Autor: Pedro de la Hoz
No basta con decir lo que sabemos: que a la música
cubana le sobran talentos, va más allá de impulsos repentinos y no
puede encasillarse en los corsés de la moda. Si se trata de potenciar
internacionalmente esas cualidades en el contexto actual, nada mejor que
concertar esfuerzos institucionales y coordinar estrategias
promocionales que tengan en cuenta las realidades y posibilidades de
los circuitos de la industria del espectáculo.
A esa intención respondió el foro Primera Línea, que sesionó recientemente en el Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso, iniciativa del Ministerio de Cultura, Artex, Egrem, el mercado internacional de músicas del mundo Womex y la empresa alemana En Directo.
La operación consistió en convocar a empresarios del ámbito de la música y los espectáculos para que tomaran el pulso de la vida musical cubana con vistas al fichaje de solistas y agrupaciones para su inserción en el mercado internacional.
Cerca de 80 empresarios de 11 países viajaron a La Habana, la mayoría de ellos especializados en giras y conciertos en vivo, aunque no faltaron representantes de firmas discográficas.
Entre estos últimos estuvo el caboverdiano José da Silva (Lusáfrica), quien lanzó internacionalmente las carreras de su compatriota Cesaria Évora y el cubano Polo Montañez y en determinado momento promovió en su catálogo a la orquesta Aragón.
Por parte del Ministerio de Cultura se llevó a cabo un proceso de selección de exponentes en el que participaron con propuestas las instituciones del sistema de la música. A decir verdad, no todas las instituciones se comprometieron con el foro ni entendieron sus potencialidades, como sí lo hicieron las agencias de representaciones artísticas de la Egrem y Artex. Previsoramente el jurado, encabezado por el maestro Adalberto Álvarez tuvo la oportunidad de incluir propuestas propias.
Al final quedaron 15 solistas y agrupaciones que protagonizaron presentaciones demostrativas (showcases) de no más de 45 minutos de duración. Hubo una gala inicial a cargo del pianista Roberto Carlos Rodríguez (Cucurucho) y Vocal Sampling.
El espectro de la muestra fue lo suficientemente amplio como para dinamitar cualquier visión tópica de lo que sucede en Cuba en términos sonoros. Desde espectáculos musicales al estilo de Havana Compas Dance y la compañía Camagua hasta la tradición sonera del Septeto Turquino, de Santiago, y la de origen rural de María Victoria Rodríguez. Desde el jazz a lo Alejandro Falcón y Zule Guerra hasta la rumba recreada por los camagüeyanos de Rumbatá.
Hubo el mejor hip hop (Golpe Seko), la más depurada expresión charanguera (Original de Manzanillo), la fusión de vanguardia (Eme Alfonso) y una prueba de la renovación salsera y sonera como la que encarna hoy Alain Pérez.
El foro también facilitó intercambios profesionales mediante conferencias y talleres y visitas a centros de la enseñanza artística y estudios de grabación.
Por demás, su conexión con la trama de Womex, una de los más prestigiosas plataformas promocionales de las música que se producen al margen de la industria cultural hegemónica, abrió un espacio que no debe ser desaprovechado.
Uno de los organizadores del foro, el hispano-alemán Antonio Martínez, que con su empresa En Directo acumula vasta experiencia en la comercialización de la música cubana, expresó confianza en la capacidad de posicionamiento de nuestros artistas al más alto nivel, en la medida que haya un mejor conocimiento de la diversidad del acervo sonoro insular.
«La música cubana —precisó— no tiene por qué responder a los efectos de los ciclos de la moda y puede tener una presencia activa en circuitos y festivales a partir de su calidad y diversidad. Lo otro pasa por la puesta al día en la implementación de sistemas de comercialización vinculados a la era digital, como la venta anticipada en línea de boletos para quienes deseen asistir a eventos y conciertos en la propia Isla».
Tomado de Granma
A esa intención respondió el foro Primera Línea, que sesionó recientemente en el Gran Teatro de la Habana Alicia Alonso, iniciativa del Ministerio de Cultura, Artex, Egrem, el mercado internacional de músicas del mundo Womex y la empresa alemana En Directo.
La operación consistió en convocar a empresarios del ámbito de la música y los espectáculos para que tomaran el pulso de la vida musical cubana con vistas al fichaje de solistas y agrupaciones para su inserción en el mercado internacional.
Cerca de 80 empresarios de 11 países viajaron a La Habana, la mayoría de ellos especializados en giras y conciertos en vivo, aunque no faltaron representantes de firmas discográficas.
Entre estos últimos estuvo el caboverdiano José da Silva (Lusáfrica), quien lanzó internacionalmente las carreras de su compatriota Cesaria Évora y el cubano Polo Montañez y en determinado momento promovió en su catálogo a la orquesta Aragón.
Por parte del Ministerio de Cultura se llevó a cabo un proceso de selección de exponentes en el que participaron con propuestas las instituciones del sistema de la música. A decir verdad, no todas las instituciones se comprometieron con el foro ni entendieron sus potencialidades, como sí lo hicieron las agencias de representaciones artísticas de la Egrem y Artex. Previsoramente el jurado, encabezado por el maestro Adalberto Álvarez tuvo la oportunidad de incluir propuestas propias.
Al final quedaron 15 solistas y agrupaciones que protagonizaron presentaciones demostrativas (showcases) de no más de 45 minutos de duración. Hubo una gala inicial a cargo del pianista Roberto Carlos Rodríguez (Cucurucho) y Vocal Sampling.
El espectro de la muestra fue lo suficientemente amplio como para dinamitar cualquier visión tópica de lo que sucede en Cuba en términos sonoros. Desde espectáculos musicales al estilo de Havana Compas Dance y la compañía Camagua hasta la tradición sonera del Septeto Turquino, de Santiago, y la de origen rural de María Victoria Rodríguez. Desde el jazz a lo Alejandro Falcón y Zule Guerra hasta la rumba recreada por los camagüeyanos de Rumbatá.
Hubo el mejor hip hop (Golpe Seko), la más depurada expresión charanguera (Original de Manzanillo), la fusión de vanguardia (Eme Alfonso) y una prueba de la renovación salsera y sonera como la que encarna hoy Alain Pérez.
El foro también facilitó intercambios profesionales mediante conferencias y talleres y visitas a centros de la enseñanza artística y estudios de grabación.
Por demás, su conexión con la trama de Womex, una de los más prestigiosas plataformas promocionales de las música que se producen al margen de la industria cultural hegemónica, abrió un espacio que no debe ser desaprovechado.
Uno de los organizadores del foro, el hispano-alemán Antonio Martínez, que con su empresa En Directo acumula vasta experiencia en la comercialización de la música cubana, expresó confianza en la capacidad de posicionamiento de nuestros artistas al más alto nivel, en la medida que haya un mejor conocimiento de la diversidad del acervo sonoro insular.
«La música cubana —precisó— no tiene por qué responder a los efectos de los ciclos de la moda y puede tener una presencia activa en circuitos y festivales a partir de su calidad y diversidad. Lo otro pasa por la puesta al día en la implementación de sistemas de comercialización vinculados a la era digital, como la venta anticipada en línea de boletos para quienes deseen asistir a eventos y conciertos en la propia Isla».
Tomado de Granma
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