lunes, 10 de diciembre de 2018

Carnicería de Trump al interior de su gobierno Por: José R. Oro




El presidente de los EE.UU. Donald Trump está (más calladamente que antes) una nueva carnicería dentro del gobierno, después de las elecciones intermedias. Las destituciones y renuncias forzosas estaban planeadas desde antes, pero fueron demoradas para no impactar negativamente a los candidatos republicanos. A mi juicio, las motivaciones son:
1. Necesidad egocéntrica de incondicionalidad y de demostrar su poder absoluto, a cualquier nivel y en cualquier lugar, por parte del presidente.
2. Tratar de intimidar a líderes políticos y sociales sobre todo dentro de su partido para garantizar su apoyo más decidido, ahora y en una eventual re – elección.
3. Ocultar o desaparecer actividades económicas o fiscales ilegales, pagos a prostitutas a cambio de silencio, etc., y en general cualquier acto cuestionable o ilícito del presidente y sus familiares cercanos
4. Disimular su incompetencia para el cargo de presidente de los Estados Unidos.
Donald Trump se ha caracterizado por una exigua lealtad con sus asociados políticos y en sus primeros 22 meses de gobierno efectuó una continua “fiebre de expulsiones” dentro de su gabinete, enviando un mensaje de que está dispuesto a desprenderse de sus asesores y coequiperos más leales para obtener respeto a través del miedo.
Al mismo tiempo, durante los meses de octubre y primeros días de noviembre hizo una fortísima campaña, para promover directamente a 72 candidatos del partido republicano, en unas elecciones intermedias que muchos (incluyéndome) apreciaban también como un plebiscito del desempeño del presidente. Sin el gran esfuerzo personal de Trump, en varios estados los resultados le hubieran perjudicado más.
Quiero hacer una salvedad, importante a mi juicio. Donald Trump es más cuidadoso cuando con funcionarios electos por el voto popular se trata. Su furia saturnina se dirige en lo fundamental a aquellos nombrados por el mismo, muchos de ellos localizados en la Casa Blanca. Ya han sido afectados, entre muchos otros:
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1. Steve Bannon: El polémico Jefe de Estrategia del presidente. Devenido asesor del ahora presidente electo de Brasil Jair M. Bolsonaro.
2. Tom Price, Secretario de Salud y Servicios Sociales: El 29 de septiembre de 2017 renunció al cargo.
3. Reince Priebus: El Jefe de Gabinete estuvo 189 días en el cargo y fue sustituido por el Gen (ret) John Kelly.
4. Michael Short: El portavoz de prensa de la Casa Blanca renunció el 25 de julio de 2017, reemplazado por Anthony Scaramucci, quien solo duró en el cargo 11 días.
5. Sean Spicer: El 21 de julio de 2017 renunció el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, quien estuvo en el puesto durante 183 días.
6. Michael Flynn: Una de las salidas de la Casa Blanca más controversiales fue la del consejero en temas de seguridad del presidente Trump.
7. James Comey: Estuvo al frente del FBI (Buro Federal de Investigaciones) desde el 2013 pero solo duró 110 días durante la administración de Trump.
8. Mike Dubke: Estuvo tan solo 86 días como Director de Comunicaciones de la Casa Blanca.
9. Sally Yates: La Fiscal General trabajó solo 11 días en el gobierno de Trump, fue la primera en caer
10. H.R. McMaster: Sacado de su puesto como Asesor de Seguridad para hacerle espacio a John Bolton
11. Rex Tillerson: Ex – Secretario de Estado. Separado de su cargo por no estar 100% de acuerdo con Trump en algunos elementos de su política exterior, sustituido por Mike Pompeo.
12. Gary Cohn: El Asesor Principal de Economía renunció en oposición a la política de proteccionismo de Trump.
Después de las elecciones intermedias el presidente Trump inauguró una segunda fase de despidos de funcionarios con “insuficiente lealtad”. En la lista de los posibles “tronados” en Washington DC, en esta segunda fase, se encontraban, el Fiscal General, Jeff Sessions (ya renunció por órdenes del presidente), y su Vice Fiscal General Rod J. Rosenstein (brutalmente pasado por arriba en la sucesión reglamentaria por el favorito del presidente Matt Whitaker), y están bien “en remojo” Kirstjen Nielsen, secretaria (ministra) de Seguridad Nacional (Homeland Security), Jim Mattis, Secretario de Defensa, Ryan Zinke, Secretario del Interior, Wilbur Ross, Secretario de Comercio, Sarah Sanders, Secretaria de Prensa, Justin Clark, jefe de la Oficina de Relaciones Publicas de la Casa Blanca, y varios otros altos funcionarios.
Este “baño de sangre” administrativo está auspiciado directamente por el presidente y por su súper – asesor de Seguridad Nacional John Bolton. El principal enfrentamiento de ambos hoy día es con el general (ret) John F. Kelly, Jefe del Gabinete del presidente Trump, enfrentado a muerte con John Bolton en una viciosa lucha por el poder. Ambos tocayos no se diferencian mucho en estrategias o posiciones políticas, su enfrentamiento esta fundamentalmente basado en control, influencia y poder dentro de la administración Trump. Es ver quién “manda más”, simple y llanamente. Ya Trump anunció que Kelly se va antes del fin del 2018.
Quizás lo sustituya el Jefe de Equipo del vice – presidente Pence, “Nick” Ayers, no menos enfrentado a Bolton por las mismas razones, pero que se le mantiene como un acto de balance dentro del partido republicano.
Otra trama en la cual el presidente Trump si actuó para evitar una “guerra abierta” en el GOP (partido republicano), envolvió a Bolton y al secretario de Estado Mike Pompeo. El sustituto para Nikki Haley en la ONU. Bolton sugirió al presidente Trump Richard Grennel, actual embajador en Alemania. Evitando enfrentamientos entre Pompeo y Bolton, Trump anunció que nombrará a Heather Nauert, la vocera del Departamento de Estado, para ese cargo. Su mayor trayectoria ha sido como presentadora de las cadenas ABC y Fox (esta última en la practica la representación directa de Trump en los medios).
Estas acciones pueden afectar muy fuertemente el apoyo para la re –elección de Trump dentro de las filas de su propio partido en el 2020, se vienen precisando tres posiciones:
1. Pro – Trump, una parte del partido, incluyendo importantes bases del mismo en el Sur y Suroeste de los EE.UU.
2. Los que soportarían a Trump aunque no les guste, si este les garantiza que el partido continúe en el poder.
3. Anti – Trump. Tres sectores principales que se oponen a la re-elección del presidente:
a. Altos jerarcas republicanos tradicionales quienes consideran que las políticas de Donald Trump contradicen los principios de ese partido. Desearían candidatos del tipo de Jeff Flake, Mitt Romney u otros en línea con la tradición republicana normal
b. Otro sector piensa que intentar la re-elección de Trump puede provocar una catástrofe en el prestigio y apoyo popular a los republicanos, significativamente en estados del Noreste, Oeste y la región de los Grandes Lagos.
c. El tercer grupo está constituido por el considerable colectivo de republicanos destacados que han sido cesados en sus cargos por Trump, y que están fuertemente resentidos contra el presidente.
TOMADO DE CUBADEBATE

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