Por Rolando López del Amo
El primero de enero del año
2016 ha llegado. Con el inicio de un nuevo año se conmemora también el
aniversario 57 del triunfo de la última revolución cubana. Esa revolución no la
dirigió un partido político, sino un movimiento de composición heterogénea cuya
tarea primera era poner fin a una sangrienta dictadura pro-imperialista y antipopular.
En realidad, el núcleo dirigente de esa revolución fue el Ejército Rebelde. En
él se combinó la dirección política con la militar en un solo mando en la
persona del Comandante Fidel Castro y así se resolvió la dicotomía que tanto
nos afectó en nuestras gestas libertadoras de la segunda mitad del siglo XIX. La unidad
de las fuerzas revolucionarias que combatían a la dictadura militar fue un
factor fundamental para el triunfo del primero de enero.
Cuando se cumplía el primer
centenario del Grito de Yara, Fidel Castro declaró: Nosotros entonces
hubiéramos sido como ellos; ellos hoy hubieran sido como nosotros.
Esa declaración del líder
de la revolución triunfante el primero de enero de 1959 iba encaminada a
considerar que la revolución por la independencia y la justicia social era una
sola, desde 1868, hasta nuestros días.
Ya antes, José Martí había
afirmado que la lucha revolucionaria que organizaba era la continuación de la
anterior iniciada bajo la conducción de Carlos Manuel de Céspedes. Recordemos
que ya en el proceso del juicio por el asalto a los cuarteles militares de
Santiago de Cuba y Bayamo, Fidel había afirmado que el autor intelectual de
aquellos había sido José Martí.
Resumiendo: los líderes
revolucionarios cubanos en dos siglos siempre vieron su obra como la
continuación del intento aquel que batalló durante diez años.
Es por eso que el 10 de
Octubre tiene tanta relevancia para los cubanos. Proclamación de independencia
y liberación de los esclavos acompañaron el alzamiento del ingenio de La
Demajagua. Por eso llamamos a Céspedes el Padre de la Patria.
Pocos días después, el 20
del mismo mes, Perucho Figueredo compondría el que hoy es nuestro himno
nacional. En homenaje a ese acontecimiento se tomó la decisión de que el 20 de
octubre fuera declarado el día de nuestra cultura nacional.
Fueron también los
bayameses de entonces, cuya ciudad fue la primera en resultar liberada por las
fuerzas de la naciente revolución, los que prefirieron incendiar la ciudad ante
el avance de superiores fuerzas enemigas para que estas sólo encontraran
cenizas al ocuparla.
Esta acción heroica inspiró
al trovador Sindo Garay el siglo pasado para componer su canción en homenaje a
la mujer bayamesa, a su tradicional delicadeza y hermosura que no impide, si la patria lo reclama,
quemarlo todo, dejarlo todo, con la fuerza de los que creen en su causa.
Sí, Bayamo es la cuna de la
patria, de la revolución continuada desde 1868 hasta hoy, ciento cuarenta y
siete años después.
Honor y gloria a todos los héroes eternos de la patria que nos enseñaron que morir por la patria es vivir y que Patria es Humanidad. Honor y gloria a los precursores, desde Aponte, Varela y Plácido, hasta los que dieron sus vidas en otras tierras del mundo por la causa de la dignidad humana.
Honor y gloria a todos los héroes eternos de la patria que nos enseñaron que morir por la patria es vivir y que Patria es Humanidad. Honor y gloria a los precursores, desde Aponte, Varela y Plácido, hasta los que dieron sus vidas en otras tierras del mundo por la causa de la dignidad humana.
Tomado del Blog Segunda Cita de Silvio Rodríguez
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