Por Rolando López del Amo
La
política exterior de Cuba sigue cosechando éxitos. Es el resultado de basarse
en principios justos y contener una visión profundamente humanista, solidaria, generosa.
La idea ecuménica martiana de que patria es humanidad está inscrita, como guía
precisa, en nuestro desempeño internacional. Los éxitos alcanzados lo son de
una cultura de paz y solidaridad. Esta cultura es compartida por todo nuestro
pueblo. Podemos decir que es parte fundamental de nuestra cultura nacional.
Hay
una definición de cultura que dice que esta es el conjunto de bienes materiales
y espirituales producidos por la humanidad a lo largo de su historia. Esa
cultura tiene particularidades según las épocas y los pueblos, pero todas
juntas son parte de la gran cultura de la humanidad.
La
UNESCO hace mucho bien en declarar patrimonio cultural de la humanidad las
obras, tangibles o intangibles, de las distintas naciones. Esta es acción que
promueve el intercambio, el reconocimiento mutuo y la paz y la solidaridad.
Duele mucho en nuestros días ver las acciones destructivas de la ignorancia
malvada del terrorismo internacional escudado tras una falsa bandera religiosa
que históricamente respetó y salvó para el resto de la humanidad tesoros
culturales de otras épocas y pueblos.
Por
nuestra parte, celebramos los setenta años de fundación de la UNESCO con la
presencia en Cuba de su Directora General y con reuniones de Ministros de
Cultura del ALBA, primero, y de la CELAC después. Siempre uniendo dentro de
nuestra cultura de paz y solidaridad.
Nuestro
archipiélago se convierte en referencia del bien común. Nos ha visitado el Papa
Francisco y antes de partir del país ha dicho que aquí se sintió en familia, en
casa. Poco antes nos había visitado el Presidente de Panamá, con palabras de
cariño y acciones para impulsar las amistosas relaciones bilaterales. Días
después su esposa nos visitaría para participar en la misa del Papa Francisco
en la Plaza de la Revolución, junto a la Presidenta de Argentina. Y apenas ido
el Papa, llegaban a Cuba el Presidente de Colombia y el máximo Jefe de las FARC
para presidir, junto a nuestro Presidente, la firma de un acuerdo fundamental
que augura el fin del largo conflicto bélico colombiano en el plazo de unos
pocos meses.
Cultura
de paz y solidaridad que días antes recibió al Presidente de Namibia y que se
hizo sentir en la sede de las Naciones Unidas en suelo norteamericano con la
incansable actividad de nuestro Presidente, quien pronunció dos discursos
breves en reuniones temáticas universales y otro en la septuagésima sesión de
la Asamblea General del organismo mundial, en la que ofreció, de manera
resumida, contundente y esclarecedora, una visión de los grandes desafíos
contemporáneos pendientes de solución. A ello sumó encuentros bilaterales con
figuras clave de la política internacional como los presidentes de China,
Rusia, Francia y los EEUU, y un considerable número de personalidades de la
vida política, económica y social norteamericanas. A su regreso a Cuba lo
esperaba el Presidente de Vietnam.
Somos un país que trabaja y crea, para sus hijos y los demás pueblos, a favor de la socialización del bienestar material y espiritual, de la belleza y la amistad , por el logro del bien común, dentro de la unidad de lo diverso, por un mundo donde imperen la paz y la solidaridad.
Somos un país que trabaja y crea, para sus hijos y los demás pueblos, a favor de la socialización del bienestar material y espiritual, de la belleza y la amistad , por el logro del bien común, dentro de la unidad de lo diverso, por un mundo donde imperen la paz y la solidaridad.
Publicado por Silvio Rodríguez en su Blog Segunda Cita, el jueves 1 ero de octubre 2015
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