se
exige, para comenzar a trabajar y el empleo de la fuerza calificada y
remuneración, solo capacidades, habilidades y resultados de trabajo,
independientemente de la edad y el sexo”.
De igual modo el sistema de salud pública prioriza en sus estrategias
a esta población —trascendió en el Panel mencionado—, pues desde la
infancia cuentan por ejemplo con un esquema de vacunación que los
protege de múltiples enfermedades, además de la cobertura sanitaria
gratuita y accesible para todos los grupos de edades.
Otra muestra de ello es la atención primaria prenatal universal y el
parto institucionalizado para todas las embarazadas, sin tomar en
cuenta si viven en zonas rurales o urbanas. Ello se comporta con
especial atención para aquellas que residen en zonas de difícil acceso,
lo que garantiza la salud materna y contribuye a que se alcancen
indicadores de mortalidad materna de calidad; y para las madres
adolescentes que reciben un seguimiento estricto y un acompañamiento
durante el embarazo, el parto y el puerperio.
ELLOS Y ELLAS EN EL CENTRO DEL VÓRTICE
El
mayor y mejor recurso de un país es su población, por lo que construir
una sociedad que incluya a cada segmento de esta es vital para la
articulación de cualquier proyecto social. Pero, son los adolescentes y
jóvenes estratégicos dentro de esta construcción, y conocer hacia donde
van, qué piensan, necesitan, y quieren es el primer paso…
En Cuba, son múltiples las urgencias y desafíos a los que se
enfrentan todavía. Según refirió el CESJ, en el Panel, enfocar desde el
género las estrategias políticas para la atención a las juventudes y a
toda la población sigue siendo necesario, en aras de posibilitar una
educación popular transformadora de los basamentos machistas de nuestra
cultura cívica, defendidos incluso por mujeres de todas las edades. Al
respecto, las percepciones de riesgo de enfermedades de transmisión
sexual y embarazo —señalaron los ponentes— son más expresadas por
mujeres y esto no es por correspondencia genética sino social.
Por otro lado, la cultura y otras consideraciones familiares inciden
en que aún no sean muchos los hombres, ni familias las que se acojan a
“la ley de paternidad” luego del nacimiento de los hijos, la cual
permite la asunción familiar de estrategias en función de la rápida
incorporación de la madre joven al escenario de estudio o trabajo.
Se trata del Decreto-Ley 234 de la Maternidad de la Trabajadora
(2003), con su resolución complementaria número 22/2003, que otorga
iguales derechos a los padres cubanos para obtener una licencia laboral y
quedarse al cuidado de los hijos durante el primer año de vida. Si bien
esta ley es un logro, aún este derecho encuentra prejuicios,
estereotipos y resistencias en la sociedad cubana.
También, señalaron los panelistas, los escasos servicios de cuidados a
personas adultas mayores condicionan, de igual forma, la dedicación de
las mujeres a estos, renunciando a sus proyectos de vida como
estudiantes o trabajadoras.
La investigadora del Centro de Estudios Demográficos de la
Universidad de La Habana (Cedem), Grisell Rodríguez, decía sobre este
tema a Granma que esto forma parte de un problema “puertas hacia
adentro, donde se mantienen y reproducen patrones de comportamiento
machistas, y prevalece la sobrecarga de roles a la mujer”.
Es una realidad que las responsabilidades asumidas hacia el interior
de la familia hacen que muchas jóvenes capacitadas, renuncien a las
posibilidades de ocupar cargos de dirección en el escenario del Estado y
el gobierno; a pesar de las políticas que favorecen que esto pueda ser
posible. A ello, se suma la carencia de escenarios de cuidado a los
menores, en respuesta a la alta demanda, por lo cual muchas se ven ante
la disyuntiva de renunciar al estudio o el trabajo, para cuidar a su
descendencia, dijeron los expertos.
En lo que se refiere a salud sexual y reproductiva, es el embarazo
adolescente en Cuba un foco de atención sobre el cual deben centrarse
las miradas desde los múltiples sectores involucrados.
Si bien las estadísticas regionales están muy por encima de la tasa
de embarazo adolescente del país, la tasa en Cuba de fecundidad
adolescente —que de acuerdo con datos de la Dirección de Registros
Médicos y Estadísticas de Salud del Ministerio de Salud Pública, es de
51.8 por 1 000 mujeres de 15 a 19 años— es una muestra que existen
brechas en este sentido.
“Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud,
educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar
en peligro, y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza, la
exclusión y la impotencia”, señaló la máster Raida Semanat,
investigadora de la línea Familia y Sexualidad del CESJ.
De ahí que, apuntó, resulta imprescindible que las familias
comprendan el derecho que tienen las y los adolescentes a la información
sobre anticoncepción, porque forma parte del derecho que tienen a su
salud. Insistió en el hecho de que salvar estas brechas en los más
jóvenes es garantizar un proyecto de independencia e igualdad de
posibilidades, sobre todo para la mujer.
FAMILIA Y ESCUELA… UN CAMINO PARA ANDAR
Pero
esa inversión en adolescentes y jóvenes no puede ir desligada de la que
se haga en la familia, crucial para revalorizar el papel de esta en
relación con esas poblaciones, reflexionó María Josefa Luis.
A juicio de la Doctora en Ciencias Keyla Estévez, jefa del
departamento sociopolítico del CESJ, “hay dos instituciones en la
sociedad —la familia y la escuela cubana— que tienen los roles de la
educación, pero está faltando que se complementen en una mejor
preparación de todas las juventudes, y hoy no se les exige en este
sentido”.
Estas dos instituciones, dijo, saben que tienen muchas deudas al
respecto. “Hoy está ocurriendo un fenómeno en la sociedad cubana
relacionado con que los adolescentes y jóvenes creen ciegamente y hacen
lo que dice la familia. Nuestro último estudio de adolescentes reveló
que esta institución es la que decide por los jóvenes, por ejemplo, en
cuanto a su futuro profesional, relación con los coetáneos ...”.
“Desde Vigotsky y otros expertos que han estudiado estos temas,
quedó sentado que la principal actividad para el adolescente era el
intercambio con los coetáneos, llevarse bien con su grupo, y que este
lo autodetermine, autorregule, autoexija, autoevalúe…”, reflexionó.
Sin embargo, ¿qué está sucediendo hoy en Cuba?, insistió. “El grupo
no se está conformando por afiliación (por destacamentos, organizaciones
como la FEEM) sino por los que son similares a uno, esto quiere decir
que dentro de la propia escuela cubana hay subdivisiones por clase”.
En este contexto, argumentó, “donde la familia está decidiendo, y
está claro que es en las dos instituciones referidas donde se debe
decidir todo, debemos apostar que las inversiones se hagan dentro de las
mismas. No es responsabilidad ni de los medios de comunicación, ni de
un organismo específico, sino de que la sociedad acabe de asimilar que
debe unirse en función de la educación de los más jóvenes. Eso implica
las críticas”.
“Pero hay que tener en cuenta que se trata de una sociedad que ha
arrastrado más de 20 años de situaciones económicas difíciles, donde la
familia se ha adaptado a ‘resolver cosas’ de una forma muchas veces no
convencional ni educativa, al tiempo que la escuela ha pasado por ese
difícil periodo acarreando pérdida de maestros, planes de estudios
descontextualizados… y un grupo de temas que, en ambas instituciones,
están impidiendo educar de una forma mejor”.
De acuerdo con Estévez García, se requiere de una mayor
conciencia, de atemperar planes de estudios, que se elaboren currículum
más apegados a las individualidades, y que permitan y les den libertad
al claustro de profesores de adaptar los contenidos a las condiciones de
un lugar, e insertar temas de impacto para la comunidad.
“Hoy el Ministerio de Educación está escribiendo un perfeccionamiento
donde el currículum institucional es el que el claustro de profesores
puede modificar en función de las peculiaridades del entorno inmediato y
el alumno. Pero ¿hemos educado a la gente para eso, cómo le decimos a
un metodólogo municipal o funcionario de cualquier nivel que tiene que
preguntar cómo lo hace cada centro, y adaptarse a las adecuaciones
internas?
Hará falta un periodo de adaptación en que la gente entienda que ya
puede proponer, y que de ello depende hacer y cambiar un grupo de
cosas”, señaló.
Por otra parte, precisó que es urgente logar que lo cognitivo vaya de
la mano de lo formativo. “Existe hoy la asignatura de educación cívica
que intenta suplir estas carencias, pero no es suficiente. ¿Cómo se hace
conciencia ciudadana? Todos los días. Puede perfectamente un profesor
de biología a la vez que enseña sobre las células, transmitir a sus
estudiantes que debemos cuidar el entorno y ver la vida integralmente. Y
eso le falta a la escuela cubana hoy”.
En este sentido— mencionó— debemos tratar que los cambios y
transformaciones se piensen en función de ese niño, adolescente o
joven, no como adulto, sino como muchacho/a que nació en el entorno de
una familia, que arrastra años de periodo especial, que interactúa con
un celular al lado de su cuna… y la educación tiene que transformarse a
tono con ese contexto.
Para la investigadora del CESJ, la escuela tiene además
responsabilidad en la formación de la familia, y al respecto mencionó
que el programa de las vías no formales, es uno de los buenos espacios
que existen para educar y preparar a esta en muchos temas, pero no se
han aprovechado todas sus potencialidades. CONSTRUIR UN FUTURO A TU MEDIDA
En ese sentido
refirió Estévez García que hay que propiciar políticas integrales,
acciones que les permitan desarrollarse a los jóvenes por sí mismos, a
partir de las cuales les brindemos oportunidades de independencia,
autodeterminación, y participación más amplia y donde ese joven
autoconstruya cómo quiere que sea su vida. “Debemos ser menos
verticalistas y paternalistas. Participar implica poder, querer y saber
hacerlo”.
En ese contexto, y con la mirada puesta además en mantener un
conjunto de logros e indicadores alcanzados, es fundamental propiciar
espacios de participación y fortalecer los ya existentes, en tanto
“potenciar la identidad nacional en nuestros jóvenes, categoría en
constante renovación”, es también una urgencia en la búsqueda de que las
nuevas generaciones “se apropien de lo mejor de nuestra cultura, la
hagan suya, la fortalezcan y la renueven”, reflexionó el director del
Cedem, Antonio Aja Díaz.
“Si queremos tener en un futuro ciudadanos participativos,
revolucionarios, dispuestos, saludables, alegres, hay que ocuparse en
esta etapa, de la cual dependerá el ciudadano de otros tiempos”, apunta
la especialista María Josefa Luis.
Al respecto, mencionó que en los estudios de participación realizados
por el CEJC los jóvenes —aunque reconocen que existen varios— hablan
de la necesidad de espacios de comunicación y que se tengan en cuenta
sus criterios.“Los espacios existen pero no siempre se aprovechan.
Para participar hay que saber hacerlo y ahí hay una brecha”, apuntó la
experta.
Con este criterio coincide Antonio Aja, para el cual “nuestros
jóvenes deben encontrar y reconocer al escenario de la sociedad cubana
como el de su futuro y no solo el del presente”, y agrega que “la clave
está en cómo logramos que hagan esta realidad suya y participen en la
conformación de ese futuro al que aspiran, lo cual incluye entregarles
la posibilidad de la toma de decisión de ellos y ellas sobre dicha
construcción social”.
Aja significó que en la sociedad actual, no pueden perderse de vista
que para estas poblaciones existen temas vulnerables de los que no
podemos desentendernos, pues forman parte de realidades en el mundo, y a
las cuales estamos expuestos. En ese sentido mencionó conductas como la
drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, donde la escuela, la
familia y los medios de comunicación tienen un rol determinante. AL CALOR DE NUEVOS CAMBIOS
Con los nuevos
escenarios en el ámbito socio económico que se abren en el país, emergen
varias preocupaciones para los jóvenes cubanos.
Si por una parte —explica la investigadora María Josefa Luis Luis—
en la esfera laboral se ha visibilizado la importancia que ha
representado el hecho de que el Estado garantice el empleo, y aún la
mayoría de los jóvenes trabajen en el sector estatal; es una realidad el
acercamiento creciente al sector privado. “Hoy conviven el querer
trabajar con el Estado, para garantizar la seguridad laboral, y el deseo
de emplearse además en el privado, para satisfacer las necesidades
que el salario no permite cubrir”.
Pero las nuevas formas de gestión imponen, también a los jóvenes,
múltiples retos; ante prácticas ya consolidadas como que el mayor número
de contratos no se hacen por escrito sino de forma verbal. Es una
alerta, pues esta población ve distante el proceso de jubilación y ni
siquiera piensa en ello, advirtió.
“Entre un 29 y 31 % de los trabajadores por cuenta propia son
jóvenes, y de ellos alrededor de un 46 % son contratados”, refirió la
entrevistada.
Asimismo, acotó que las investigaciones revelan que hay más hombres
que mujeres dueñas de negocios, y proporcionalmente es mayor, en el caso
de ellas, el número de mujeres jóvenes contratadas que propietarias de
determinada actividad comercial. En el caso de las muchachas, la
investigadora explicó se suman hoy otras limitaciones, pues ellas se
enfrentan a exigencias que pueden ir desde condicionantes de edad, color
de la piel hasta el ser madres o no, entre otras.
Por otra parte, refirió, está el tema de la jornada laboral, un
asunto que, dijo, pone tensión en el contexto actual, pues aunque está
regulada por el Código de Trabajo, es un reto en el sector
cuentapropista que se cumpla. “Los trabajadores pueden exigir cuando
esta sobrepasa las ocho horas, pero no lo hacen, al dueño no se le
reclama… cuando ven que no les conviene abandonan ese contrato (trabajo)
y buscan otro”.
La connotación social del trabajo es una arista que, agregó, hoy
vislumbra también urgencias. De acuerdo con nuestros estudios,
históricamente para los jóvenes cubanos ha sido importante el trabajo
que permita superarse, tendencia que hoy ha disminuido ante la
hiperbolización de la función económica:
“El trabajo que me conviene es el que me permite ganar más. Si
abandonamos el cuidado de los valores del trabajo como función social
estaremos dejando escapar oportunidades”, precisó.
“La remuneración económica no puede hacer perder a nuestros jóvenes
la perspectiva, de que se quiera aportar a la sociedad. Eso no es
imposible”, dijo, pero este derrotero pasa por las exigencias que el
trabajo por cuenta propia —reconocido por el Estado como una opción de
empleo— impone al sector estatal, llamado a ser más atractivo.
UNA SOCIEDAD ARMÓNICA
Al referirse a la
dinámica demográfica que caracteriza Cuba hoy, donde más de un 19 % de
su población tiene 60 años y más, Aja Díaz enfatizó en la necesidad de
promover acciones que propicien un acercamiento intergeneracional.
“Es un proceso irreversible, por ello es importante mejorar la
estructura etaria de la población, que se mejore al interior de la
familia, que la mujer joven se solidifique y tenga los hijos que quiera,
pero sobre todo esa relación hay que cultivarla desde los jóvenes y los
adultos mayores para que sepan convivir juntos”, precisó.
La sociedad cubana debe urgentemente cambiar la relación que existe
entre sus generaciones y fomentar un mayor respeto mutuo ha sido una
reflexión continua del doctor Aja a nuestro diario.“Menos agresión
verbal y ruido, mayor respeto a la individualidad, y a los ancianos y a
la mujer. Mayor entendimiento entre los jóvenes, porque van a ser los
ancianos del futuro; y para eso no hay que esperar desarrollo
económico”, sostuvo.
“No hay que esperar para que en los ómnibus, los más jóvenes les den
los asientos a los mayores, sea hombre, mujer o niño. No hay que
aguardar por ningún recurso para que a través de la familia, los
medios, las instituciones educativas, se llame al orden en ese
sentido”, subrayó.
Por su parte Grisell Rodríguez refiere que “si bien nos preocupamos,
necesariamente, por el envejecimiento, no podemos dejar de pensar en
los jóvenes, pues es justamente sobre ellos que recaerá la
responsabilidad económica de sostener a esta población envejecida,
pero también de convivir con ella y aportar a la sociedad”.
Retos todos que reafirman lo que es verdad de perogrullo, y es que
del desarrollo económico sostenido que logre la nación, depende que se
acorten muchas de las brechas que hoy enfrentan los jóvenes; si bien
otras no son exclusivas más que de la toma de conciencia social.
Pero también se pone en evidencia la necesidad de lograr que las
políticas o leyes que el país traza en función de potenciar y articular
ese desarrollo, sean efectivas y generen frutos apreciables a corto y
largo plazo. Un ejemplo meridiano lo coloca el profesor Antonio Aja en
el tema migratorio, “pues se debe lograr una circularidad de la
población cubana, a partir de que el cubano retorne a vivir a Cuba,
aunque vuelva a salir, que la mujer joven quiera tener sus hijos aquí y
que las familias también deseen estar aquí, porque esa población la
necesitamos. Hace años podíamos darnos el lujo de que saliera población
de nuestro país, pero hoy la necesitamos, sobre todo jóvenes, para
construir ese futuro, pero también por un tema demográfico”.
La migración es una variable que impacta a los jóvenes de manera
especial —señaló el profesor Antonio Aja— ya que estos constituyen sus
principales protagonistas. Algunas características de estos los impulsan
a migrar con mayor intensidad respecto a otros grupos de población.
“Se necesita más que una buena lectura de los datos para que las
decisiones tomadas sean más efectivas”, decía a Granma en su reciente
visita a Cuba el Representante del Fondo de Población de las Naciones
Unidas (UNFPA) en México y Director de País para Cuba y República
Dominicana, Sr. Arie Hoekman.
“Si tomamos decisiones solamente con los elementos de los datos de
los jóvenes, de cuántos son, edad, nivel escolar, entre otras
estadísticas, no estaría bien, porque deberíamos considerar cuáles son
las ideas que tienen los mismos jóvenes, los problemas que ellos están
enfrentando y qué es lo que piensan en relación con cómo deberíamos
estar mejorando una sociedad, donde ellos son partícipes también”.
Ahí está el mayor de los desafíos.
TOMADO DE GRANMA
Una de las páginas más infames de la historia, la
esclavitud a la que fueron sometidos por siglos mujeres, hombres y niños
procedentes del continente africano, solo terminó en Cuba a la altura
de 1886, mucho tiempo después que en la mayoría de los territorios del
hemisferio occidental.
Si bien el 13 de febrero de 1880 la Corona española decretó una ley
que proclamaba “el cese del estado de esclavitud en la isla de Cuba”,
los dueños de esclavos continuaron explotando a estos amparados por el
artículo 3 de un documento que establecía el derecho de los patronos “de
utilizar el trabajo de sus patrocinados”. Una jerga legal eufemística
disimuló la continuidad de un brutal régimen de explotación.
Hubo que esperar seis años más para que el llamado Patronato se
extinguiera. El final de la esclavitud en la Isla no fue un regalo de la
metrópoli colonial ni de la necesidad de actualizar las relaciones de
producción, sino el resultado de largos años de lucha abolicionista
que, en el caso de Cuba, estuvo vinculada a la lucha por la
independencia. El gesto de Carlos Manuel de Céspedes al iniciar la
insurrección anticolonial el 10 de octubre de 1868 resultó elocuente: al
alzarse en armas dio la libertad a sus esclavos. Mucho tiempo antes, en
1812, José Antonio Aponte, negro libre, artesano y pintor, lideró una
conspiración para independizar a Cuba y emancipar a los esclavos.
El comercio trasatlántico de esclavos africanos y la explotación de
esa mano de obra en las plantaciones azucareras y cafetaleras constituyó
la base de la acumulación capitalista de los países europeos. La
modernización de la economía de los países desarrollados occidentales
—incluyendo a Estados Unidos— no puede explicarse sin el régimen
esclavista.
Mas no se trata de ver las cosas desde un ángulo estrictamente
económico. El historiador Pedro Pablo Rodríguez describió la esclavitud
como “una verdadera patología social y cultural, muchos de cuyos
aspectos significativos han quedado ocultos bajo el velo del tiempo,
todo ello condicionado a su vez por los intereses y las perspectivas
afines o surgidos de ella”.
Lo que la doctora María del Carmen Barcia, con dolor, expresa acerca
del sufrimiento de los seres arrancados de sus tierras durante la
travesía trasatlántica —“por muchos datos que los historiadores hayamos
acopiado es imposible reconstruir toda la iniquidad, la vileza, el
desamparo, la humillación y las crueldades que los africanos sufrieron”,
nos dice—, es válido para asomarnos al horror del barracón, el látigo
sobre los cuerpos, los castigos en el cepo, la violación de las mujeres,
la destrucción de las familias y la sobrexplotación productiva de no se
sabe cuántos esclavos, incluso de los nacidos bajo esa condición en
nuestra tierra.
Nada de esto puede ser olvidado, como tampoco la resistencia que dio
lugar al cimarronaje. Ni la incorporación masiva de los antiguos
esclavos a las gestas independentistas. Ni los aportes que esos
africanos, preteridos y ninguneados, hicieron, pese a la voluntad de sus
explotadores, a la forja de la nación y la cultura cubanas.
Es por ello, como observó el poeta y antropólogo Miguel Barnet, que
“tomar conciencia plena de lo que significó el gigantesco holocausto de
la trata esclavista moderna para los pueblos subsaharianos, yo diría que
el más terrible que haya conocido la humanidad, es también tener
presente la profunda huella estampada por hombres y mujeres que atados
por gruesas cadenas llegaron a nuestras costas para nunca más regresar a
sus tierras, a sus familias y a sus culturas”.
Estos presupuestos no solo deben animar la conmemoración del
aniversario 130 de la abolición de la esclavitud en Cuba, sino también
la sistemática promoción del conocimiento de nuestra historia y el
cultivo de una sensibilidad que nos haga entender íntegramente, sin
fracturas ni vacíos, nuestra identidad.
Las jornadas conmemorativas llaman la atención sobre acontecimientos y
procesos, pero las lecciones que se desprenden de estos únicamente se
asimilan y trascienden cuando encarnan de manera permanente y creativa
en el tejido social y la memoria individual de quienes en esta época
proyectan y construyen el futuro.
El 4 de septiembre de 1998, durante una visita a la Sudáfrica de
Mandela, Fidel Castro, sintetizó una realidad: “Sin África, sin sus
hijos y sus hijas, sin su cultura y sus costumbres, sin sus lenguas y
sus dioses, Cuba no sería lo que es hoy”.
Era una aldea, un pedazo de campo en los linderos de la capital.
Forma parte ahora del Cotorro, un barrio industrial. Sobrevive en Santa
María del Rosario su iglesia del siglo XVIII con las pinturas del primer
artista plástico cubano reconocido por su nombre. Hace años, un párroco
descubrió bajo el piso antiguos enterramientos. Alejo Carpentier lo
relata en una de sus crónicas. Allí casó con Lilia Esteban Hierro,
portadora de un marquesado que nunca reivindicó. En la plaza principal
de la localidad radica la morada de los condes de Casa Bayona, sus
fundadores. El último descendiente de la familia, José María Chacón y
Calvo, tampoco hizo gala del título nobiliario. Al parecer, la casa se
ha convertido en un centro gastronómico. El conjunto podría constituirse
en lugar de atracción para visitantes, no solo turistas de otros
países, sino cubanos deseosos de romper rutina y de conocer mejor su
Isla.
Los conquistadores tuvieron la manía de fundar ciudades en una isla
casi deshabitada, sobre todo a partir del día en que Hernán Cortés
arrancó hacia México atraído por el oro y la plata y cargó sus naves con
emprendedores recién radicados en la Isla. Aquellas ciudades mostraban
un trazado urbano con la definición del sitio para la iglesia y el
ayuntamiento, rodeado de callejuelas con casitas de adobe, madera y
yagua, presa fácil de los frecuentes incendios.
Así, a lo largo de medio milenio, se fue conformando nuestro
patrimonio edificado, testigo de la sucesión numerosa de vacas gordas y
flacas. Tras la impronta de palacios señoriales con patrocinio de
criollos adinerados, está el trabajo manual de artesanos olvidados. Por
debajo, en la fuente de la riqueza básica, se encontraba el barracón.
Todavía sobreviven algunos y vale la pena preservarlos para recordar qué
somos y de dónde venimos.
Debemos en gran medida a Eusebio Leal que muchos habaneros se
reconciliaran con su ciudad vieja. Su acción traspasa la operación de
salvamento del centro histórico. Atenido a las tendencias más modernas,
no ha optado por preservar un museo inanimado, sino por devolver ese
ámbito a sus habitantes, porque mantenerla viva es su mejor salvaguarda.
Aparejado a su labor tangible, Leal nos enseña a ver la ciudad y, por
tanto, a hacer conciencia de sus valores con el de aprender a amarla y a
ofrecer resistencia ante los ataques depredadores.
Era yo joven cuando los habaneros aspiraban a la desaparición de los
antiguos cascarones. Solo unos pocos iluminados se escandalizaban con la
ejecución delirante de lo que debió ser terminal de helicópteros,
proyecto de una burguesía mimética con ambiciones niuyorkinas. Así
surgió el espantoso cajón, tan difícil de asimilar por el entorno, donde
otrora estuviera la Universidad de San Jerónimo.
La Habana tiene otros sitios deshilachados dignos de rescate y
conservación. Olvidamos a veces que somos una nación joven, acicateada
por el espíritu de sus mejores representantes de construir un país. Es
un sueño compartido por muchos territorios asociados al llamado Tercer
Mundo, privilegiados por contar con la imagen reciente de sus apóstoles.
En medio de los contratiempos de la colonia y la neocolonia, la
voluntad de existir nos ha llevado a construir una cultura, tangible en
nuestras ciudades, pero también en zonas menos visibles.
Nuestro patrimonio data de pocos siglos. Sus tesoros se guardan en
archivos y museos, en sus bibliotecas. Las obras de nuestros artistas
plásticos se exhiben en salas y se acumulan en almacenes inadecuados. La
riqueza documental padece las adversidades climáticas en las ciudades
más importantes de la Isla. Allí están las fuentes primarias
indispensables para articular la historia local con la de la nación
toda.
Conscientes de estar haciendo historia, los mambises tuvieron extremo
cuidado en la preservación de documentos. En la convocatoria para la
lamentable destitución de Carlos Manuel de Céspedes, los asamblearios
llegaron al campamento con las ropas deshechas. Cargaban con los
archivos de la institución. En plena campaña, el Generalísimo Máximo
Gómez no abandonaba la papelería acumulada en cajones que lo seguían a
todas partes. Hoy constituyen fuentes de primerísima importancia para
los investigadores que acceden a nuestro Archivo Nacional. En los
momentos más difíciles, el empeño en resguardar papeles evidenciaba una
inmensa confianza en el porvenir. Los protagonistas podían perecer en un
combate. Los documentos eran un legado para el pueblo de Cuba, porque
en su espíritu y en su memoria reside la esencia del patrimonio, el alma
de la nación. Es el interlocutor viviente de quienes, héroes y
mártires, pensadores, escritores artistas, hombres y mujeres comunes,
sembraron y edificaron con sus manos y ya no están con nosotros.
Del reconocimiento de lo hecho contra viento y marea, nace nuestro
más legítimo orgullo y nuestra razón de ser. Son nuestros antepasados,
iniciadores de una larga cadena que incluye nuestra participación
personal en el hacer de cada día, ese ladrillo mínimo que colocamos en
la tarea que nos toca, en la voluntad de superación y en la crianza de
nuestros hijos.
Suelen confundirse vanidad y orgullo. La primera tiene un componente
patológico fundado en la incapacidad de tomar la medida de uno mismo y
requerir la permanente compensación en el elogio de los otros. Es una
fisura que abre las puertas a la manipulación. El orgullo afinca la
dignidad personal y el sentido de pertenencia. Se expresa en el
sentimiento de participación en la obra común. Se reconoce en la
satisfacción personal ante el crecimiento de los hijos, en el resultado
feliz del trabajo propio y en la conciencia de integrarnos al quehacer
de nuestros antepasados en un largo proceso de éxitos y caídas. Por eso,
aunque no lo sepamos, somos portadores de un patrimonio intangible.
TOMADO DE JUVENTUD REBELDE
El Fondo de Población de las Naciones Unidas, está empeñado desde 1987
en promover y proteger los derechos de los jóvenes y adolescentes.
Cuando el 11 de julio de 1987 el mundo conmemoraba haber alcanzado
los 5 mil millones de habitantes, se hacía evidente que en lo adelante
sería aún más necesario crear conciencia sobre los problemas de
población y sus relaciones con el desarrollo económico y social. De ahí
que la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendara que se
observara anualmente esta fecha como Día Mundial de la Población,
una oportunidad para mirarnos en brechas y desafíos y que, en su
vigésimo séptima conmemoración, propone como tema la “inversión en las
adolescentes”.
Enfocar los esfuerzos en ellas es una apuesta clave para el
desarrollo, en tanto las muchachas están expuestas a vulnerabilidades de
género, que precisan de una atención particular y de intervenciones
específicas para enfrentar las problemáticas a las que están expuestas —
como la violencia, el abuso, el matrimonio a edad temprana o de menores
de edad, el embarazo y la maternidad en adolescentes—, y les impiden
alcanzar su máximo potencial y mejorar así su bienestar físico,
económico y social. “Toda adolescente tiene derecho a una transición a
la edad adulta en condiciones seguras y el derecho a aprovechar las
oportunidades que el futuro tiene para ella”, puntualizó a Granma Rafael
Cuestas, coordinador internacional de programa de la oficina de Unfpa en Cuba.
“El Unfpa, Fondo de Población de las Naciones Unidas, está empeñado
en promover y proteger esos derechos y en apoyar a las adolescentes para
que determinen su propio destino, pues son ellas las que en todo el
mundo hacen frente a más y mayores retos que sus contrapartes
masculinos. En muchos países las familias consideran que las niñas, una
vez han llegado a la pubertad están listas para el matrimonio, el
embarazo y el parto, y muchas se ven obligadas a dejar los estudios. La
niña puede sufrir una condición debilitante al dar a luz, sin que su
organismo esté preparado para ello, denegándosele así sus derechos
humanos. Los retos y obstáculos a los que se ve enfrentada una
adolescente se multiplican si es parte de una minoría étnica, vive en
una aldea y en un hogar pobre”, dijo.
“Cuando una adolescente tiene el poder, los medios y la información
para adoptar sus propias decisiones en su vida, es más probable que
logre su plena potencialidad y se transforme en una fuerza positiva para
el cambio en su hogar, su comunidad y su nación”, explicó Cuestas. Ellas y ellos: múltiples realidades
“En el concierto latinoamericano, Cuba ha sido siempre una evidente
excepción, tanto en lo que atañe a la organización del Estado en general
como en lo que tiene que ver con las políticas públicas de juventud en
particular. Tanto es así, que cuando se realizan los correspondientes
análisis comparados (en temas generales y específicos) el “modelo
cubano” suele dejarse de lado o es apenas mencionado como un caso
“diferente”, difícil de comparar”, señalaba en el pasado Congreso
Internacional de Investigadores sobre Juventud, el experto Ernesto
Rodríguez, Director General del Centro Latinoamericano sobre Juventud.
Destacaba entonces que “el mundo entero y América Latina en
particular, han tomado nota de dos importantes estudios comparados, que
destacan que Cuba es el país con más alto “desarrollo juvenil” en
América Latina”, y el que ocupa el puesto once en el orbe.
Pero ¿cuál es la situación de este grupo de población en Cuba? ¿Cómo
se invierte en ellas y ellos? No bastará un único trabajo para abordar
los múltiples puntos de vista y escenarios que nos permitirán arribar a
conclusiones y construir los retos que nos quedan, pero comenzamos con
este primer acercamiento desde la premisa de estar ante un tema crucial
para el futuro de la nación en que vivimos y aspiramos construir, un
futuro que comenzó a correr ya en cada uno de nosotros.
“Las adolescentes cubanas están escolarizadas y eso siempre es un
factor protector. Tienen acceso a servicios de salud sexual y
reproductiva, en tanto cuentan con programas de educación integral de la
sexualidad en sus escuelas, entre otras muchas bondades”, apuntó Rafael
Cuestas, al tiempo que subrayó las posibilidades de Cuba para continuar
impulsando acciones, “porque se percibe una voluntad política y ya
existe una plataforma en los diferentes programas implementados”.
“En Cuba, los desafíos son diferentes a los que podemos identificar
en la región”, dijo refiriéndose por ejemplo, al embarazo adolescente,
un foco de atención porque, si bien el indicador es menor al de otros
países de la región, el Unfpa está trabajando de conjunto con los
ministerios de salud y educación, entre otras instituciones, para
continuar disminuyéndolo. “Se trata de identificar las diferencias
territoriales, las causas que están menos visibles, como siempre se
dice, hilar más fino”.
“Lo que no puede faltar en un país son las políticas y las
inversiones en Salud y Educación, incluyendo Educación Integral de la
Sexualidad, acciones que empoderan a las adolescentes y crean
condiciones económicas que generan empleo. Ello reviste particular
importancia cuando se trata de población juvenil, porque tienen la
potencialidad de impulsar y acelerar el crecimiento económico”, precisó.
Para Cuestas, “los encargados de adoptar decisiones políticas
desempeñan un papel importante en cuanto a velar por que los derechos de
sus ciudadanos, incluidas las adolescentes, se cumplan; y en ese
sentido las inversiones en jóvenes son diversas e infinitas, y un punto
de partida importante es no considerar a adolescentes y jóvenes como
grupos homogéneos”.
La educación, la salud, la cultura, la recreación, proporcionar
ambientes familiares, comunitarios y escolares sanos, saludables, y
también atractivos, es una inversión obligatoria, resaltó el
entrevistado, quien manifestó que el reconocimiento de la necesidad de
políticas diferenciales también puede ser un camino.
Asimismo, subrayó que dentro de la necesaria e indiscutible necesidad
de inversión en salud, la salud sexual y reproductiva tiene un lugar
especial. “Hay muchos eventos relacionados con la salud sexual, con la
sexualidad, que ocurren en este periodo. Por ello el Unfpa ha defendido
la importancia que tiene que las adolescentes se sientan seguras,
capaces, cuenten con información, tengan con quién conversar, y puedan
acceder a educación de la sexualidad y a servicios de salud sexual y
reproductiva que respondan a sus necesidades. Crear capacidades dentro
del sistema de salud para trabajar con este grupo, es medular”, explicó.
La aproximación al trabajo con adolescentes, no puede ser sectorial,
reflexionó. “Un tema que hoy se discute es la eficacia de las políticas
de juventud, pues acaban aislando al grupo y no colocándolo en su
interrelación con otras generaciones. Cuba es un ejemplo de políticas
intersectoriales, abordan a adolescentes y jóvenes desde una
multiplicidad de sectores, de disciplinas y de enfoques”, precisó.
De acuerdo con Cuestas, la nueva Agenda del Desarrollo Sostenible
2030, constituye una oportunidad sin precedentes para que las
adolescentes reivindiquen sus derechos, hagan realidad sus aspiraciones y
transformen nuestro mundo. “Cuando los países invierten en la salud y
la educación de sus jóvenes, en especial de las adolescentes, y generan
oportunidades para que hagan efectiva su plena potencialidad, están
además en mejor posición para hacer realidad un dividendo demográfico
que puede impulsar el crecimiento económico a fin de luchar contra la
pobreza”.
“La generación de datos actualizados y de indicadores que visibilicen
a las adolescentes, es un gran desafío, sobre todo aquellas que están
por debajo de los 15 años y que muchas veces quedan fuera de las
estadísticas”, apuntó a Granma por su parte Marisol Alfonso de Armas,
oficial nacional de programa del Unfpa en Cuba.
Al respecto, mencionó que este organismo internacional apoya y
acompaña programas fundamentales desarrollados por contrapartes
estratégicas como los ministerios de educación, salud, el Centro
Nacional de Educación Sexual y el programa Nacional de Atención
Materno-Infantil. En este sentido, el Unfpa modestamente contribuye,
entre otras acciones, con la donación modesta de anticonceptivos para
determinados grupos, entre ellas las adolescentes.
“Uno de los compromisos más importantes del Unfpa es continuar
apoyando el Programa Nacional de Educación y Salud Sexual, como
plataforma que armoniza todas las iniciativas de educación integral de
la sexualidad que existen en el país. Este trabajo intersectorial, con
participación de sociedad civil, constituye un referente para la
región”, agregó Cuestas.
Del mismo modo, acompañamos, dijo, a centros como el de estudios
sobre la juventud, en la formación, capacitación y desarrollo de
estudios nacionales e investigaciones sobre temáticas de adolescentes y
jóvenes; refiriéndose a las encuestas nacionales de juventud, esenciales
para las tomas de decisión.
¿Cómo articular a la inversión en adolescentes con la inversión en
esa población adulta mayor que cada vez tiene más peso en la estructura
de la población?, preguntamos.
“Países como Cuba, con transiciones demográficas avanzadas o finalizadas, tienen ese desafío,
porque llegan a convivir varias generaciones, no solo en el ámbito
familiar, también en el ámbito comunitario, en el vecindario, en los
servicios de transporte, de comida, culturales… La clave está en lograr
la convivencia armónica de estas generaciones”, refiere Cuestas.
Sostiene que la sociedad cubana es inclusiva por naturaleza y eso ya
es un paso de avance. “El envejecimiento demográfico hay que situarlo en
su justo lugar. Evitar la connotación de “problema”, cuando es un
desafío y no solo para los países menos desarrollados, sino para todos,
en tanto demanda cambios en el diseño de nuestras ciudades, de la
infraestructura y un mayor gasto en temas de salud para un grupo etario
en aumento al cual hay que garantizar el derecho a una sobrevivencia
mayor con calidad.
“Hay que estimular el diálogo intergeneracional, necesitamos crear
esos espacios, y que no sean tradicionales, tal vez deban ser más
atractivos para que se produzca esa mezcla de saberes, energías,
historias tan necesaria para todos y todas”, apunta, y ello vislumbra un
reto gigantesco.
Invertir en los jóvenes para asegurar la inversión del mañana, pasa
por asumir que es esta nuestra población económicamente activa, a la que
necesitamos estimular más a querer ser útil a la sociedad donde vive, y
a la que debemos continuar propiciándole mayores oportunidades de
participación para que propongan y aprendan a crear.
Pasa, además, por celebrar lo que como nación hemos logrado y tener
la suficiente sabiduría para reconocer y dirigir la mirada a
problemáticas diversas que, aun salvando diferencias, encontramos en
nuestro contexto: embarazo adolescente ,impacto en las familias y en estos grupos de variables como las migraciones
, desafíos laborales de los más jóvenes en los nuevos escenarios
socioeconómicos del país. Solo algunos apuntes, el comienzo para
mirarnos Cuba adentro. TOMADO DE GRANMA
En España,
como resultado de la derechización de la gran mayoría de los principales
medios de información (sean periódicos, radios o canales de televisión)
del país, existe un sesgo neoliberal muy marcado entre los gurús
mediáticos en las áreas económicas, que aparecen en programas de
información económica, los cuales constantemente alaban las
excelencias del sector privado, denunciando a su vez las supuestas
ineficiencias y despilfarros del sector público.
Frecuentemente
estos economistas hacen referencia al modelo económico que suponen
existe en EEUU (que erróneamente definen como liberal), señalando la
superioridad de tal modelo sobre el modelo económico existente en la
Europa Occidental, que ven estancado en las rigideces del sistema de
regulación e intervencionismo público que frena la eficiencia y
desarrollo económico de la Europa Occidental de este continente.
Es
casi imposible leer los diarios, oír la radio o ver la televisión sin
que este mensaje de superioridad de lo privado sobre lo público se
repita constantemente con una frecuencia machacona digna del mejor
lavado de cerebro.
Uno de los
que tienen mayor visibilidad mediática en defensa de la economía privada
versus la pública es el Sr. Sala i Martín, el economista neoliberal que
la televisión pública catalana, TV3 (controlada por el partido
neoliberal gobernante Convergència Democràtica de Catalunya), presenta
explícitamente como “el economista de la casa”.
Este
economista neoliberal tiene un programa de una hora cada dos semanas en
TV3 y recientemente hizo un programa con varios capítulos que le costó
al contribuyente catalán nada menos que 400.000 euros (más IVA),
programa que tenía como objetivo promocionar la visión neoliberal de la
economía, haciendo un canto a las excelencias del mundo empresarial,
acentuando el valor de la genialidad de los grandes emprendedores, y
atribuyendo el éxito de las empresas más conocidas a la libertad que
favorece el capitalismo.
Este programa, Economia en Colors, se
presentó de octubre a noviembre del 2015, habiendo recibido
personalmente por cada capítulo 7.500 euros (4.500 como presentador más
3.000 como guionista), facturando un total de 60.000 euros. Es
interesante notar que este programa, un canto al pensamiento liberal a
favor del sector privado, se emitió en un medio público pagado por la
ciudadanía a través de sus impuestos.
Otro gurú mediático es el Sr. Daniel Lacalle, asesor de La Sexta,
entre otros medios que promueven tal mensaje con gran vocación
apostólica, enfatizando constantemente los méritos de la propiedad,
inversión y gestión privada sobre la pública. Aparece frecuentemente en
los medios, y hace unos días escribió un artículo (“Entender lo que
siempre es público”, La Vanguardia, 03.07.16) en donde criticaba el intento de los partidos de izquierdas de desprivatizar la compañía Aigües Ter-Llobregat (ATLL), privatizada
por el gobierno catalán del partido liberal (Convergència), acusándoles
de estar estancados en una ideología anticuada que conducía a la
ineficiencia en los servicios públicos a la ciudadanía.
¿Qué hay detrás de Apple, Google y otros casos de éxito empresarial?
Dicho pensamiento neoliberal (también activamente promovido por blogs de economía como Nada es Gratis,
un panfleto financiado hasta hace poco por el IBEX-35) desconoce,
ignora u oculta varios hechos básicos, tales como que el modelo
económico de EEUU no es liberal, puesto que aquel modelo está basado en
un enorme intervencionismo público.
En
realidad, el gobierno federal es uno de los gobiernos más
intervencionistas que existen en el mundo occidental. Gran parte de los
sectores económicos en EEUU han sido iniciados, y/o intervenidos, y/o
establecidos por el gobierno federal.
En un excelente libro (The Entrepreneurial State), Mariana Mazzucato, profesora de la Universidad de Sussex, desmonta,
caso por caso, la definición del modelo económico estadounidense como
liberal. Analiza, por ejemplo, los grandes éxitos de la economía
estadounidense, como Apple, que se atribuyen, según el credo liberal, a
la gran genialidad de Steve Jobs, presentado como ejemplo del rol
central que juega el gran innovador, interpretación ampliamente
promovida incluso por la industria cinematográfica con la película sobre
Steve Jobs y en muchos libros y miles de artículos laudatorios de su
figura.
La
profesora Mazzucato muestra que Apple no habría existido si no hubiera
sido por la activa intervención del Estado federal. En realidad, no solo
Apple, sino toda la industria electrónica, no hubiera existido sin el
gobierno federal, que financió en gran parte los “descubrimientos” que
se atribuyen a los grandes emprendedores privados, incluyendo Steve
Jobs.
La
autora señala en su libro el proceso de creación de Apple (paso a paso)
y de los elementos innovadores que se atribuyen a esta empresa,
mostrando cómo detrás de cada uno de ellos había un trabajo previo,
financiado públicamente, y desarrollado ya sea en instituciones públicas
o en privadas (financiadas públicamente).
En realidad, fueron las Fuerzas Armadas del gobierno federal las que introdujeron el GPS positioning y los voice-activated “virtual assistants”, utilizados
por Apple. Y fueron las mismas Fuerzas Armadas las que financiaron los
primeros pasos de la industria electrónica del famoso Silicon Valley. Y
fueron también fondos públicos los que financiaron el touchscreen así como el lenguaje HTML, también utilizados por Apple. Y fue,
de nuevo, el propio gobierno el que prestó en términos súper
favorables los primeros 500.000 dólares que Apple necesitó para
establecerse como empresa.
Sin la intervención pública, las empresas privadas en muchos sectores innovadores no hubieran existido
Una
situación semejante ocurre con Google, compañía que ya en sus inicios
recibió fondos públicos procedentes de la National Science Foundation,
institución pública. Y no digamos ya con la industria farmacéutica, una
de las industrias con mayor rentabilidad en EEUU, y que se ha
beneficiado enormemente de la investigación básica financiada
públicamente por los National Institutes of Health con un presupuesto de
30.000 millones de dólares al año, una investigación sin la cual la
industria farmacéutica estadounidense tampoco hubiera existido.
Y
ha sido, de nuevo, el gobierno federal el que ha sido el mayor inversor
en la industria aeronáutica, a través del gasto militar. En realidad, el
complejo militar-industrial que centra la economía estadounidense en
muchos de sus sectores, está financiado públicamente (ni que
decir tiene que ninguno de estos datos aparece en las alabanzas al
emprendimiento de los grandes genios empresariales promovidos por los
gurús mediáticos neoliberales).
En base a
estos y otros datos documentados en aquel libro, es cuestionable definir
el modelo estadounidense como un modelo neoliberal. En realidad, una de
las causas que están creando mayor enfado entre la población
estadounidense es la toma de conciencia de que un gran número de
las industrias altamente exitosas, que han sido apoyadas, cuando no
financiadas, públicamente en sus orígenes (como Apple y Google), ahora
estén evitando pagar impuestos en EEUU, situando las sedes de sus
empresas en el extranjero.
Por cierto,
gran parte de las empresas que ofrecen a nivel estatal en EEUU (nivel
semejante al nivel autonómico en España) elementos básicos, como el
agua, son públicas, como también ocurre en el continente europeo, y lo
hacen a unos precios menores y a una calidad mayor que la que provee la
empresa privada a la cual el Sr. Lacalle hace referencia. Ahora bien, le
aseguro a usted, lector, que estos últimos datos raramente aparecen en
los grandes medios de información y persuasión de este país. Así es
España (incluyendo Catalunya).