El manisero demostró en el festival Artes de Cuba: de la isla al mundo, que sigue encumbrado como uno de los más grandes temas de todos los tiempos creados en el país caribeño.
Muchas décadas después de que la popular canción saliera de las manos del compositor, pianista y director de orquesta Moisés Simons en la década de 1920 del pasado siglo, para convertirse en un suceso internacional, la obra muestra la misma vitalidad de sus inicios.
Así lo han sentido los asistentes al Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de la capital estadounidense, donde como parte del evento dedicado a la cultura cubana se han escuchado al menos cuatro versiones de la antológica pieza.
El contagioso ritmo de este son-pregón comenzó a sentirse desde la misma inauguración del evento el 8 de mayo, pues fue El manisero el tema final de esa gala de apertura que contó con la participación de reconocidos artistas cubanos radicados en la isla y fuera de ella.
Los presentes en el Teatro Eisenhower, escenario de ese espectáculo, no pudieron evitar moverse al ritmo del tema que fue grabado por primera vez en la voz poderosa y única de Rita Montaner en 1928, y que llegó ahora a Washington DC interpretado por el Lyceum Mozartiano de La Habana.
Mientras todos los artistas de la velada del martes salieron a despedirse del público que los acogió con los brazos abiertos, la agrupación se ganaba elogios con una versión de la obra realizada por una de las violinistas del conjunto, Jenny Peña.
Dos días después de la inauguración, el Lyceum Mozartiano volvió a regalar esa pieza en un gran concierto en el Teatro de la Terraza de la institución cultural.
Al mismo tiempo, El manisero también salió de las manos virtuosas de Aldo López-Gavilán y Jorge Luis Pacheco, quienes lo tocaron tanto en la ceremonia de apertura como en el maratón de piano que ofrecieron el sábado.
Esos dos grandes representantes del instrumento en la isla incluyeron la obra en un popurrí en el que también interpretaron La Comparsa, de Ernesto Lecuona; y Guantamanera, de Joseíto Fernández, uno de los temas que se disputa con El manisero el sello de “canción más famosa de Cuba”.
A la pieza de Simons, sin embargo, no se le había puesto voz en este festival hasta que anoche la cantante Aymée Nuviola la presentó en un concierto.
La artista hizo un recorrido por varias obras antológicas de la música cubana y, en esta en particular, llevó a los asistentes a bailar y a corear estribillos.
“Ya se va el manisero, ya se va”, entonaron los espectadores, entre ellos cubanos, estadounidenses y latinoamericanos, y como Artes de Cuba se prolonga hasta el 3 de junio, quizás la canción regrese en algún otro momento entre tanta cubanía que se respira por estos días en la capital estadounidense.
Béisbol cubano, al bate durante festival cultural en EEUU
El béisbol de Cuba y varias de sus
figuras icónicas de todos los tiempos ocupan espacio en un evento
cultural de gran magnitud dedicado a ese país en la capital de Estados
Unidos.
Figuras de la talla de los antiguos peloteros Cristóbal Torriente y Martín Dihigo, con sendas placas en el Salón de la Fama de Cooperstown, están representadas en el Centro Kennedy para las Artes Escénicas.
En la Galería Sur de dicha institución también se encuentra la imagen de Esteban Bellán, el primer latinoamericano en jugar béisbol profesional en suelo estadounidense.
Dichas obras, junto a otras en las cuales hay símbolos de ambos países, donde el deporte de las bolas, los strikes y los jonrones desata múltiples pasiones, pertenecen al artista de la plástica de la mayor de las Antillas Reynerio Tamayo.
Bajo el título Cuban Slugger, la muestra, de varias impresiones de piezas realizadas en lienzo y madera, pretende, según declaraciones de su creador, tratar esta disciplina deportiva desde la historia y la humanidad de sus protagonistas.
A partir de las lecturas e interpretaciones que el espectador puede hacer, resulta muy llamativa la imagen del famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway, vestido de pelotero y con un pez aguja como bate.
También resalta en la exposición la bandera cubana con el número 42 en el lugar de la estrella solitaria como homenaje al legendario pelotero Jackie Robinson, el primer afroamericano en jugar en las Grandes Ligas de béisbol estadounidense tras romper la barrera impuesta a los negros.
Según el Centro Kennedy, Tamayo, nacido en 1968, combina el virtuosismo técnico y el sentido del humor en su arte, y las obras particulares narran la vida cotidiana y las costumbres populares con ironía característica y observaciones incisivas.
Datos biográficos señalan que el béisbol ha sido uno de los temas favoritos de este artista, cuyo primer acercamiento desde la pintura fue cuando era alumno de tercer año en la Escuela Nacional de Arte con una exposición en acuarelas sobre papel.
Tiempo después, el también graduado del Instituto Superior de Arte participó en dos muestras colectivas: Clásicos del béisbol y Robando Base: Cuba al bate, está última exhibida en Nueva York y Kentucky.
La segunda exposición personal de Tamayo sobre béisbol se produjo en 2014, con 28 piezas y a raíz de un intercambio cultural del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y varios museos e instituciones de Cayo Hueso, Florida.
Después llegó en 2017 Cuba en pelota, en la Galería Habana, un pastiche de 52 piezas, con claves imprescindibles para una historia del béisbol cubano.
Por sus ineludibles conexiones con las Grandes Ligas, Cuba en pelota derivó en Cuban Slugger, que tuvo acogida en el Centro Kendall para el Arte, en Miami, Florida.
(Con información de Prensa Latina)
Figuras de la talla de los antiguos peloteros Cristóbal Torriente y Martín Dihigo, con sendas placas en el Salón de la Fama de Cooperstown, están representadas en el Centro Kennedy para las Artes Escénicas.
En la Galería Sur de dicha institución también se encuentra la imagen de Esteban Bellán, el primer latinoamericano en jugar béisbol profesional en suelo estadounidense.
Dichas obras, junto a otras en las cuales hay símbolos de ambos países, donde el deporte de las bolas, los strikes y los jonrones desata múltiples pasiones, pertenecen al artista de la plástica de la mayor de las Antillas Reynerio Tamayo.
Bajo el título Cuban Slugger, la muestra, de varias impresiones de piezas realizadas en lienzo y madera, pretende, según declaraciones de su creador, tratar esta disciplina deportiva desde la historia y la humanidad de sus protagonistas.
A partir de las lecturas e interpretaciones que el espectador puede hacer, resulta muy llamativa la imagen del famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway, vestido de pelotero y con un pez aguja como bate.
También resalta en la exposición la bandera cubana con el número 42 en el lugar de la estrella solitaria como homenaje al legendario pelotero Jackie Robinson, el primer afroamericano en jugar en las Grandes Ligas de béisbol estadounidense tras romper la barrera impuesta a los negros.
Según el Centro Kennedy, Tamayo, nacido en 1968, combina el virtuosismo técnico y el sentido del humor en su arte, y las obras particulares narran la vida cotidiana y las costumbres populares con ironía característica y observaciones incisivas.
Datos biográficos señalan que el béisbol ha sido uno de los temas favoritos de este artista, cuyo primer acercamiento desde la pintura fue cuando era alumno de tercer año en la Escuela Nacional de Arte con una exposición en acuarelas sobre papel.
Tiempo después, el también graduado del Instituto Superior de Arte participó en dos muestras colectivas: Clásicos del béisbol y Robando Base: Cuba al bate, está última exhibida en Nueva York y Kentucky.
La segunda exposición personal de Tamayo sobre béisbol se produjo en 2014, con 28 piezas y a raíz de un intercambio cultural del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y varios museos e instituciones de Cayo Hueso, Florida.
Después llegó en 2017 Cuba en pelota, en la Galería Habana, un pastiche de 52 piezas, con claves imprescindibles para una historia del béisbol cubano.
Por sus ineludibles conexiones con las Grandes Ligas, Cuba en pelota derivó en Cuban Slugger, que tuvo acogida en el Centro Kendall para el Arte, en Miami, Florida.
(Con información de Prensa Latina)
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