Por:
Amaury
Pérez Vidal
Ayer, leyendo nuevamente una revista Billboard, la Biblia de la Industria musical estadounidense, recordé a mi madre. Ella tenía un sentido del humor muy criollo, como muchos aplauden aún, y era además ágil y sagaz.
Una tarde llegó a casa un funcionario cultural de poco calado con un ejemplar de dicha revista. Ahora se puede consultar por Internet, pero hace unos años conseguirla era toda una proeza. El compañero estaba indignado y quiso compartir con nosotros su irritación buscando consenso. Principios de los noventa, pleno Periodo Especial.
En las últimas páginas de la Billboard, como el tipo nos mostró, aparecían reseñas de los discos nuevos e interesantes que se editaban en el mundo, World Music le llamaban, y había una que comentaba con entusiasmo el CD: “Dancing with the enemy” (Bailando con el enemigo), una recopilación realizada por la Warner Records de música cubana bailable, ejecutada impecablemente por nuestras más prestigiosas orquestas del momento. El título, también ingeniosísimo, desató la furia del patético fulano, que le dijo a mami: “Mire usted, Consuelo, ¡qué faltos de respeto son esos negociantes capitalistas!, agarrar un grupo de nuestros músicos más populares y editar un disco con semejante título.
Mi mamá, en principio, trató de serenarlo y quitarle importancia al asunto. La “vieja” no hablaba inglés, y por lo mismo me solicitó, desconfiada, con un discreto gesto, que le tradujera la reseña al oído mientras el hombre echaba espuma por la boca y hablaba sin detenerse ni escuchar otra cosa que no fuera su propia voz. Hice lo que pedía, y le señalé con el dedo un detalle de la crítica para que ella hiciera de las suyas. Al final del artículo, después de enumerar a nuestros artistas decía: …”…and more” (y más). Ella se la llevó al vuelo y le dijo: “¡Y mira, fulano, incluyeron hasta a Moré que no es de estos tiempos!”. Nunca vi a un ser más histérico que aquel, nos arrancó prácticamente el magazine de las manos y releyó la nota. En la cara de Consuelo se esbozó una sonrisa pícara.
¡Coño, es cierto, Consuelito! ¡Han metido en este saco al Beny! ¡Lo de esta gente no tiene nombre, mire que incluir a Los Van Van, Adalberto Álvarez, NG la Banda, Isaac Delgado, La Charanga Habanera, y hasta a Moré, patrimonio exclusivísimo de nuestra nacionalidad!!!
El hombre siguió desbarrando y fue entonces que Mami, con ese carácter suyo que no se parecía a nadie, le expresó: “¡Mira que eres comemierda!” El sujeto entró en pánico momentáneamente y se detuvo tartamudo mientras ella, haciendo alarde de un inglés que desconocía, agregó: “¡Que Benny Moré ni que ocho cuartos! Ahí ponen el nombre de algunas de nuestras orquestas y “and more”…, no Moré. Tú no sabes ni de lo que estás hablando. Mejor te vas de mi casa que no tengo tiempo para boberías; déjame la revista que la vamos a leer después con calma mi hijo y yo”. Lo acompañé a la puerta con la carcajada cortándome la tráquea.
Acto seguido y ya a solas le dije a Mami, divertido: “¡Mira que eres viva, encontraste al vuelo, con apenas una seña imperceptible, donde inhabilitar tanta idiotez!” Ella respondió sarcástica: “Amaurito, mijo, aunque no conozco el idioma inglés, sí distingo fácilmente cuando falta un acento en español”.
Tomado de CUBADEBATE
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