martes, 24 de mayo de 2016

La generosidad



Por Karina Marrón González

La generosidad es no conocer a alguien y abrirle las puertas de tu casa porque sí, sonreírle y, porque lo necesita, darle las llaves de tu casa y decirle que la haga suya sin miedos.
La generosidad es dar lo que se tiene, aunque no se tenga mucho, sin saber siquiera si esa persona va a recordarte o va a agradecerte.
La generosidad puede ser un vaso de yogurt en las mañanas, un dulce guardado hasta la media noche, un paseo, aun cuando no tengas muchas ganas, solo para alegrar al otro.
La generosidad es una invitación a almorzar los domingos, la limpieza compartida, el café compartido, los libros compartidos, el dinero compartido, el abrazo que acompaña.
La generosidad puede vestirse de mil formas. A mí me ha tocado vestida con estos ropajes. Y porque he conocido gente así de generosa, puedo decir que soy una persona rica como pocos, increíblemente dichosa.


Tomado de Granma

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