El Premio Nacional de Cine 2019 fue
otorgado hoy al productor Miguel Mendoza, el director de fotografía
Livio Delgado y el sonidista Jerónimo Labrada, considerados grandes
figuras del séptimo arte en la isla.
Un ramo de flores y un cuadro del artista
Ernesto Rancaño acompañaron el galardón que, lamentablemente para
Mendoza llegó por intermedio de su hijo Miguel Jorge Mendoza, tras su
fallecimiento el domingo último a sus 88 años de edad.
A consideración del jurado, presidido por la
actriz y Premio Nacional de Cine 2011 Eslinda Nuñez, aunque había un
total de 22 aspirantes al galardón, la decisión fue unánime por el
invaluable desempeño de estos hombres en filmografías paradigmáticas del
cine cubano.
El acta del tribunal reconoció la pasión de
los tres especialistas, graduados en materias muy diversas y aparatadas
del mundo del arte pero motivados y apasionados del proyector y las
pantallas gigantes.
De Mendoza, uno de los fundadores del
Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), Eslinda
rememoró su trabajo creativo en la realización de más de 45 películas y
mediometrajes, y más de 20 expos comercial y videoclips de 1960 hasta el
2004.
Entre las joyas de la cinematografía que
llevan su sello mencionó Memorias del Subdesarrollo, Fresa y Chocolate,
La primera carga al machete, Manuela y Soy Cuba, esta última una
coproducción entre Rusia y Cuba a la que se integró con solo 21 años.
Al hablar de Delgado destacó su fructífera
carrera en títulos paradigmáticos, divididos en documentales y obras de
ficción, y junto a los realizadores Santiago Álvarez, Tomás Gutiérrez
Alea, Pastor Vega y Juan Carlos Tabío.
La calidad de su trabajo, dijo, está presente en obras insignes de Cuba como Vaqueros del Cauto, Retrato de Teresa, Cecilia, Una novia para David, El siglo de las luces y Un hombre de éxito.
Mientras, se refirió a Labrada como un
catedrático en la especialidad de sonido y un profesional de gran
prestigio a nivel internacional.
Subrayó, también, su labor en la Escuela
Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, donde
creó la Cátedra de Sonido, y en el Grupo de Experimentación Sonora del
Icaic.
El propio Jerónimo, en las palabras de
agradecimiento, convidó a rescatar el preciado patrimonio filmográfico
que es parte vital de la memoria del cine y de su presencia.
Recordó el nacimiento de la entidad como
fenómeno insólito que renovó las estructuras de producción, realización,
distribución y exhibición, generadora de un movimiento cultural sin
precedentes en el país.
Por primera vez se vio cine en los mulos, se
realizó películas en su totalidad desde el rodaje hasta la copia
compuesta, se revolucionó el lenguaje y la gente aprendió de forma
masiva a apreciar obras de alta calidad artística, significó.
Además, habló del Icaic del futuro ajustado a
los nuevos tiempos y las novedosas formas de producción y alentó a los
más jóvenes a trabajar sobre esas raíces.
Aquí está el batón para los que llegan,
preserven lo bueno que queda y vale de lo que se construyó y sobre esos
cimientos continúen la obra de belleza y crecimiento espiritual que
generamos los veteranos, incitó.
Durante la gala por la celebración de los 60
años de la entidad, se rindió homenaje a relevantes personalidades del
cine en Cuba, muchas de las cuales ya no están físicamente.
Entre los agasajados estuvieron 14 hombres y mujeres, reconocidos con la distinción Por la Cultura Nacional y otros presentes que continúan trabajando a favor de este maravilloso arte desde los más diversos rubros y funciones.
(Con información de Prensa Latina)
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