martes, 6 de septiembre de 2016

Proyecciones sobre la población cubana

Las proyecciones de población en la Isla, hasta el año 2030, han confirmado cómo el proceso de envejecimiento que viene atravesando la nación se ratifica como la principal característica y reto de la dinámica demográfica nacional







El envejecimiento se ratifica como el principal reto de la dinámica demográfica nacional. Foto: Yaimí Ravelo

Por primera vez, la Oficina Nacional de Es­tadística e Información (ONEI) ha hecho públicas las proyecciones de población en la Isla, hasta el año 2030, vinculadas a tres importantes tópicos: población económicamente activa; hogares y sitios de residencia (rural y urbana) en Cuba.
“Se trata de un cálculo perspectivo, cuyos resultados han permitido aportar pronósticos por sexo y edades de la población cubana para un periodo de tiempo determinado”, explicó ayer a Granma Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, en el marco de las celebraciones por el Día del Trabajador Estadístico, este martes.
Añadió que el estudio ha confirmado cómo el proceso de envejecimiento que viene atravesando la nación se ratifica como la principal característica y reto de la dinámica demográfica nacional.
En ese sentido, señaló que el Centro elaboró la proyección de la población económicamente activa (PEA: personas con 15 años y más, dispuestas a aportar su trabajo para la producción de bienes y servicios a la economía) por sexo y grupos de edades, según las diferentes provincias.
Como resultado de ello, se obtuvo que, a nivel nacional, la PEA crece, entre el 2015 y el 2021, en casi 68 000 efectivos. A partir de ese momento —manifestó— comienza a decrecer, y para el 2030 se verá reducida en casi 133 000 personas: de 5 097 439 en el 2021, disminuye a 4 964 537.
Pinar del Río, Villa Clara, Sancti Spíritus y las cinco provincias orientales mantienen este com­portamiento. En Artemisa, La Habana, Ma­ya­beque, Matanzas, Cienfuegos y Ciego de Ávila, si bien crece primero y decrece después, terminan el final del periodo de la proyección con una cifra superior a la que tenían en el 2015. Mientras, en Camagüey e Isla de la Juventud el decrecimiento de la PEA se produce desde el inicio de la proyección y se mantiene a lo largo de toda la etapa, puntualizó.
Como parte del estudio, se elaboró igualmente una proyección de los hogares según el tamaño de estos y la edad del llamado Jefe de Hogar Censal (persona residente en la vivienda, considerada y reconocida como tal por los demás miembros del mismo).
“Esto resulta una novedad, teniendo en cuenta los escasos antecedentes internacionales, particularmente en el orden de las aplicaciones prácticas en América Latina y el Caribe, y el hecho de ser la primera vez que se dispone de esta herramienta de análisis y planificación en el país”, destacó Alfonso Fraga.
Como resultado del estudio, se obtuvo un incremento en la cantidad de hogares a lo largo del periodo de la proyección (2015-2030), pa­sando de casi 3,9 millones a 4,2 millones. Ello significa un crecimiento neto de más de 302 000 hogares en 15 años, lo que señala un incremento medio de poco más de 20 000 por año. Esta situación se presenta en todas las provincias, incluidas aquellas que decrecen poblacionalmente, dijo.
En cuanto a la distribución por sexo —subrayó—, se tiene que en el año 2015 había un predominio de hogares con jefes masculinos (53,8 %), pero esta proporción va disminuyendo a lo largo del periodo, y para el año 2024 prácticamente se igualan las tasas de jefatura de ambos sexos.
A partir de ese momento se registra un predominio femenino que llega a alcanzar, para el 2030, el 52,5 % de los hogares, puntualizó.
Otra de las cuestiones abordadas fue la proyección poblacional con apertura por zona urbana y rural: ejercicio que no se había realizado en el país, y cuyos resultados permiten aportar pronósticos quinquenales, por sexo y edades de la población, para un periodo de 35 años.
En ese sentido, Alfonso Fraga recalcó  que se manifiesta una tendencia a la concentración de la población en asentamientos humanos clasificados como urbanos, lo que está en concordancia con las tendencias mundiales y, en particular, con las de América Latina.
Añadió que este es un elemento importante a considerar en los programas y planes que se implementen, teniendo en cuenta sus implicaciones demográficas, económicas y sociales.
De acuerdo con los resultados obtenidos, expuso que se prevé que la población asentada en zonas urbanas va a crecer discreta, pero sostenidamente hasta el año 2032, cuando, se prevé, alcance los 8 900 000 personas. Luego se mantiene en ese entorno hasta el 2036, año en que comienza su declive hasta llegar al 2050 con 8 715 000 personas.
Mientras tanto —insistió—, la población rural decrece sostenidamente, pasando de 2 554 000 habitantes en el 2015 a 2 127 000 en el 2050.
Tomado de Granma

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