Por: Marianela Dufflar, Iván Soca
Luego de 8 años sin presentarse en un
teatro, el trovador Silvio Rodríguez se presentó este viernes en el
Teatro Martí, con su propuesta de versos, melodías y armonías de alto
vuelo artístico.
El propio trovador agradeció a la dirección y personal del teatro por la amabilidad y profesionalidad con que le cursaron la invitación, valores que hicieron posible que regresara en este caso a un teatro cubano, pequeño relativamente, pero acogedor y lleno de historia.
El cantautor estuvo acompañado por Niurka González, Emilio Vega, Rachid López, Maikel Elizarde, Jorge Reyes, Jorge Aragón y Oliver Valdés.
El repertorio comenzó con la canción Yo te quiero libre; le siguieron, Tu soledad me abriga la garganta, La Gaviota, De la ausencia y de ti, Velia, Mujeres, Te amaré, Óleo de Mujer con sombrero, Quién fuera, Eva, Para no botar el sofá, Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, América, Día de Agua, Cuántas veces al día, De pronto la tatagua, Viene la cosa, La maza, Jugábamos a Dios y El necio, canción con la que debía terminar, sin embargo dada la insistencia del público, volvió a escena interpretando Tonada del albedrío, Noche sin fin y mar, y Ojalá.
Después de 95 conciertos barriales, volver a un teatro para deleitarse con el arte de Silvio Rodríguez y los músicos que le acompañaron, resultó una experiencia diferente para todos.
Los códigos de un teatro en cuanto a luces y sonido ocuparon lugares importantes en la puesta, por ello, se le agradece a los directivos del Teatro Martí esta iniciativa que bien pueden asumir otros teatros, permitiendo que el trovador además, de asumir su gira interminable por los barrios, se presente en otras salas al menos una o dos veces al año, para seguir reparando sueños, en ambos escenarios.
El propio trovador agradeció a la dirección y personal del teatro por la amabilidad y profesionalidad con que le cursaron la invitación, valores que hicieron posible que regresara en este caso a un teatro cubano, pequeño relativamente, pero acogedor y lleno de historia.
El cantautor estuvo acompañado por Niurka González, Emilio Vega, Rachid López, Maikel Elizarde, Jorge Reyes, Jorge Aragón y Oliver Valdés.
El repertorio comenzó con la canción Yo te quiero libre; le siguieron, Tu soledad me abriga la garganta, La Gaviota, De la ausencia y de ti, Velia, Mujeres, Te amaré, Óleo de Mujer con sombrero, Quién fuera, Eva, Para no botar el sofá, Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena, América, Día de Agua, Cuántas veces al día, De pronto la tatagua, Viene la cosa, La maza, Jugábamos a Dios y El necio, canción con la que debía terminar, sin embargo dada la insistencia del público, volvió a escena interpretando Tonada del albedrío, Noche sin fin y mar, y Ojalá.
Después de 95 conciertos barriales, volver a un teatro para deleitarse con el arte de Silvio Rodríguez y los músicos que le acompañaron, resultó una experiencia diferente para todos.
Los códigos de un teatro en cuanto a luces y sonido ocuparon lugares importantes en la puesta, por ello, se le agradece a los directivos del Teatro Martí esta iniciativa que bien pueden asumir otros teatros, permitiendo que el trovador además, de asumir su gira interminable por los barrios, se presente en otras salas al menos una o dos veces al año, para seguir reparando sueños, en ambos escenarios.
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