Por: Marianela Dufflar, Iván Soca
Aunque planificado para el 29 de septiembre, este concierto fue pospuesto debido a que las condiciones climáticas no lo permitieron. Sin embargo, desde el jueves 28, los vecinos del lugar comenzaron a crear sus expectativas al ver los esfuerzos de la tropa de “invisibles imprescindibles” que montaron el escenario, el sonido, las luces y que, producto de la lluvia y la humedad, tuvieron que realizar el proceso inverso el mismo viernes, es decir, el desmontaje.
A lo anterior se sumó la presencia del trovador en el lugar ese día, evaluando cada acción, con el fin de mantener el concierto. Rodeado de vecinos, niños, jóvenes y adultos con los que conversó e interactuó, Silvio prometió regresar.
Precisamente, ese inmenso deseo de recibir arte en el barrio, hizo que desde las primeras horas del domingo crecieran las inquietudes de todos sus pobladores.
Para Carmen Martínez Rivero, nacida y criada en El Palenque, hace exactamente 54 años, este concierto tiene un significado especial, pues en un barrio de condiciones precarias, conformado por gente humilde, recibir la noticia del concierto hizo que de inmediato valores como la solidaridad y el entusiasmo lograran unir a todos sus habitantes en función de ayudar en lo posible. Desde limpiar los alrededores del escenario, como brindarle café con canela a los técnicos y productores, quienes desde entonces comenzaron a decirle a Carmen, Madrina.
Otra palenqueña, Gladys Castellanos de 57 años de edad, asegura que nunca imaginó que Silvio llegara a cantar en su localidad y menos, a pocos metros de su casa. Orgullosa, Gladys asevera que su barrio es una gran familia porque existe unidad; los vecinos se preocupan por todo, se ayudan mutuamente.
Confiesa que se siente emocionada solo de pensar que siendo fanática de Silvio desde joven, de seguirlo durante tantos años, sobre todo en su adolescencia cuando estudiaba en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos y luego en la universidad, el hecho de tener la posibilidad de escuchar al trovador que ama, que la acompañó a través de sus canciones en las escuelas al campo y durante toda su vida, resulta un acto que demuestra los valores humanos que posee el artista y que le agradecerá siempre.
Por eso, cuando descubrió la presencia del autor de Oh Melancolía, en el montaje, le dijo: “Oiga, llueva, truene o relampaguee no deje de venir”, a lo que contestó el poeta: “Cuente con eso”.
Las anécdotas del corazón de este barrio, de cómo se sienten sus vecinos desde el 28 de septiembre, resultan conmovedoras. Por esa razón, cuando llegaron las cinco en punto de la tarde y Rodríguez Domínguez comenzó su presentación junto a los músicos que le acompañan siempre, o casi siempre, “que no es lo mismo pero es igual”, Niurka González, Rachid López, Michael Elizarde, Jorge Reyes y Oliver Valdés, la magia no se hizo esperar.
La complicidad de los presentes, quines corearon cada una de sus canciones, le exigieron con amor que cantara más, le agradecieron y convirtieron esta actuación en un intercambio de sentimientos, música y poesía, entre músicos y público, conformado esta vez por familias enteras, no solo del Palenque, sino de otros barrios aledaños como los Sitios, así como seguidores de toda Cuba y de Colombia, Venezuela, Puerto Rico y México.
Momento especial de este concierto, resultó la actuación del intérprete y compositor Roy Brown, quien fue presentado por Silvio como un amigo entrañable, compañero de toda la vida y voz fundamental de la canción Latinoamericana, nacido en el hermano y en estos momentos herido, Puerto Rico.
Brown a capella, mostró su arte, su profesionalidad y talento, distinguiéndose por su voz melodiosa, de amplio registro y afinación perfecta.
El boricua con sus creaciones y optimismo, dejó impactado al público quien le ovacionó durante varios minutos ante versos que demuestran el gran amor que siente por su patria.
Luego del canto de Roy, entró en escena Alexis Díaz Pimienta, escritor, repentista, investigador y docente, invitado especial del cantautor cubano, quien acompañado de Trovarroco y de su hermana Adriana Díaz Pimienta, se encargaron de cerrar el concierto con décimas y poesías improvisadas, creadas con pasión e inteligencia, originalidad y picardía, que provocaron una interacción con el público de inmediato, logrando sentir a todos, el orgullo de ser cubanos y de tener a artistas como él dentro de la cultura nacional.
En este emotivo concierto no faltaron, entre otros, temas como La canción de la trova, El Mayor, La maza, Viene la cosa, Ojalá, Sueño con serpientes, Unicornio y como se hace habitual, fueron donados libros por parte del Centro Pablo de la Torriente Brau, Editorial Capitán San Luis, Editora Abril, Instituto Cubano del Libro y Estudios Ojalá, a la secundaria básica Antonio Maceo de la comunidad.
También durante la actuación, Silvio reconoció a los músicos que le acompañan y de manera especial a su equipo técnico, estos hombres y mujeres que con su esfuerzo y dedicación hacen posible que estos conciertos hayan llegado al número 85.
Definitivamente, en El Palenque de la Lisa, quedó un óleo de canciones y poesías para todos sus vecinos, un óleo para que recuerden siempre a la tropa de Silvio Rodríguez y a esa gira por los barrios que comenzó en el año 2010 y que para suerte de todos los cubanos, sigue siendo interminable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario