Avenida Malecón. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Tras haber escuchado el reporte de Rubiera sobre el estado del tiempo
en el estelar, a las 5 de la mañana me desplacé hasta el malecón
habanero para conseguir algunas imágenes.
Tal y como había pronosticado el meteorólogo, siempre tan acertado, a
las 5 de la mañana me encontré un ligero oleaje que apenas salpicaba un
poco, pero al transcurrir de las horas iba ganado en fuerza.
Solo me bastaron tres horas para discernir cuán poderosas son las
aguas del inmenso azul. Rompían con furia en el muro y, poco a poco,
iban ganando terreno en la avenida Malecón. A las alturas del Hotel
Douville ya el agua subía a los portales que están frente al muro, las
tapas de las alcantarillas parecían salirse de su lugar.
Los compañeros del orden público comenzaban el despliegue de medidas
de seguridad y algunos indisciplinados, arriesgándose a lo peor, las
burlaban. Es necesario tomar conciencia, hay desobediencias que pueden
poner en peligro la vida.
Cinco de la mañana en el malecón habanero, comienzan las inundaciones. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Cinco de la mañana en el malecón habanero, comienzan las inundaciones. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Malecón habanero. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Inundaciones. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Malecón habanero. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Indisciplinas durante las penetraciones del mar. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Penetraciones del mar. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Indisciplinas durante las penetraciones del mar. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Avenida Malecón. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Avenida Malecón. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
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