Enfáticamente, el presidente Barack Obama ha aludido a la necesidad de
favorecer a los “cuentapropistas” cubanos como el sector de nuestra economía
que puede conseguir el bienestar económico de nuestro país.
Obama ha entendido claramente que ese es nuestro embrionario sector de
propiedad privada que, de desarrollarse incontroladamente, podría hacer
reaparecer el sistema capitalista en Cuba.
El presidente norteamericano parece no tener en cuenta que rubros
decisivos de la vida de Cuba –la educación, la salud, la construcción, las
comunicaciones— son atendidos y sostenidos por el estado cubano. Acaso piense
que ese sistema desarrollado, puede también sostener esos sectores.
Pero Cuba vivió más de medio siglo bajo “nuestro capitalismo”: hubo
grandes colegios para los hijos de los ricos y confortables clínicas para los
pudientes, y sólo al abolir ese sistema hemos conseguido que todos los cubanos
se eduquen, que las enfermedades prevenibles estén controladas en un país que
tiene una expectativa de vida de 78 años, que se construyan carreteras en toda
la nación y viviendas para los que nunca las tuvieron.
Los Estados Unidos quisieron mantener el capitalismo cubano subordinado
a ellos: primero, organizaron una invasión militar y después, un bloqueo
económico que dura todavía, para rendirnos por hambre.
Obama ha venido a Cuba porque el pueblo cubano derrotó las dos
tentativas.
Hace ya unos cuantos meses impugné la Ofensiva Revolucionaria de 1968,
que desapareció un sector privado que sin duda necesitábamos, pero de ahí a
negar la decisiva prioridad en nuestra economía del estado socialista cubano,
hay un trecho que no se puede salvar sin faltar a la verdad.
Es de esperar que el presidente de los Estados Unidos entienda de una
vez la verdad de Cuba y, sobre todo, actúe en consecuencia.
Tomado de Blog Segunda Cita del Trovador Silvio Rodríguez.
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