Lázaro Manuel Alonso. Fotos: Cubavisión
En el último Congreso Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba, el
colega Joel García en una original reflexión pasó revista a aspectos de
la prensa en nuestro país, partiendo de la imaginaria conversación de
dos usuarios de un ómnibus :
“Yo vivo en lo último de la Lisa y jamás he visto mi barrio en la
televisión y mucho menos en un periódico. Es más, el robo de la bóveda
del Ameijeras lo vi en el paquete, el explote del jefe de almacén del
Bucanero me lo bajó un socio de Internet y todavía estoy esperando que
me digan quiénes son los culpables de que el béisbol cubano no gane un
torneo hace más de diez años, remarcó buscando consenso en quienes lo
rodeaban en medio del calor.
-Pues debiera ver un poco más la televisión, Lázaro Manuel Alonso
está haciendo buenas cosas, denuncia y ha sacado reportes muy críticos. Y
con respecto a la pelota eso si tiene tela por donde cortar…, le
ripostó casi sin poderse mover el pasajero que tenía frente a él.
-Pero ese es uno, ripostó. Yo al final he llegado a pensar que a
ellos le dicen lo que tiene que decir, porque no puede ser que todo sea
bueno. Y mira que Fidel y Raúl siempre criticaron eso. Yo recuerdo que
en un Congreso, hace ya unos cuantos años, Fidel dijo que cuando él pudo
tener acceso a la radio de Guido García Inclán, la COCO, el aprovechaba
para denunciar muchas cosas”.
Que Lazarito (Lázaro Manuel Alonso) haya sido tomado como ejemplo, no
es raro: es un profesiónal agudo, agresivo, buscador de la noticia y en
el caso de la tv tiene una cualidad que no puede faltar: telegenia.
Cuando no está se le extraña y mucho: durante las semanas que no
salió en cámara, por enfermedad, no conté los comentarios a textos míos
en la web, que aunque trataran de rumba (es un decir) preguntaran por
Lazarito.
Desde años atrás he intentado entrevistarlo: como una anguila se me
ha escapado, hasta que desistí (quizás leyendo esto se decida y responda
mi cuestionario) de aquellas preguntas y por Facebook le hice dos o
tres.
Se que es pinareño y con mucho esfuerzo armó su casita en La Habana.
Es buen conversador y algunas personas dicen que buen amigo.
Graduado en la Universidad de La Habana solo hace 6 años, el ICRT se
convirtió en escuela y prácticamente en su casa desde el primer curso
“Tuve magníficos profesores y una interacción constante con el medio. En
la TV estoy desde que empecé en la Universidad”.
Siendo un “chama”, ideó y sacó El tema, sección en Buenos Días que es
muy seguida: “primero fue con sentido propio dedicado solo a los
valores, luego se abrió a posibilidad de análisis a temas de la economía
y la sociedad”. El mejunje (perdóname Pepe Siverio) de los taxis
ruteros en La Habana ha sido debatido como debe ser: funcionario o
funcionarios en vivo, en el estudio respondiendo a preguntas desde
cualquier lugar del país.
Esa interacción, que logra también el espacio Libre acceso del Canal
Habana, dota al programa de credibilidad porque el televidente llama o
envía un mensaje a ver si realmente le hacen caso. Y Lazarito ha llevado
a El tema asuntos que están en la calle como el desabastecimiento de
aceite, por citar otro ejemplo.
Pero este muchacho, chama, chico, joven responsable y valiente se
puede ver con el agua hasta las rodillas en las penetraciones del mar en
el litoral habanero.
O recorrer los lugares destrozados por el tornado y con un gesto,
digno de admirar, permitir que la cámara reflejara sus lágrimas ante la
historia de una mujer de pueblo.
Desde enero de este año dirige el noticiero del mediodía. Se notan
algunos cambios que está introduciendo. Aplaudo los comentarios que
realiza mi admirado Lazarito, pero no me da locutor. ¡Y Dios y Marx me
salven de estar por una locución rígida, al revés!: mas, no todos los
buenos periodistas pueden ser conductores de los noticieros
tradicionales, sí de las revistas.
Ah sobre su paradigma en la tv, me respondió “ ahí me abstengo de
hablar ja ja ja me gusta mucho Milenys y Froilan”. A mi también, y al
segundo le debo una entrevista.
Lázaro recibió este año el premio Juan Gualberto Gómez en TV. Con
estas líneas lo felicito a él y los demás colegas reconocidos, y a
todos, con premios o no, porque ser periodista es… una virtud.
¡Felicitémonos todos en este jornada por día de la prensa!
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