lunes, 4 de enero de 2016

La forja de la Nación



Por Rolando López del Amo

El primero de enero del año 2016 ha llegado. Con el inicio de un nuevo año se conmemora también el aniversario 57 del triunfo de la última revolución cubana. Esa revolución no la dirigió un partido político, sino un movimiento de composición heterogénea cuya tarea primera era poner fin a una sangrienta dictadura pro-imperialista y antipopular. En realidad, el núcleo dirigente de esa revolución fue el Ejército Rebelde. En él se combinó la dirección política con la militar en un solo mando en la persona del Comandante Fidel Castro y así se resolvió la dicotomía que tanto nos afectó en nuestras gestas libertadoras de la segunda mitad del siglo XIX. La unidad de las fuerzas revolucionarias que combatían a la dictadura militar fue un factor fundamental para el triunfo del primero de enero. 
Cuando se cumplía el primer centenario del Grito de Yara, Fidel Castro declaró: Nosotros entonces hubiéramos sido como ellos; ellos hoy hubieran sido como nosotros.
Esa declaración del líder de la revolución triunfante el primero de enero de 1959 iba encaminada a considerar que la revolución por la independencia y la justicia social era una sola, desde 1868, hasta nuestros días.
Ya antes, José Martí había afirmado que la lucha revolucionaria que organizaba era la continuación de la anterior iniciada bajo la conducción de Carlos Manuel de Céspedes. Recordemos que ya en el proceso del juicio por el asalto a los cuarteles militares de Santiago de Cuba y Bayamo, Fidel había afirmado que el autor intelectual de aquellos había sido José Martí.
Resumiendo: los líderes revolucionarios cubanos en dos siglos siempre vieron su obra como la continuación del intento aquel que batalló durante diez años.
Es por eso que el 10 de Octubre tiene tanta relevancia para los cubanos. Proclamación de independencia y liberación de los esclavos acompañaron el alzamiento del ingenio de La Demajagua. Por eso llamamos a Céspedes el Padre de la Patria.
Pocos días después, el 20 del mismo mes, Perucho Figueredo compondría el que hoy es nuestro himno nacional. En homenaje a ese acontecimiento se tomó la decisión de que el 20 de octubre fuera declarado el día de nuestra cultura nacional.
Fueron también los bayameses de entonces, cuya ciudad fue la primera en resultar liberada por las fuerzas de la naciente revolución, los que prefirieron incendiar la ciudad ante el avance de superiores fuerzas enemigas para que estas sólo encontraran cenizas al ocuparla.
Esta acción heroica inspiró al trovador Sindo Garay el siglo pasado para componer su canción en homenaje a la mujer bayamesa, a su tradicional delicadeza y hermosura  que no impide, si la patria lo reclama, quemarlo todo, dejarlo todo, con la fuerza de los que creen en su causa.
Sí, Bayamo es la cuna de la patria, de la revolución continuada desde 1868 hasta hoy, ciento cuarenta y siete años después.

Honor y gloria a todos los héroes eternos de la patria que nos enseñaron que  morir por la patria es vivir y que Patria es Humanidad. Honor y gloria a los precursores, desde Aponte, Varela y Plácido, hasta los que dieron sus vidas en otras tierras del mundo por la causa de la dignidad humana.

 Tomado del Blog  Segunda Cita de Silvio Rodríguez

No hay comentarios.:

Publicar un comentario