Danza Contemporánea de Cuba (DCC) estrenará Equilux los días 10, 11 y 12 de noviembre, en el teatro Mella
Danza Contemporánea de Cuba (DCC) estrenará Equilux los días 10, 11 y
12 de noviembre, en el teatro Mella. La pieza es la más reciente
creación de la coreógrafa británica Fleur Darkin para la compañía que
dirige Miguel Iglesias, resultado del Laboratorio Coreográfico Islas
Creativas, que mantiene desde hace tres años DCC junto al British
Council.
En un encuentro con la prensa en la residencia del embajador británico, la creadora expresó que lo más importante de su experiencia en Cuba «ha sido el intercambio con excelentes bailarines y el contacto entre seres humanos que comparten una pasión común: la danza».
Darkin, quien es directora del Scottish Dance Theatre y una de las más interesantes de la nueva ola de coreógrafos anglosajones –según la crítica de su país– se refirió a la preparación de los bailarines cubanos, cuya formación consideró muy completa.
«Pueden bailarlo todo, tienen virtuosismo técnico y destreza en estilos que van desde el afrocubano hasta el ballet clásico. Creo que tienen un compromiso muy serio, puedes verlo, sentirlo. Es la motivación más importante en sus vidas.
El compromiso de bailar», aseguró.
Equilux, que cuenta con música de Torben Lars Sylvest, es una referencia a la vida misma, según trascendió en la cita.
Para la coreógrafa, «la vida con su combinación de dolor y éxtasis se asemeja a un equinoccio en el que coexisten luz y sombra. Y es precisamente lo trascendental de estos procesos lo que desea transmitir al público cubano».
«Ha sido un trabajo que me ha aportado mucho. Quise crear un balance entre el éxtasis y su opuesto. Pero la manera en que la pieza ha evolucionado parece estar en un camino de estado de civilización», agregó Darkin.
Sobre la recepción, manifestó su deseo de que «el público se sienta entusiasmado, que conecten con la sangre en sus venas, que se sientan sensuales, curiosos, quiero que se sientan muy vivos».
Por su parte, los bailarines de la compañía también comentaron sobre el trabajo con esta coreógrafa. Para Iliana Solis, la creadora «tiene gran sensibilidad. Lo interesante es que ella, además de trabajar en el montaje de una nueva pieza, ha trabajado con el grupo, en unirnos, en sentirnos. Nos ha permitido la libertad de expresarnos, de movernos como cada uno sabe hacerlo».
Mientras, José Antonio Elías consideró que «estamos experimentando y creando muchísimo sobre las bases de la pérdida, el desequilibrio y la búsqueda de esa estabilidad emocional. Es una coreógrafa que busca en tus sentimientos y te hace explotarlos intensamente».
Las funciones del estreno comparten el programa con la reposición de Coil, última pieza del cubano Julio César Iglesias para la compañía cubana, estrenada en julio de este año.
El proyecto Islas creativas, del British Council, auspicia un espacio único y esencial de creación coreográfica donde mentores y coreógrafos participantes dialogan, comparten y contribuyen al desarrollo y crecimiento mutuo como artistas.
Su función responde a la necesidad de propiciar encuentros que estimulen la creación coreográfica en Cuba e intercambio con modos de hacer en el Reino Unido y otras regiones del mundo.
El pasado año, fruto de este convenio, el coreógrafo británico Theo Clinkard creó para DCC The Listening Room, obra que fue estrenada en mayo en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Después de esta temporada corta en el teatro Mella, Danza Contemporánea de Cuba –que en este 2017 se ha presentado en el Reino Unido, Rusia y Estados Unidos– se presentará en el Auditorio Nacional de México con el espectáculo Carmina Burana los días 22 y 23 de noviembre próximos.
TOMADO DE GRANMA
En un encuentro con la prensa en la residencia del embajador británico, la creadora expresó que lo más importante de su experiencia en Cuba «ha sido el intercambio con excelentes bailarines y el contacto entre seres humanos que comparten una pasión común: la danza».
Darkin, quien es directora del Scottish Dance Theatre y una de las más interesantes de la nueva ola de coreógrafos anglosajones –según la crítica de su país– se refirió a la preparación de los bailarines cubanos, cuya formación consideró muy completa.
«Pueden bailarlo todo, tienen virtuosismo técnico y destreza en estilos que van desde el afrocubano hasta el ballet clásico. Creo que tienen un compromiso muy serio, puedes verlo, sentirlo. Es la motivación más importante en sus vidas.
El compromiso de bailar», aseguró.
Equilux, que cuenta con música de Torben Lars Sylvest, es una referencia a la vida misma, según trascendió en la cita.
Para la coreógrafa, «la vida con su combinación de dolor y éxtasis se asemeja a un equinoccio en el que coexisten luz y sombra. Y es precisamente lo trascendental de estos procesos lo que desea transmitir al público cubano».
«Ha sido un trabajo que me ha aportado mucho. Quise crear un balance entre el éxtasis y su opuesto. Pero la manera en que la pieza ha evolucionado parece estar en un camino de estado de civilización», agregó Darkin.
Sobre la recepción, manifestó su deseo de que «el público se sienta entusiasmado, que conecten con la sangre en sus venas, que se sientan sensuales, curiosos, quiero que se sientan muy vivos».
Por su parte, los bailarines de la compañía también comentaron sobre el trabajo con esta coreógrafa. Para Iliana Solis, la creadora «tiene gran sensibilidad. Lo interesante es que ella, además de trabajar en el montaje de una nueva pieza, ha trabajado con el grupo, en unirnos, en sentirnos. Nos ha permitido la libertad de expresarnos, de movernos como cada uno sabe hacerlo».
Mientras, José Antonio Elías consideró que «estamos experimentando y creando muchísimo sobre las bases de la pérdida, el desequilibrio y la búsqueda de esa estabilidad emocional. Es una coreógrafa que busca en tus sentimientos y te hace explotarlos intensamente».
Las funciones del estreno comparten el programa con la reposición de Coil, última pieza del cubano Julio César Iglesias para la compañía cubana, estrenada en julio de este año.
El proyecto Islas creativas, del British Council, auspicia un espacio único y esencial de creación coreográfica donde mentores y coreógrafos participantes dialogan, comparten y contribuyen al desarrollo y crecimiento mutuo como artistas.
Su función responde a la necesidad de propiciar encuentros que estimulen la creación coreográfica en Cuba e intercambio con modos de hacer en el Reino Unido y otras regiones del mundo.
El pasado año, fruto de este convenio, el coreógrafo británico Theo Clinkard creó para DCC The Listening Room, obra que fue estrenada en mayo en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Después de esta temporada corta en el teatro Mella, Danza Contemporánea de Cuba –que en este 2017 se ha presentado en el Reino Unido, Rusia y Estados Unidos– se presentará en el Auditorio Nacional de México con el espectáculo Carmina Burana los días 22 y 23 de noviembre próximos.
TOMADO DE GRANMA
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