A las 17 del jueves casi la totalidad de Venezuela quedó a oscuras. La luz se cortó en 22 de las 24 provincias, lo que trajo aparejado cortes de muchas de las comunicaciones telefónicas y de transporte. El primero en informar por parte del gobierno fue el ministro de energía eléctrica, Motta Domínguez, quien denunció un ataque en la unidad de “generación y transmisión en Bolívar, específicamente en el Guri, la columna vertebral de la electricidad”.
Luego el ministro de comunicación, Jorge Rodríguez, anunció que “la intención criminal pretendía someter al pueblo de Venezuela a varios días sin suministro eléctrico para agredirlo y maltratarlo”. El presidente Nicolás Maduro, por su parte, centró la responsabilidad en “la guerra eléctrica anunciada y dirigida por el imperialismo estadounidense”. La oscuridad fue total en la noche caraqueña, algunas velas, teléfonos con batería, generadores, estrellas, las calles en total soledad.
Al amanecer el viernes la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, declaró día no laborable y no escolar. Según fuentes oficiales, el ataque golpeó de manera simultánea a cerca de diez instalaciones de generación y distribución en distintos puntos del sistema del Guri, y, junto con eso, fueron dados ataques cibernéticos al sistema informático.
El país despertó en la incertidumbre, en los barrios de Caracas la gente salió temprano a buscar formas de llegar a sus compromisos, a pararse en la puerta de sus casas a conversar entre vecinos para reunir la información disponible, poca gente disponía de servicio telefónico para recibir mensajes. La ciudad estuvo tranquila, casi todos los comercios se mantuvieron cerrados, y la Plaza Bolívar, por ejemplo, se transformó en un punto de reunión de quienes buscaban información.
Marco Rubio, senador norteamericano, fue uno de los primeros de la oposición en anunciar el apagón: “El régimen de Maduro es un desastre”, tuiteó. Juan Guaidó, por su parte, escribió que “Venezuela tiene claro que la luz llega con el cese de usurpación”, y el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, afirmó: “No hay comida, no hay medicina, ahora no hay electricidad, lo próximo, no habrá Maduro.”
La oposición nacional centró sus denuncias en el sistema eléctrico, la crisis de la infraestructura, los robos que, denunciaron, son realizados con complicidad de las autoridades. El corte de luz nacional, que duró más de 20 horas, habría sido responsabilidad del gobierno y su política eléctrica.
No es la primera vez que se producen cortes de luz en el país, ni tampoco que se dan actos de sabotaje a las instalaciones eléctricas, denunciados como tal por las autoridades. Es en cambio la primera vez que sucede en estas dimensiones de envergadura y tiempo, y, a su vez, dentro de un cuadro político de estas características, donde ya se anticipaba la posibilidad que se den actos de sabotaje como parte de los ataques de desgaste y construcción de un escenario de caotización que busca desarrollar la estrategia de asalto.
En las primeras horas de la tarde el sistema comenzó a restablecerse parcial y progresivamente en distintas zonas del país y en Caracas. Uno de los temores era que el corte se prolongara hasta que nuevamente el país quedara en la oscuridad, lo que podía abrir el paso a la emergencia de grupos violentos como los que fueron activados en la semana del 21 de enero.
Este sábado habrá una movilización convocada por la derecha, y otra por el gobierno, una nueva fecha de medición de fuerzas y de imágenes en un cuadro de empate inestable. La oposición se encuentra en una aparente disminución de iniciativas luego del regreso de Guaidó el pasado lunes, lo que explicaría también la apuesta a una acción de saboteo al sistema eléctrico. No se le conoce agenda para luego del sábado, a excepción del anuncio de un paro escalonado en la administración pública. ¿Intentarán nuevos actos como el ataque eléctrico?
El chavismo por su parte necesita prevenir y estabilizar tanto el cuadro político, como también y sobre todo la situación económica. Sus principales fortalezas -la movilización, la conducción, la unidad y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana- se mantienen sin mayores fisuras.
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